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Mientras Taehyung se esforzaba por capturar la imagen perfecta de ese 4 de diciembre teniendo como enfoque la catedral de Notre Dame en contraste con la luz solar del ocaso, le recordó que nada podía ser enteramente perfecto y suspiro bajando su c...

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Mientras Taehyung se esforzaba por capturar la imagen perfecta de ese 4 de diciembre teniendo como enfoque la catedral de Notre Dame en contraste con la luz solar del ocaso, le recordó que nada podía ser enteramente perfecto y suspiro bajando su cámara. No había logrado el ángulo que quería como no había logrado la vida soñada que quería junto a su alfita. Volvió a enfocar su cámara y siguió haciendo tomas sin dejar de rememorar el rostro de Seokjin.

Habian pasado tres años. Tres años en los que, a pesar de tener la certeza que Seokjin sabía sobre su paradero, él no había ido en su búsqueda.

Taehyung quiso pretender que no le había dolido, pero el silencio de Seokjin le hacía creer que todo había sido un sueño de adolescentes. Uno donde sus hormonas habían hablado por él.

Mientras avanzaba el día, cada minuto parecía mas doloroso. Era el cumpleaños de Seokjin y aunque las otras veces lo había llamado. En esta ocasión no se sentía capaz de hacerlo. Algo dentro de su ser comenzaba a cerrarse queriendo tomar distancia para no seguir alimentando sus esperanzas en algo que tal vez nunca iba a ser. Tomo una bocanada de aire sin rendirse sobre lograr su mejor captura, pero antes de poder continuar su teléfono sonó. Al ver la pantalla sonrió.

— Hola Hobi.

— Hola príncipe ¿Dónde estás?

— Estoy cerca tomando algunas fotos.

— ¿Qué dices, tomamos un café?

— Esta bien, te espero en Café Panis.

— Hecho, te veo en cinco minutos precioso.

Taehyung sonrió negando con su cabeza. Había conocido a Hoseok al poco tiempo de llegar a Paris. Resulto ser un famoso bailarín y fue así como convenció a Jimin de mudarse junto a Namjoon a la ciudad parisina para que estudiara junto al experimentado Hoseok.

Hoseok era todo lo que Taehyung anhelaba de un Alfa. Caballeroso, atento, cariñoso, jovial, alegre, inteligente, talentoso, que entendía y se interesaba por su arte de manera genuina. Y no solo eso, sino que era muy guapo y seductor. Sin embargo, Hoseok no había logrado encender la llama que Seokjin si había logrado a pesar de que no hubiera contado con la mitad de las cualidades que anhelaba sobre un Alfa. Sobre todo aquellas que se referían a la caballerosidad, romanticismo y atención que deseaba como omega.

En algún momento Hoseok le había cortejado, pero Taehyung le había rechazado amablemente en espera de Seokjin. Hoseok conocía muy bien la historia de amor de Taehyung y podía entender muy bien al Alfa, pero también entendía al omega y amigo.

Al llegar a la cafetería, se sentó en el lugar que solía sentarse ya fuera con Hoseok o Jimin. Taehyung amaba la vista que tenía desde ahí.

— Buena tarde, Joven Kim. ¿desea lo mismo de siempre?

— Buena tarde. Si, por favor. Para mi y otro más para mi amigo.

— Con gusto, señor.

Al poco tiempo, llegó Hoseok y se acercó a él para saludarle besando su mejilla.

Your Eyes Tell - JintaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora