Una vida de ensueños aguarda por Tengen y T/N, o al menos eso parecía...
Tengen hará lo imposible por mantener a flote su relación sacrificando incluso lo que más ama, el arte. ¿Podra lograrlo y vivir la pacífica vida que siempre había anhelado junt...
Observo el edificio de al menos unos ocho pisos que se encontraba enfrente de él.
Cerro los ojos y tomo una bocaranada de aire.-Haré lo que sea por T/N... -hablo para si mismo.
Con pasos decididos comenzó a caminar hacia el lugar. No le gustaba nada que tuviera que ver con hospitales pero el lugar ra bastante agradable, por así decirlo. Era el típico escenario de una clínica; las paredes pintadas de un color blanco, piso de mármol, sillas acompañadas de pequeñas mesas con revistas para los pacientes mientras esperaban su turno.
Camino por los pasillos paseando su vista de un lado a otro intentando no perderse entre tantos consultorios, saco el papel para leerlo mientras buscaba con la mirada número del consultorio, un suspiro salió de sus labios al darse cuenta que el doctor no estaba ubicado en la planta baja, sino en el tercer piso.
Camino hasta los ascensores, espero que las puertas se abrieran y entro a la cabina, cuando la puerta estaba por cerrarse vio a lo lejos un enfermero corría con una muchacha en sillas de ruedas, supuso que quería tomar también el ascensor, colocó una mano en la puerta permitiendo la entrada a aquel chico del personal médico.
-S-se lo agradezco mucho... -hablo jadeante el joven al entrar a la cabina
-Descuida, no es nada -Tengen sonrió levemente- ¿A qué piso van?
-Al piso dos, por favor.
Asintió con la cabeza y punzo los botones. Observo a su costado notando como la chica que estaba en la silla de ruedas lo miro y sonrió levemente, acto que el también imitó. La muchacha se veía pálida, con ojeras, los labios resecos y pequeñas lágrimas secas en sus mejillas.
-¿Se encuentra bien? -pregunto en un tono de voz bajo al percatarse del estado de la joven.
-Algo así -respondió en un hilo de voz- hace dos horas me diagnosticaron una úlcera esofágica.
Su corazón se hizo pequeño al escuchar aquello, no iba a mentir escuchar ese comentario le afectó mucho, era desgarrador el pensar que mientras nosotros estamos sentados o simplemente viendo tv, hay personas en el mundo que están viviendo unas situaciones muy complicadas.
Le dedicó una casi inexistente sonrisa. -Ten animos, puedes superarlo,te deseo la mayor suerte del mundo.
Los ojos de la muchacha se cristalizaron, sonrió y asintio con la cabeza. -Muchas gracias, adiós...
La puerta del ascensor se abrió los jóvenes se despidieron de Tengen, continuando con su camino. La joven vio una última vez a Uzui limpiándose las lágrimas con sus palmas. Él levanto su mano y la movió de un lado a otro en señal de despedida. Cuando la puerta se cerró nuevamente suspiro y sobó su nuca, la verdad era que los hospitales era un lugar donde habían cosas sacadas de una película.
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-Buenas tardes -la mujer dejo el expediente médico a un lado y lo observo esperando que continuará- vengo a ver al doctor Itemi Kajima, soy Tengen Uzui
