𝑷𝒊𝒏𝒄𝒆𝒍𝒂𝒅𝒂𝒔 𝒅𝒆 𝒂𝒎𝒐𝒓 ┊♡︎𝑼𝒛𝒖𝒊 𝑻𝒆𝒏𝒈𝒆𝒏 𝒙 𝑳𝒆𝒄𝒕𝒐𝒓𝒂

𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 ⋕𝟎𝟐: 𝐋𝐚 𝐁𝐢𝐜𝐢𝐜𝐥𝐞𝐭𝐚

—¡Vamos, tú puedes Itemi! —le ánimo moviendo sus brazos de un lado a otro.— ¡No te acobardes!

—¡Me da miedo papá! —grito al borde de las lágrimas sosteniendo con fuerza el manubrio.

Tengen suspiro y nego con la cabeza, decepcionado.

El día era totalmente cálido, los tonos azulados del cielo creaba un ambiente agradable, como era domingo la familia había decidido tener un día de campo. Por lo cual, ahora se encontraban en el parque compartiendo un ameno momento, o al menos así era, T/N había sugerido a su esposo que le enseñará a andar en bicicleta a Itemi. Algo que no estaba saliendo del todo bien.

—Pero bueno chico. —coloco ambas manos en su cadera y lo miro mal.— ¿Es que tú me ves caras de tonto o que? Tengo una hora aquí parado como un estúpido, esperando a que te subas a la maldita carcacha esa.

Soltó un quejido al sentir un golpe en su brazo, T/N lo fulminó con la mirada y se cruzó de brazos.

—No lo trates así. —miro al menor y le sonrió.— Itemi ¿Que pasa mi amor? ¿Porqué no quieres aprender?

—Me da mucho miedo mami. —respondió sorbiendo su nariz— ¿Y si me caigo? Ví un programa en la televisión en donde decía que un niño murió por caer de una bicicleta.

—Dios mío, iluminalo o elimínalo. —Tengen se tapó el rostro con ambas manos y nego con la cabeza. Alzo la mirada y observo con una mueca a su esposa— ¿Estás segura que es mi hijo, T/N?

—¿Cómo que si estoy segura? —pregunto indignada.— claro que es tuyo. ¿De quién más seria?

Se encongio de hombros y suspiro.

—¿Ya podemos irnos? —chilló llamando la atención de sus padres.

Tengen nego con la cabeza y corrió hacia el.

Al llegar reposo sus manos sobre su cintura y comenzó a hablar con el.

Por su parte, T/N suspiró y sonrió observandolos, eran idénticos. Aunque Itemi fuera un poco bajo de estatura estaba segura que un par de años podría ser incluso más alto que Tengen.

Su sonrisa poco a poco fue sustituida por un gesto de nostalgia, siempre había pensado en lo mucho que le hubiera encantado que el doctor Kajima conociera a Itemi...

—¡Mamá!

—¡Mi amor!

Pestañó varias veces desorientada al escuchar como ambos la llamaron al mismo tiempo. Dirigió su vista al frente y se encontró con una escena bastante divertida.

—¿Ahora que pasó? —Ladeó la cabeza y alzo una ceja. Ambos corrieron en su dirección y comenzaron a pelear entre ellos mientras decían cosas sin sentido.— uno a la vez, no logro entenderlos.

Tengen carraspeó y dió un paso al frente.

—Le estoy diciendo que aprenda a manejar bici, pero no quiere.

—¡Te dije que me daba miedo, papá! —lo miro con enojo y le saco la lengua.

—Ja, cobarde.

—Cobarde eres tú, que le tienes miedo a mamá.

Padre e hijo se miraron mutuamente con recelo. T/N pestañó varias veces y nego con la cabeza.

—Itemi, inténtalo. —el menor la observó con atención.— papá te va a empujar, y yo te esperaré en el otro extremo, ¿Te parece bien?

Suspiró y un poco dudoso aceptó. Miro a su papá y entrecerro los ojos.

—No me dejes caer, Tengen.

—Hey —le dió un golpecito en la frente.— respétame.

Comenzaron a caminar hacia el otro extremo para poder intentar prácticar. Itemi se monto en su bicicleta y Tengen se acomodo a su espalda, sujeto el asiento y se preparó.

—¿Listo?

—Si papá, listo.

Asintió con la cabeza y dió unos pasos hacia atrás para darle impulso. Empujó la bicicleta desde el asiento, pero no midió su fuerza... Apenas lo empujó, Itemi cayó de cara contra el suelo con todo y la bicicleta incluida.

Automáticamente se levantó y abrió los ojos horrorizado. Había perdido el diente delantero...

Un chorro de sangre escapó de su encía, manchado incluso su camisa.

—¡Estoy sangrando! —comenzó a llorar y se tapó la boca con  ambas manos. Cómo a la mayoría de los niños, le daba pánico ver sangre.

Corrió hacia su hijo y comenzó a buscar cosas en su bolso para intentar retener la hemorragia. Uzui se quedó estático en su sitio, al reaccionar frunció el ceño y se cruzó de brazos.

—Ese diente ya lo tenía flojo, no es culpa mía.

La T/C lo miro mal y apuño los labios.

—¡El no tenía los dientes flojos!

—Uh... —el albino abrió los ojos de golpe y miro hacia otros lados. La habia cagado.

Ese día Itemi no aprendió a manejar bicicleta, pero si recibió un regalo por parte del hada de los dientes.