⁕Renacimiento: Una Nueva Era ⁕ Ateez

Capítulo 29

Como la mayoría de las cosas que sucedieron ese día e incluso el día siguiente, Seonghwa no estaba muy 'presente' para eso. Seguro que estaba consciente y era capaz de tomar decisiones si lo necesitaba, pero no estaba realmente en el momento como todos los demás. Se quedó a los lados, sentado en una pila de heno que Mingi y Yunho habían separado de las múltiples balas que el granero tenía para ofrecer en camas improvisadas. Luchaba por volver en sí mismo por alguna razón y no estaba seguro de si su cuerpo había retrasado el impacto de todo o si el miedo de ser obligado a regresar a la naturaleza lo había vuelto inconscientemente extremadamente letárgico. Fuera lo que fuera, necesitaba cortarlo.

La única razón por la que no estaba más molesto por su cuerpo defectuoso era el hecho de que Hongjoong estaba en la misma situación. Se fue a su propio rincón y permaneció allí la mayor parte del tiempo, a menos que lo necesitaran en otro lugar. De acuerdo, Hongjoong tenía una gran herida que curar e intentar recuperarse, pero Seonghwa aún lo tomó como una pequeña victoria.

El viaje al río les hizo bien a todos. Siempre había algo sobre lavarse el sudor y la suciedad después de un largo día en circunstancias normales, pero había algo bastante sagrado en sentir el agua fría en la piel en las circunstancias actuales. Seonghwa siempre fue una persona limpia por naturaleza, pero no le importaba que no tuvieran jabón o champú, solo el agua del río era suficiente para rejuvenecerlo lo suficiente como para sentirse más como él mismo.

Durante los siguientes días de permanecer allí, registraron toda la propiedad en busca de suministros que pudieran usar. La casa que no estaba muy lejos del granero solo ofrecía comida enlatada, leche muy, muy estropeada y algunos suministros médicos por los que Yeosang casi lloró. Hubo un momento de pánico cuando Yeosang le quitó el vendaje a Hongjoong y se asustó por lo terrible que se veía: la herida estaba claramente infectada y Yeosang comenzó a revolverse para tratar de arreglarla.

"Literalmente mataría por algunos antibióticos en este momento", divagó el rubio mientras hurgaba en los pocos suministros que le quedaban con una mano y sostenía el brazo de Hongjoong con fuerza con la otra. "Y lo digo literalmente. Mataría a alguien por eso".

Aunque Seonghwa sabía que no tenía antibióticos, o alguien más allí, parecía que todos se mantuvieron alejados de él durante el resto del día, ya que Yeosang se preocupó por la herida que incluso trajo una gran preocupación a alguien como Seonghwa que había sin experiencia médica en absoluto. Pero el hombre parecía salir adelante y mejorar un poco cada día, al igual que todos los demás. Fue un milagro lo que el agua podía hacer en un día caluroso, y San y Jongho tuvieron la suerte de poder atrapar pájaros y pequeños roedores que pastaban en los campos que no habían sido alcanzados por las tormentas de polvo.

"¿Qué pasa si contraemos rabia u otras enfermedades por comer esto?" Wooyoung preguntó una noche, sosteniendo la carne cocida (con suerte) en un palo en su mano.

Todos se volvieron para mirarlo, algunos incluso se detuvieron en su propio consumo de carne y lo miraron con una expresión extraña. Habían creado un gran fuego afuera usando algunos troncos que ya estaban cortados en el granero e intentaron cocinar la carne de esa manera, y ahora que Seonghwa estaba pensando en eso, las posibilidades no parecían muy buenas.

Pero Yeosang suspiró y se pegó la lengua al interior de la mejilla. "Solo cómelo. Está bien."

Ahora bien, si eso era cierto o no, nadie lo sabía con certeza. Pero estaban en la naturaleza sin comida, por lo que no era como si realmente pudieran quejarse tanto. Eso no significaba que Seonghwa no hiciera una mueca mientras se lo comía, no, definitivamente se estremecía con cada bocado.

Seonghwa afortunadamente había vuelto a ser él mismo, le tomó unos días pero finalmente lo hizo. El ánimo de todos aumentó y la atmósfera había mejorado, lo que definitivamente ayudó, pero estaba contento de poder ayudar como solía hacerlo. Los fuegos de la tarde eran su parte favorita del día. No tenían que preocuparse demasiado de que los zombis los encontraran donde estaban, de hecho, no habían visto uno en todo el tiempo que habían estado allí, que había sido al menos una semana.