"Culpa"; Sasha Waybright

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Amphibia; Sasha Waybright

La paja seguía rasguñándole la cara mientras sentía cómo algo subía por su regazo hasta detenerse encima de ella, se descubrió el rostro para ver mejor; se trataba del pequeño caracol rosa, quién la miraba con sus tiernos ojos y haciendo su sonido característico. Sasha volvió a colocar al caracol en el suelo luego de observarlo bien y se levantó para sacudir sus ropas y armadura, evitando que se quedaran impregnados aquellos tallos secos. Una vez que terminó, salió de granero y comenzó a caminar hacia el pueblo.

Recorría los caminos amarillos con las manos en sus brazos tratando de cubrirse del frío que hacía. Caminaba a paso lento y con la cabeza agachada. No sabía a dónde iba a pesar de ya haber estado antes en el pueblo pero, cuando menos se lo esperó, ya estaba en la fuente central. Se detuvo un momento para observar a su altededor: las casas estaban ya oscuras, a excepción de algunas cuantas con una o dos lucen encendidas, ningún aldeano se encontraba por las calles debido a lo tarde que era; observaba mientras sentía que su garganta se le tensaba poco a poco. Sabía lo que estaba a punto de hacer, pero no quería; odiaba sentir sus mejillas mojadas y moquear hasta no poder hablar. Aún así, no pudo evitar soltar unas pequeñas gotas. Evitando que soltará más lágrimas, se limpió los ojos llorosos con su mano para después seguir caminando.

Había llegado ya la salida de Wartwood cuando la noche había caído por completo. El valle estaba hundido en la oscuridad pero debido a las luces de la aldea aún podía verse un poco más allá. Anduvo hasta llegar a lo más alto del camino: la montaña. No sabía cómo había llegado a ese lugar, pero ahí estaba. Se paró cerca del borde y admiró toda la aldea, destacada por la iluminación que tenía.

Parecía que estaba viviendo una ilusión. No se creía que todo lo que había pasado hace unas horas fuera verdad: lograr recargar las gemas para regresar a casa, la traición de ella hacia sus amigas, el verdadero plan del rey Andrias y su actitud tan fría, los poderes raros de Anne y... el apuñalamiento de Marcy. La espada debió atravesar órganos importantes y vitales. A Sasha se le helaba la sangre de sólo pensar que una de sus mejores amigas estaba muerta mientras que la otra podría estar perdida en cualquier otra dimensión. No podía evitar enojarse con ella misma hasta el punto de dejar marcas en sus brazos debido al fuerte entierro de sus dedos y uñas en estos.

¿Cómo era posible que las cosas cambiarán de un día para otro? Aún recuerda lo mucho que se divirtió tocando en la batalla de bandas, a pesar de no haber ganado como le hubiera gustado.
¿Había sido su culpa todo esto? Por su puesto que sí, pensaba ella. ¿Cómo pudo ser tan mala persona antes y disfrutar manipular a sus amigas? Ella nunca les haría algo que las lastimara, ¡claro que no!, pero no se había dado cuenta que lo físico no era lo único que podías herir.
No se merecía estar ahí y recibir apoyo de las ranas o incluso de cualquier otra especie, después de cómo se había comportado. Por su estúpida idea de siempre tener el control le habían hecho daño a las dos personas que más quería en este y cualquier otro mundo, y posiblemente un daño que no era posible remediar.

Se sentó en el borde del camino, con los pies colgando desde lo alto. Sentía tan mal que sólo se dejó caer, haciendo que un poco de roca se desprendiera de donde estaba, cayendo hasta el suelo. Quería llorar a mares, gritar hasta quedarse sin voz, golpear algo hasta que le sangrasen los nudillos, correr hasta que sus piernas no le respondan; pero no podía moverse. Se sentía tan cansada de todo que no quería hacerlo y al mismo tiempo tan cansada de no hacer nada, que quería a hacerlo todo al mismo tiempo.

Su mente le jugaba tan mal que aún pasaba los recuerdo que tenía de ese día, tal como si mirara un película. Sin embargo, a pesar de todo lo sucedido, había una escena que destacaba: podía ver perfectamente el momento en el que el pecho de Marcy fue atravesado por la gran espada. Recuerda haber gritado su nombre al mismo tiempo que Anne, pero no fue capaz de acercarse a ninguna de ellas. Ciertamente fue Grime quien la sacó del pequeño trance el el que se había metido. Luego, lo único que pensaba era en salvar sus propios pellejos, así que no le tomó tanta importancia a las cosas como ahora.

Calamity trio | AmphibiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora