⁕Renacimiento: Una Nueva Era ⁕ Ateez

Capítulo 26

Esa noche, cuando finalmente fue a su habitación para acostarse, Yunho y Wooyoung ya estaban en la cama y dormidos. Seonghwa oró por un segundo para que Wooyoung pudiera dormir toda la noche sin ser molestado antes de completar su rutina nocturna de alcanzar la barra superior y alborotar su cabello y luego inclinarse para despeinar el de Yunho. Seonghwa se había sorprendido de que Wooyoung supiera que él había hecho eso, y estaba un poco avergonzado de que lo hubieran atrapado, pero ver que ambos casi parecían relajarse más después de hacerlo, fue suficiente para cancelar la vergüenza que sentía.

Seonghwa se metió en la cama después de eso, su cuerpo le dolía más de lo que debería. Fue un día largo, por lo que realmente no podía culparse demasiado. Habían pasado tantas cosas y lo mantuvo despierto durante mucho tiempo, mirando hacia el techo oscuro mientras millones de pensamientos pasaban por su cabeza. Las cosas que le dijo Wooyoung le hicieron pensar en todas sus acciones, y las cosas que le dijo Hongjoong le hicieron sentir muy incómodo acerca de su futuro.

Si ese grupo de rebeldes descubriera que Hongjoong se había dado cuenta de su plan, entonces terminaría siendo aún peor. Terminarían cambiando sus planes y luego Hongjoong tendría que empezar de nuevo para tratar de averiguar qué iba a pasar.

Hizo que le doliera la cabeza. Odiaba que las personas estuvieran tan impulsadas por el ego y que estuvieran dispuestas a arriesgar la seguridad de otras personas por ello. Sin mencionar a ese hombre que estaba listo para estallar en cualquier segundo, y Seonghwa sabía que era la naturaleza humana no decirle a nadie cuando sucedía algo tan malo como ser mordido. Pero aún así, ese hombre iba a hacer que los mataran a todos si no lo confrontaban pronto y Hongjoong no lo llevaba al techo como lo hizo con todos los otros casos. Técnicamente, nadie sabía qué hizo Hongjoong con esos casos en el techo, pero todos tenían una idea decente.

Fue un verdadero milagro que Seonghwa se durmiera con todos los pensamientos corriendo por su mente. Por lo general, no lo haría cuando no pudiera calmar su mente; sin embargo, terminó quedándose dormido de todos modos. Pero no se sorprendió cuando se encontró rodeado de fuego, una pesadilla tranquilizadora que había estado teniendo durante meses. Siempre era lo mismo, estaría rodeado por todos lados sin escapatoria por brasas encendidas y lo único que podía escuchar era el sonido de la gente gritando a su alrededor.

Ni siquiera podía escucharse a sí mismo llamándolos.

Esta vez fue especialmente fuerte, los gritos fueron implacables y para entonces Seonghwa sabía que lo único que podía hacer era agacharse y taparse los oídos y esperar a que terminara la pesadilla y se despertaría por la mañana cubierto de un fina capa de sudor.

Excepto por esta vez, se encontró con una niña que se había unido a él en el pequeño anillo de fuego. Ella estaba llorando, su cabello trenzado en dos mechones sobre su hombro mientras extendía su mano hacia él. Estaba ensangrentado, y aunque era un sueño, Seonghwa sintió que su pecho se contraía de dolor mientras la miraba.

"Por favor," le rogó, su piel cubierta de ceniza mientras extendía su mano aún más. "No dejes que me muerda-"

Se le secó la garganta y de repente le resultó casi imposible respirar. No podía hablar, no salían palabras cuando intentaba hablar y sus brazos y piernas no se movían. Estaba atrapado en todo tipo de formas mientras ella continuaba llorando y rogándole que la salvara.

Sintió unas manos agarrando sus hombros, sacudiéndolo violentamente cuanto más intentaba desesperadamente moverse.

"¡Hyung!"

Alguien lo llamó a distancia, pero no había nadie más. El fuego a su alrededor ardía más, sus pies se derritieron en el suelo en grandes charcos.