Mi habitación

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Después de tres días en cama por una fiebre, decidí retomar el trabajo. 

Me encontraba caminando hacia la oficina más grande, la del puesto más alto, la oficina del increíble señor Khan. Lancé la nariz al air al cruzarme con las otras secretarias en el ascensor, sé que muchas ansían mi puesto, pero ninguna de ellas podría obtener lo que yo. La relación que el señor Khan y yo hemos construido es bastante extraña y de alguna forma, cercana. 

No pienso en él como un amigo, pero tampoco tenemos una relación estrictamente laboral, después de todo, soy su novia de mentira. 

— Hola, Priya ¿Cómo estás?—. Sonreí ante la falsedad de una de ellas. Kiara, había estado en mi puesto alguna vez, pero Mr. Khan es exigente con su mano derecha, y afortunadamente para mí, la destituyeron.

— Bien, gracias ¿Cómo están ustedes?

— Llenas de pesar, por ti, oímos que te despidieron—. Mis ojos se salieron de sus órbitas. El señor Khan hablaba enserio en cuanto al despido se tratase—. Tu reemplazo llegó media hora antes que tú ¿No lo sabías?

Apreté los papeles que tenía en la mano y sonreí—. Lo sabía, claro que lo sabía, el señor Khan habló conmigo personalmente. Vine a recoger mis cosas.

— ¿Aún le dices "Señor Khan"? Pensé que ustedes eran muy íntimos—. Y lo somos, pero eso no es de tu incumbencia.

El ascensor se abrió en su parada, y ellas se despidieron de mí antes de bajar. 

Di un fuerte pisotón molesta ¿Realmente estoy despedida? 

Al llegar a la última planta, encontré a la que ahora tomaba mi cargo, me acerqué para hablar con ella. Me dio una buena impresión, debo decir, cabello recogido, ropa limpia y planchada, maquillaje leve y preocupación, justo como yo gracias a la presión que mi jefe ejerce sobre mí cada fin de mes. 

— Buenos días, señorita Chopra—. Ella fue quien saludó primero, y yo me sentí importante al ser reconocida por ella—. El señor Khan la espera en su oficina.

— Espera... ¿Cómo sabe él que estoy aquí? ¿Y cómo sabes quién soy yo?

— Mr. Khan dio ordenes específicas sobre usted—. Sonreí con suficiencia, así que... soy importante—. Me dio una fotografía suya para reconocerla—. Murmuró haciéndome reír, tenía mi foto del carnet de trabajo—. ¿Gusta algo de beber?

— Un expreso, estaría bien, gracias—. La señorita Swan me guio a la oficina y luego desapareció.

Al entrar, vi a mi ahora exjefe leer algo en su computador. Me acerqué y me senté frente a él en la silla delante de su escritorio—. Buenos días, Mr. Khan—. Finalmente levantó la mirada y sonrió con su típica sonrisa confiada—. Quiero decir... ¿No estaba bromeando sobre el despido?

— ¿Tengo cara de hacer bromas?—. No, realmente no—. Me gustaría decirte que aún sigues bajo mis órdenes, pero ahora eres un ser libre, hasta donde te permite el contrato.

— Muy bien, entonces dime qué hacer. Hace unos días dijiste que soy copropietaria de un restaurant ¿Qué hago, ahora? Nunca he manejado un negocio de ese tipo.

— Lo sé, por eso contraté a alguien para que se encargue de eso—. ¿Qué? ¿Qué se supone que haga yo entonces?—. Debe estar por venir...—. Él revisó su reloj antes de mirarme—. Por cierto, aquí y en todos lados, sigues siendo mi novia, ya sabes las reglas, no hables mucho, no te rías mucho, llámame por mi nombre, no...

— No "Señor Khan", o algún otro apodo—. Lo corté—. Lo sé, ya me lo dijiste antes, Samar.

— Bien, mañana será la inauguración, asegúrate de vestirte decentemente, no podré acompañarte a comprar ropa esta vez, pero puedes usar la tarjeta—. Asentí—. Mañana todos deben vernos como una pareja seria y estable.

Anhelo (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora