— Lo dice porque... quiere dormir en la cama...— Mi voz iba cayendo, mientras se acercaba— Ni lo piense— Reté.
— Ya lo pensé muy bien— Me besó suavemente, dejando mis manos caer sobre sus hombros, las entrelacé tras su cuello suspirando. El beso terminó y su rostro reposó sobre mi mejilla— ¿Puedo?— Susurró haciéndome cosquillear, y asentí rápidamente. Sentí otro beso en mi cuello, y su rastro iba bajando hacia mi clavícula. Yo solo podía suspirar y jadear. Me quitó el abrigo y levantó mi camiseta blanca de tirantes, dejándola en mis brazos y obligándome a mantenerlos detrás de mi cabeza, miró mi bra de encaje blanco, y agradecí haber elegido en que tenía la abertura en el frente, era mucho más sencillo de quitar que el que tenía los broches por atrás.
Y sin embargo, tomó ambos extremos y tiró de ellos rompiendo la pieza.
— ¡¿Qué hizo?! ¡Samar!— No me dejó reclamar más, porque atacó mis labios en un beso desenfrenado— Me gustaba ese...— Solo pude decir cuando sus labios pasaron a mis mejillas.
— Te compraré otro— Terminó quitarse la corbata y la camisa. Me terminó de quitar la camiseta de tirantes y la pieza de lencería rota. Bajó sus besos por mi pecho y se detuvo en mi cintura. Con ambas manos bajó mi pantalón, quitando mis zapatillas primero— Qué fea ropa.
— ¡Yaa!— Me reí cuando me hizo resbalar hacia abajo, al tirar mis caderas hacia él, me hizo danzar al compás de sus labios, gritando su nombre en cada orgasmo, chillé y me retorcí del placer en cada oleada y sacudida, me cubrí los labios y sosteniéndome de las sábanas me dejé caer rendida hacia atrás cuando sentí a Samar entrar en mí— ¡Oh, Dios mío!
— Tu turno, preciosa— Asentí frenética cuando me giró cual muñeca dejándome sobre él. Dejó una mano reposar relajadamente tras su cabeza, y con la otra me ayudaba a marcar el ritmo, sosteniéndome por la cadera.
Oírlo gruñir, sisear mi nombre, sus expresiones, su sonrisa, me hacía sentir cada vez más cerca del orgasmo, y cada vez más poderosa, meneé mis caderas en círculos, y sentía como mi interior se apretaba y contraía, yo misma estaba dichosa de placer, tanto que mi vientre se sacudía haciéndome temblar, cuando iba a parar pensando que no podía retenerlo más, Samar me sostiene con ambas manos, uniéndome con fuerza hacia él— ¡Mierda!— Grité cuando sentí nuestro fin.
Nos quedamos inmóviles por un momento, esperando reponernos de tal suceso, yo seguía temblando y respiraba con pesadez, él solo acariciaba mi cabello y hacía círculos con su mano en mi espalda— Gracias— Susurré, y él soltó una risita que se me hizo tierna— Debo ir a la farmacia, no nos cuidamos esta vez— Dije.
— Pidámosla en recepción— Tomó el teléfono de la mesita de noche y yo solo me dejé caer a su lado, cubriéndome con las sábanas, empezaba a sentir el frío. Me ruboricé al escucharlo pedir una pastilla y una caja entera de preservativos, me guiñó un ojo cuando lo dijo— Gracias.
— Deben pensar que somos unos desvergonzados.
— O que soy un maldito con suerte. Mi mujer vino a América desde Londres para...
— ¡No lo digas!— Cubrí su boca con mi mano— Ya es suficientemente vergonzoso que la recepción sepa que tuvimos sexo.
— Es un Hotel, Priya, las personas usualmente hacen esas cosas.
— ¿Entonces? ¿Me quedo con el puesto de secretaria?
— Ni de broma— Me reí— No quiero una secretaria como usted, mi prometida me mataría.
— Uhm, tiene razón. Te mataría— Dije en un tono más molesto de lo que quería sonar en realidad—. Samar, entonces...
— Puedes buscar la secretaria que desees, pero si no me sirve la despediré.
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Anhelo (+18)
Fanfic- Repítelo. - Yo, Priya Chopra, soy solamente tuya. Mi cuerpo y mi corazón tienen un solo dueño, Samar Khan. Sube la mano en una caricia lenta que sigue su camino hasta encontrarse a escasos centímetros de mi rodilla. La piel me arde. Una ola de cal...