I'ᴍ Aʟᴡᴀʏs Bʏ Yᴏᴜʀ Sɪᴅᴇ - [Tabi x Agoti]

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— Entonces... Dices que tienes 21 años, una chica, la cual es tu ex, junto a su padre te arrebataron tu carrera y cuerpo, y por eso eres invisible.

— Por quinta vez: Sí.

— . . . ¿Y por qué te harían eso?

— ¿Qué se yo? Tsk, deja de hacer tantas preguntas.

— Lo siento... ¿Y fue por eso que explotaste el restaurante ayer?

—Soltó un quejido, estaba algo frustrado de tanta pregunta, más si era el tema de lo ocurrido ayer.— Yo... La vi con otro chico. De verdad quería matarla, estoy seguro de que esa zorra se aprovechará de ese chico como lo hizo conmigo.

— Diablos, amigo. Cálmate, no puedes matar a nadie, por mas que odies a una persona.

— ¿Quien dice?

— Yo. Ahora eres mi amigo, y me preocupa tu bienestar.

— Tsk. —Tomó una pausa, mirando al chico de ojos blancos.— Y, ¿qué hay de ti? ¿Alguna mala experiencia?

— Una familia de demonios quiso desaparecerme, me tiraron por un portal a un lugar vacío, estuve solo... Mucho tiempo.

— Que jodido. Pobre de ti... Malditos demonios.

Ambos asintieron.
Tabi miró sus piernas, aún llevaba ropa prestada, la suya estaba en el lavado, aquellas prendas de Agoti le quedaban un poco grandes, pero no era algo que le incomodara realmente.

Pensaba qué podía decir, cuando el más alto buscó su mirada, y aprovechó el espacio en el sofá donde se encontraban sentados, y se recostó, apoyando su cabeza en las piernas de Tabi, y quedaron mirándose nuevamente.

Era adorable, como un niño pequeño que buscaba mimos.

Agoti cerró sus ojos al sentir como el otro le acariciaba la cabeza, por un momento creyó que le golpearía. Tabi parecía un tipo agresivo y poco amigable a veces, pero quería tomarse el tiempo de conocerle mejor, sabía que era una buena persona en el fondo.

— Cachorro...

— ¿Ah, qué dices?

— Eres como un cachorro buscando la atención de su amo.

— Ja, ¿Quieres ser mi amo ya tan rápido?

Tabi se sonrojó intensamente, apartó sus manos de la cabeza del otro y se cruzó de brazos con molestia, ¿De qué carajos le estaba hablando ese chico?

— Noo, era broma. No te enojes, Tabi. —Dijo entre risas el más joven.

Era impresionante lo rápido que Agoti había agarrado confianza en Tabi, aquello le parecía extraño al más bajo. ¿Cómo podía confiar a ojos cerrados en las personas que acababa de conocer?

— Oigan, tórtolos. Saldré un rato. No vayan a romper algo, y no hagan algo inapropiado. —Dijo Aldryx poniéndose de pie junto al sofá.