Plan de ataque
9 de julio de 2019
Voy corriendo a casa para informar a David de lo ocurrido, y al llegar, el piso está vacío. Debe estar en clase todavía. Yo estoy cansado y agobiado al mismo tiempo. Mi vida corre peligro. Si esos terroristas descubren mi identidad… Si ven la cicatriz en mi frente… Las consecuencias serán nefastas. Al cabo de un rato, mi hijo llega a casa agotado. Lleva una mochila holgada de su hombro izquierdo.
“¡David!” Exclamo alarmado.
“Oh, muy buenas papá, ¿Qué tal ha ido la firma?”
“No lo he llevado a cabo”
“¡Dios! ¡Sólo tenías que enseñarles el contrato y estaba hecho!”
“Puede que sean futuristas o antifuturistas”
Él se queda asombrado e inmóvil al mismo tiempo. Parpadea un par de veces. No ha quitado su mirada de mí. Empieza a caminar firmemente, hacia mi cuarto, y yo le sigo. Coge su bloc de notas, donde tiene apuntados un montón de métodos de tortura, y ahí pasa un par de páginas.
“Esta me parece adecuada”
No hago caso de su propuesta, y acto seguido, le arranco el cuaderno de sus manos.
“Para. No hay que torturarlos. A ellos no. Abandona esa idea. Lo haremos por mi método”
“Más vale que sea efectivo”
“Simplemente haremos que la policía los detenga”
Se empieza a reír como un demente. Esa misma risa es la que me hace desconfiar de sus propósitos.
“Anda, no digas tonterías. Dame el cuaderno. Vamos a acabar con ellos como es debido. La policía no va a hacer nada al respecto”
“¿Cómo lo sabes?”
“Mira, te haré caso a ti. Pero espero que esos dos salgan de esa casa lo antes posible” cede ante mi propuesta.
“Tengo un plan. ¿Te interesa?”
“Te escucho” Me presta máxima atención.
“Ellos no saben que yo soy Javier Conde. Les sacaré de casa una hora más o menos, y desordenaré todo, para poner micrófonos. Tendré una conversación con ellos, en la que les haré confesar su verdadera cara, y luego, con el pretexto de que tengo que recoger la casa, les sacaré de allí. Tú vendrás, cogerás los micrófonos y los llevarás a la comisaría. Al día siguiente deberían plantarles una redadas y deberían capturarles”
“Se nota que aún conservas tus dotes de estratega. Tu plan va por buen camino. Pero se nota que no piensas como deberías”
“¿De qué hablas exactamente?”
“Has dicho que ellos no saben quién eres. ¿Sabes lo que eso significa? Que solamente unos pocos saben de tu verdadera personalidad. Tenemos que explotar ese punto fuerte. ¿Cuánto has conseguido aplazar el alquiler del piso?”
Desvío mi mirada recordando que el tiempo juega en nuestra contra.
“Un día”
“Entonces tu plan no sirve” dice. “Ellos quieren firmar lo antes posible. Aunque siempre puedo redactar un nuevo contrato con un nombre falso. He de reconocer que fue una suerte que no mirasen el contrato en ningún momento. De ser así, tú no estarías aquí” lo asegura con mucha tranquilidad. “Haremos un par de previsiones, y jugaremos en función de eso. Por otro lado, si las cosas no van bien, siempre puedo acabar torturándolos”
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Los lazos olvidados
Fiksi UmumEn 2019, Javier Conde, un ciudadano de Granada capital, se despierta un día en una habitación de hospital, con amnesia. En la tele descubre una alarmante noticia, de un grupo terrorista que se hace llamar futurista, ha volado un centro comercial de...