Final.

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Mantengo mi vista en el vientre de Ana de tres meses de embarazo pero que aún es pequeño. Los últimos días me he sentido muy ansioso y sé que eso no tiene nada qué ver con el jodido asunto de las drogas.

Es más sobre las próximas responsabilidades que voy a admitir. Carajo, ¿Qué se supone que haga ahora? Jamás pensé en tener una esposa o familia, y aquí estoy haciendo ambas cosas. Me estoy asfixiando.

Vuelvo a enfocar la vista en el vientre redondo que parece crecer un poco más cada hora que pasa.

—Estaba pensando —atraigo su atención del libro que lee—. Que debería dedicarme a algo, un trabajo al menos.

Ella sonríe, su semblante resplandeciente porque el embarazo le ha sentado bien.

—No es necesario, pero si deseas hacerlo tienes todo mi apoyo, Christian.

Sabía que lo haría. Ana es tan complaciente que a veces siento que no merezco todo lo que ella me ofrece. Supongo que es algo con lo que tendré qué lidiar toda mi vida.

—¿Necesitas un vaso de agua? Te traeré uno.

No le doy tiempo a que responda, me levanto de la silla y salgo de la sala para dirigirme a la cocina. Tomo un vaso de cristal, coloco un par de hielos y vierto el agua de la jarra.

Bebo todo de un solo trago, haciendo que Gail deje de lavar los platos para mirarme.

—¿Estás bien?

No.

—Si.

Ella por supuesto no me cree porque es una entrometida que gusta dar su opinión de todo. Decido cambiar el tema antes de que pregunte.

—¿Llamaron los Grey? —Gail asiente.

—Si. Dicen que José está tranquilo y que durmio bien. El doctor dijo que tiene un buen pronóstico.

—Me alegro. —y lo digo en serio.

Mi motivación para dejar de consumir fue mi muñequita, es bueno que él haya encontrado su propia motivación, incluso si eso viene en forma de padres y un hogar.

—¿No estás ni un poquito celoso? —su fina ceja rubia se arquea.

—¿Por qué habría de estar celoso? —gruño, no por celos sino por irritación—. José necesita ayuda, los Grey querían un hijo, ambos obtienen lo que quieren.

Y sobre todo, me mantienen a mi lejos de sus putos planes escolares y de superación, o lo que sea.

—¿Entonces por qué estás molesto ahora?

Suspiro, sabiendo que la rubia no me dejará en paz hasta que lo diga. Cruzo los brazos sobre mi pecho para ocultar la incomodidad antes de hablar.

—No se qué hacer con mi vida. —la señora Jones ladea la cabeza en comprensión—. Los Grey querían que volviera a la universidad pero ni siquiera terminé la secundaria.

—¿Qué hay de tus habilidades?

—¿Sexo y drogas? —la rubia pone los ojos en blanco—. Intento alejarme de eso para evitar problemas, no puedo volver a esa mierda.

—Bien. ¿Entonces en qué eres bueno? Y no digas sexo y drogas.

Mierda.

—No lo sé. —breves interacciones con algunas personas a lo largo de mi vida brillaron en mi mente. Negocios simples de compra y venta que me sacaron de algunos apuros—.  Soy bueno con las personas, qué las motiva, qué las incentiva, qué las inspira.

Enlazados (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora