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Había pasado una semana desde esa pelea, Chiyoko y yo no tuvimos ningún problema con los maestros y la directora, teníamos demasiada suerte.

Ibamos a salir para el festival que sería en unos días, teníamos todo comprado, solo faltaba esperar pacientemente.

-Ya no quiero vivir...

Me acosté a un lado de ella viendo el techo de mi habitación, sin duda alguna nos habíamos quedado sin ideas de que hacer este día.

Los chicos no podían salir ya que tenían unos asuntos con su pandilla, así que eso significaba que estaríamos solas contra el mundo por hoy.

¿Cómo fue que nos hicimos tan amigos?

En sencillo de explicar, Nahoya ya conocía a Chiyoko solo que no del todo, pero encontró que era alguien agradable y le gustaba su actitud, como Souya esta siempre con el, también está con nosotros en el receso, aunque, Souya y yo también somos amigos, así que ahora solo era que estábamos los cuatro juntos por amistad.

-¿Y si salimos de picnic?

Ambas nos sentamos rápidamente para así vernos, ambas a sentimos para levantarnos de la cama y buscar las cosas.

Era como si pudiéramos leer la mente de la otra, aparte, era una gran idea, pasar un rato al aire libre mientras hay comida y juegos de mesa.

-Vamos abajo, guardaremos las cosas en la canasta.

-Bien, luego buscamos lo demás.

Asentí para así ambas bajar las escaleras, llegamos a la cocina para hacer los sandwiches y guardar los jugos.

Saque la canasta del estante para dejarla encima de la mesa, Chiyoko guardaba algunas cosas para comer, mientras, subí las escaleras en busca de una manta y algunas cartas. Cuando ya tenía todo en mano, baje rápidamente para guardarlo en la canasta.

-Por cierto, ¿Cuando son las pruebas de Voley?

-Oh, eso... En unos meses, te avisaré cualquier cosa.

-Bien, lo mejor será ya salir.

Ella tomó la canasta y sus cosas para salir de la casa, yo salí detrás de ella cerrando con llave ambas puertas y dejando una nota a mi madre de donde estaríamos.

-Dónde sería mejor, parque o bosque.

-Creo que esta vez podríamos ir al bosque.

Ese lugar me traía nostalgia, cuando pequeña solía ver el lugar desde mi ventana, ahí solía ir con mi madre para jugar o hacer picnics, era asombroso pasar momentos así con ella.

La última vez que fui, fue el año pasado con Chiyoko, ya que ambas terminamos persiguiendo a un gato hasta ese lugar, luego nos quedamos jugando en ese lugar.

-¿Te acuerdas de aquel gato que seguimos Kia? El otro día fui a darme una vuelta y ahora tenía gatito bebés.

-¡¿De verdad?!

-¡Si! Podríamos pasar a comprar comida para gatos... No tienen dueño aún.

-Me parece bien, por suerte, traje algo de dinero.

Paramos en una tienda cerca del bosque, le di el dinero a Chiyoko para que ella pudiera ir a comprar. La espere parada mientras veía a cualquier cosa para entretenerme, se estaba tardando un poco.

-¡Listo! Vamos antes que se haga tarde.

[...]

Apenas entramos al bosque, nos asombramos por la cantidad de flores que habían por los alrededores, distintas mariposas volaban por el lugar junto a otros pequeños pajaritos.

Atlántic || Souya KawataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora