⁕Renacimiento: Una Nueva Era ⁕ Ateez

Capítulo 12

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"Sabes Seonghwa, cuanto más miras e intentas aplastar tu palanca, más loco te ves", dijo Jongho en voz baja, con una sonrisa en su rostro mientras se dejaba caer junto a Seonghwa en un gran trozo de cemento que se había caído de el edificio.

"Cállate", respondió el mayor rápidamente pero con un poco de veneno en su voz.

"No importa cuánto te esfuerces y finjas que el cuello del jefe está estrangulado entre tu mano, en realidad no sucederá".

"No lo sabes, puedo pensar que existe".

Seonghwa escuchó a Jongho suspirar pesadamente a su lado y luego sintió una palmada bastante dura en su hombro.

"Realmente estás desesperado", respondió el más joven, poniéndose de pie una vez más y recogió el rifle que había dejado y se lo llevó a los brazos con un gemido patético.

Seonghwa se volvió para mirarlo, con las cejas juntas.

"¿Qué tal si te pones de mi lado por una vez?" Estuvo a punto de hacer un puchero, pero se abstuvo de avergonzarse aún más.

"Verás, el jefe me asusta y tú no. Yo valoro mi vida a diferencia de ti que eliges jugar con tu vida cada vez que hablas con él. De hecho, quiero mantener mi cabeza sobre mis hombros".

"¿Qué quieres decir con que no te asusto?" Seonghwa se disparó, casi resbalándose del bloque de cemento en el que estaba sentado. "¡Soy la persona más aterradora aquí!"

Jongho solo lo miró con una expresión en blanco durante mucho tiempo, demasiado en opinión de Seonghwa, y luego tuvo que taparse la boca para contener una risa. Seonghwa se quedó allí con la boca abierta, tanto su orgullo como su ego heridos sin remedio.

"Sabes, desde que escuché que el jefe literalmente te inmovilizó contra el suelo con solo su pie, nunca podré verte de la misma manera", el más joven finalmente ya no pudo mantener la calma, inclinándose hacia la cintura mientras se reía a carcajadas.

Si Seonghwa hubiera estado de peor humor, habría golpeado la espalda de Jongho con la culata de su rifle para callar al hombre. Pero estaba de bastante buen humor, habiendo dormido bastante bien por primera vez en mucho tiempo. Jongho debería considerarse afortunado. El hecho de que fuera el más joven no significa que recibiría un trato especial.

"Eso fue hace un mes, ¡maldita sea ya!" Seonghwa se acercó y agarró la oreja de Jongho y la pellizcó lo suficiente para que el más joven apartara la cabeza, lo que detuvo con éxito su risa deshumanizadora.

"No puede ser, era la fuente de serotonina que necesitaba", Jongho se alejó unos pasos de Seonghwa, saltó del cemento y se frotó la oreja enrojecida. "Todos te dijimos que bajaras el tono y que tuvieras cuidado con él, pero nunca escuchaste".

"Él es el que necesita bajar el tono", murmuró Seonghwa, su nariz se frunció un poco por la ira.

Podía sentir a Jongho mirándolo, el más joven siempre tenía una mirada penetrante que era casi inquietante. Tan suave y blando como parecía Jongho, el hombre era todo lo contrario. Era un músculo puro y sólido que Seonghwa solo podía soñar con tener. Jongho estaba construido como un tanque y el mayor casi sintió lástima por cualquier cosa o persona que se interpusiera en su camino.

"Bueno, la fiesta de mal humor terminó, sé que el jefe te hizo venir en este viaje de combustible y no quieres estar aquí, pero tenemos un trabajo que hacer y está casi anocheciendo", señaló Jongho a la luz que se oscurecía. el suave esmalte rojo y naranja que se había apoderado del cielo. Levantó dos dedos horizontalmente, entrecerró un ojo y luego asintió con la cabeza. Seonghwa sabía lo que estaba haciendo, el más joven incluso le había enseñado una vez antes.