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Abrí mis ojos lentamente, tomé mi teléfono con dificultad para así poder ver la hora, mis ojos se cerraron apenas el brillo del teléfono chocó con ellos.

-Son las ocho...

Me acomode en mi cama viendo hacia el techo, tenía sueño pero por alguna razón mi cuerpo no se dormía, volteé para mirar a Souya quien dormía plácidamente.

Una sonrisa se formó en mi rostro inconscientemente, tenía demasiadas ganas de hablar con Chiyoko sobre esto, quería saber sus opiniones y consejos, igualmente hablaría con mi madre, estaba lista para todos sus comentarios.

Volví a verlo una vez más, pero algo llamó mi atención, Kira dormía plácidamente a su lado, acurrucada como si durmiera en el mejor lugar de todos.

Ganas de tomarle una foto no faltaban, pero no iba a romper su privacidad.

Tome el peluche de conejo alzandolo para poder verlo mejor, era muy suave y tenía una cola esponjosa, era uno de los mejores regalos.

Quería gritar y saltar, al menos, unos gritos internos me faltaban, pero no podía, haría todo eso cuando estuviera sola.

Me acomode nuevamente en mi cama abrazando el peluche de conejo, cerré mis ojos con una sonrisa tratando de dormir, pero aquel bostezo hizo que despertará nuevamente.

Ambos nos sentamos en nuestros lugares al mismo tiempo, nos miramos a los ojos por unos segundos para así reír.

-Buenos días Yuki.

-Buenos días Souya, ¿Dormiste bien?

-Si, ¿Como dormiste tú?

-Muy bien, gracias.

El se sentó con sus piernas cruzadas para así colocar a Kira en sus piernas, me acosté boca arriba haciendo que mi cabello callera en el futon.

-¿Tienes hambre? Si quieres podemos bajar a desayunar.

-¿Tú tienes?

-Mmmh no, pero puedo acompañarte.

-Tranquila, aun no tengo hambre.

Asentí hasta que sentí presión en mi cabeza, me senté correctamente en la cama para que mi sangre pudiera circular de forma correcta.

-Estas demasiado roja.

-Debe ser porque al tener piel clara, se nota más.. Oh cierto, ¿Tus padres no tuvieron problemas?

-No, mi padre es permisivo, así que mi madre era quien tenía dudas, pero aceptó con gusto, creo que la cayó muy bien tú mamá.

-¡Mi mamá es asombrosa!

-Se ve que la quieres mucho.

-Si... Ella lo es todo para mí...

El sonrió para así tomar a la gata en brazos, junto la cabecita de ella con la suya para depositar un beso en su nariz.

-¿Te gustan los gatos?

-Claro, son demasiado lindos.

Me gustaba ver que tuviera confianza a mi lado, demostrando algo distinto a lo que era en la escuela, me sentía especial por tener este privilegio.

-Mi madre debió de lavar nuestra ropa, así que debe estar secándose.

-Por suerte, hoy es un lindo día.

-Podríamos... Podríamos ir al parque.

-Si tú quieres, no hay problema.

Camine a mi armario en busca de ropa, tome unos shorts junto a unas medias negras, luego tomé un top negro y una camisa roja. Lleve todo eso conmigo hasta el baño, cerré con seguro para así dejar la ropa en el mueble, me saque mis prendas hasta quedar sin nada.

Atlántic || Souya KawataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora