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Me separe lentamente de sus labios mirándolos por ultima vez hasta caer en si de lo que había hecho. Lo mire a los ojos dándome cuenta que habíamos hecho, me separe rápidamente de el saliendo del agua, sin tomarle importancia a que estaba mojada.

Subí el cerro por cualquier camino, debían irme de acá, no podía verlo a la cara luego de esto, capaz solo fue un sueño del momento.

-Esto no es real...

Cuando vi la motocicleta, pude ver que había llegado, me acerque para tomar mi mochila, me aleja a un arbol para sacarme la camisa y así colocarme mi chaleco.

-Que hiciste Yukiaro..

Coloque mi camisa en una bolsa dentro de la mochila, cuando salí de mi escondite, pude ver a Souya en su motocicleta haciendo lo mismo que yo, sacándose su camisa. Me di vuelta rápidamente tapando mi rostro.

Que vergüenza, que vergüenza.

Respire hondo para así darme media vuelta aún con mi rostro tapado, me acerque lentamente hasta chocar con algo, mejor dicho con su espalda.

-¿Yuki estas bien?

Asentí aún con mi rostro tapado.

-Yo... Lamento mi atrevimiento..

-¡No! Digo si, ¡Digo no!

El solo soltó unas risas mientras yo apartaba mis manos de mi rostro, estaba demasiado avergonzada.

-Lo mejor... Será ir a casa.

-Bien, vamos.

[...]

-¡¿Que?!

-¡Yoko!

-Lo siento, solo que aun no puedo creerlo...

-Yo menos...

-Así que el gemelo tímido te beso y tu correspondiste.

-Si... Yo... No le he hablado desde entonces...

-¡Tonta!

Ella me golpeó con su cuaderno en mi cabeza, solté un "Auch" por el golpe.

-Si lo ignoras, llegará a pensar que estas molesta o algo por el estilo.

-Que puedo hacer..

-No te preocupes, hoy nos vamos a distraer.

-¿Distraer?

-Hanna ya encontro una fiesta, para hoy a las ocho.

-Oh...

-No te preocupes Yukiaro, estaré contigo en todo momento.

-Gracias... Solo que tampoco se que ponerme...

-Tienes mucha ropa bonita, no te preocupes con eso, todo te queda super, eres hermosa.

-Yoko...

-Vamos princesa, yo iré por ti.

-Bien.

Cuando sonó el timbre para entrar a clases, Chiyoko se levantó despidiéndose para ir a su sala. Todo estaba tranquilo hasta que sentí la presencia de esas tres chicas.

Atlántic || Souya KawataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora