⁕Renacimiento: Una Nueva Era ⁕ Ateez

Capítulo 47

Era extraño, y Seonghwa estaba seguro de que todos pensaban lo mismo que él, que Yeosang y Jongho no estaban realmente allí. Era demasiado bueno para ser verdad, y Seonghwa sabía que las probabilidades de que realmente estuvieran allí se limitaban a ninguna. Y sin embargo, cuando Seonghwa se apoyaba en la mesa de la cocina con una taza de té casero en la mano, podía ver en vivo a Yeosang y Jongho sentarse y hablar con todos los demás.

Yeosang y Jongho estarían sentados uno al lado del otro en el sofá con Wooyoung sentado en el suelo, prácticamente entre las piernas de Yeosang mientras jugaba con los cordones de los zapatos del mayor y los ataba como el niño amenazador que era. Los demás se reunían de vez en cuando para hacer preguntas sobre cualquier cosa. Los dos viajeros cansados ​​ya estaban limpios para entonces y era fácil ver las múltiples cicatrices esparcidas por sus cuerpos, y Jongho aún no se había quitado el parche en el ojo, pero algo en Seonghwa le dijo que el más joven no iba a hacerlo.

A veces escuchaba las historias y otras no. Sin embargo, siempre estaba cerca, por miedo a que una vez que miraba hacia otro lado se fueran, y parecía que a Yeosang y Jongho no les importaba ni un poco su compañía, ni la de nadie.

Wooyoung y Yunho se tomaron su tiempo para explicarle a Yeosang por qué terminaron en la casa de la playa en lugar de seguir en el granero e incluso decirle que habían encontrado comida y todos los eventos que sucedieron después de eso. Cuando Yeosang y Jongho se enteraron de la pelea entre Seonghwa y Hongjoong, ambos se volvieron para mirar a Seonghwa, quien de repente encontró un lugar muy interesante en la pared. Si su humor estuviera todavía intacto, habría comenzado a silbar.

"También tuvimos un encontronazo con esas personas psicóticas", dijo Yeosang en voz baja esa noche cuando todos se reunieron y Hongjoong finalmente salió de su maldita habitación de nuevo.

Dijo que después de que Mingi terminó el resto de la historia, porque Jongho reconoció el vehículo que tenían, tenía la misma marca que los que recordaba en ese entonces.

"Olvidé cuántos días habían pasado, cuando caminas por los siglos de los siglos en un desierto ... las cosas simplemente se mezclan", comenzó Yeosang, recostándose contra el cojín del sofá con Wooyoung apoyando la barbilla en la rodilla de Yeosang. "Creo que llegamos a este pequeño pueblo en algún momento, y fue sorprendente porque había gente allí. No había mucha, pero seguro que había algunos. Jongho y yo nos quedamos allí unos días, ayudaron amamantarnos hasta que recuperemos toda nuestra fuerza y ​​teníamos toda la intención de quedarnos porque esa habría sido la única forma en que sobreviviríamos ".

Seonghwa se sentó encima de la mesa de la cocina en lugar de unirse a todos los demás en la sala de estar. Escuchó en silencio, aunque todavía debatía si quería saber todo lo que les había pasado.

"Sucedió una noche que estas personas en camiones vinieron de la nada. Vinieron con granadas y pistolas ... Juro que uno tenía un lanzallamas. Le prendieron fuego a la ciudad, rodearon a todos en un círculo gigante y comenzó a exigirles ciertas cosas, y si no podían proporcionarlas, les quitarían algo físico ... como un brazo o una pierna ".

Seonghwa se estremeció ante eso e intentó concentrarse en la oscuridad de su té.

"Dijeron que podríamos mantener nuestras vidas si les dábamos lo que querían ... pero parece que tienen una historia terrible en el cumplimiento de sus promesas", suspiró Yeosang, bajando la mano y pasando los dedos por el cabello de Wooyoung. "Y parece que todos ustedes pasaron por ese mismo pueblo, siguiendo una de esas falsas promesas. Y desde que Seonghwa encontró mi brazalete, estoy seguro de que todos vieron el daño que causaron".

Yeosang hizo una pausa por un momento mientras parecía pensar en algo antes de preguntarlo.

"¿Había alguien allí? ¿Alguien logró salir?"