⁕Renacimiento: Una Nueva Era ⁕ Ateez

Capítulo 38

Hongjoong había dicho que tardarían cuatro días en llegar allí después de pasar por la pequeña ciudad, y eso es exactamente lo que les llevó. Daba un poco de miedo lo bueno que era calculando el tiempo, pero Seonghwa se alegró de que no le tomara ni un segundo más.

La ciudad que encontraron era muy grande. Era mucho más grande que el último en el que estaban, y habían visto los grandes edificios desde millas de distancia. Seonghwa era terrible con las direcciones, pero estaba bastante seguro de que la ciudad era Gwangju, a pesar de que nunca había estado allí y solo había visto la ciudad a través de innumerables fotos y videos. Desde lejos parecía una ciudad normal, pero a medida que se acercaban más y más, las señales de destrucción absoluta eran muy claras.

Era casi asombroso lo que la madre naturaleza podía hacerle a un lugar después de tantos años sin que la gente mantuviera las cosas limpias.

Seonghwa y Yunho habían mantenido en secreto el hallazgo del brazalete de Yeosang a los demás, incluso a Hongjoong, que regresó más tarde en la noche. No había necesidad de decírselo y aplastar sus esperanzas antes de que llegaran a la ciudad. Pero Seonghwa le dijo a Yunho que mantuviera un ojo extra y que estuviera en alerta máxima cuando se acercaran. Yunho no discutió con él en absoluto y se había guardado el brazalete en el bolsillo para guardarlo.

Sin embargo, era extraño que incluso tan cerca de la ciudad no vieran a ninguno de los muertos vivientes. Hizo que Seonghwa adivinara todo de nuevo, su cerebro daba vueltas y giros cuanto más se adentraban y seguía sin encontrar señales de zombis. Todavía permanecían en silencio, un instinto incorporado en ese punto que Seonghwa sabía que probablemente nunca abandonarían, incluso si el apocalipsis había terminado.

Seonghwa sostenía su arma en la mano, la correa separada de sus hombros y la palanca en la otra. Seonghwa todavía permanecía en la parte de atrás con Hongjoong guiándolos en el frente, llevándolos por muchas calles diferentes y largas para tratar de encontrar dónde los militares habían establecido los campamentos de socorro. Estaba tan silencioso que Seonghwa podía escuchar a todos respirar mientras seguían caminando y caminando sin cesar.

Estaba exhausto y quería pedir un descanso para tomar agua y sentarse por unos minutos, pero Hongjoong era un hombre en una misión, tratando desesperadamente de encontrar los campamentos donde predicaba que estarían Yeosang y Jongho.

Seonghwa tuvo que morderse la lengua cada vez que Hongjoong mencionaba sus nombres. Era extraño cómo el solo hecho de escuchar sus nombres lo enojaba. Apenas podía soportarlo.

A medida que avanzaba el día y Seonghwa juró que habían revisado la mitad de la ciudad, finalmente se acercó a Hongjoong para exigir un descanso una vez que llegaron a una gran intersección.

"Necesitamos un descanso Hongjoong," Seonghwa lo agarró del brazo para llamar su atención. "Hemos revisado más de la mitad de la ciudad y nada hasta ahora".

"Tenemos que seguir buscando", insistió el más bajo, empujando su largo cabello detrás de sus orejas. "No podemos perder el tiempo y hacer que sigan adelante sin nosotros".

Ese era un argumento válido, uno con el que Seonghwa no podía estar en desacuerdo. Si realmente hubiera campamentos de seguridad en la ciudad, eventualmente seguirían adelante. Seonghwa no estaba seguro de cuánto tiempo permanecerían en un lugar, pero imaginó que no sería por mucho tiempo.

Pero Dios mío, necesitaba un descanso.

"Por favor, hemos estado de pie durante días", presionó Seonghwa más, notando que sus niveles de ruido se habían elevado significativamente desde que dejaron de caminar y se quedaron al aire libre. "Quince minutos no nos van a hacer daño".