XV

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-¿Qué quieren que diga?, oh, lo siento, lo que hice fue una estupidez y no lo voy a hacer más- finjo estar arrepentida de forma dramática- no, eso va a ser que no, por lo visto ya me han quitado la capacidad de hacer con mi cuerpo lo que me plazca, después de que me hayan quitado a las dos únicas personas que me importaban en mi vida, también mi vida anterior, mi casa, mis pocos amigos, mis lugares favoritos para estar sola, me han privado incluso de mis supuestos orígenes humanos- hago comillas en las últimas palabras- ¿y ahora me quitan el hacer lo que yo quiera conmigo?, no, eso va a ser que no- me acerco a la puerta hecha una furia bajo la mirada de las tres mujeres que me miran asombradas, abro la puerta- gracias por haberme ayudado y demás y de salvarme de morir desangrada y tal, pero ya pueden dejarme en paz de una vez por todas- salgo decidida hacia mi cuarto, pero me vuelvo a ver lanzada y acorralada contra la pared siendo retenida esta vez por Angelique y Cordelia y esta vez Angi tiene los ojos totalmente de color negro como la oscuridad de una noche sin estrellas y Cordelia los vuelve a tener de color rojo como la sangre

-Ahora escúchanos a nosotras mocosa- la voz grave, fría y dura de la de cabellos azabache hace que empiece a tener miedo- nosotras también estamos impactadas por la muerte de Eva que era como mi hermana y de la pequeña Neira, créenos que nosotras también estamos afectadas por todo esto, pero no es motivo para hacer esto, ni tu madre ni Neira querrían verte así- su voz y agarre se suavizan, pero la cólera me vuelve a invadir a la vez que siento mis ojos arder pero no de forma dolorosa, al igual que una extraña energía me invade

-¿Y vosotras qué sabréis?, que yo recuerde nunca las vi en mi casa, mi madre nunca me habló de vosotras, si tan hermana la consideraban, ¿por qué nunca las vi en mi vida?- consigo zafarme de su agarre y ellas me miran asustadas- venga, responded- les exijo y ellas no dicen nada- lo que yo decía, no la conocían tan bien como pensaban, y ahora quiero que me dejen en paz antes de que me arrebaten la capacidad de controlar mi cuerpo, o de pensar por mí misma- voy a mi cuarto veloz y me vuelvo a encerrar con llave y pongo una silla detrás, suelto un grito de dolor a vez que caigo de rodillas en el suelo otra vez llorando hasta que me quedo dormida en el suelo a la intemperie

Ya han pasado casi tres días desde que me encerré en mi cuarto, no he comido nada, no he abierto la puerta a pesar de las insistencias por parte de cada una de las profesoras. El hecho de no comer desde hace ya varios días me está pasando factura notoriamente, pero logro engañarme bebiendo mucha agua. He hecho de todo y ya no sé qué más hacer y mi cuerpo me dice que necesita salir. Son las 12:00 de la noche, a esta hora todos deben estar durmiendo incluyendo a los profesores, me visto bien abrigada para no enfermarme y con cuidado y sigilo salgo de mi cuarto y recorro el largo pasillo. Bajo las escaleras cuidado ya que si uso el ascensor puedo despertar a alguien. Finalmente logro llegar a la planta principal y me siento en los escalones que hay justo frente a la puerta, me dedico únicamente a escuchar el silencio de la naturaleza que nos rodea acompañado del movimiento de los árboles del bosque tras los edificios, el sonido de algunos animales nocturnos, esto es relajante en muchos sentidos.

Cuando ya ha pasado un rato considerable vuelvo a entrar y a subir las escaleras hasta llegar a mi cuarto, una vez dentro vuelvo a cerrar la puerta con llave y empiezo a quitarme la ropa extra hasta que escucho un ruido extraño y yo estoy en modo de alerta.

-¿Quién va?- digo firme

-¿Qué hacías fuera de tu cuarto tan tarde?- escucho la voz de Angi tras de mí, haciendo que me relaje pero no demasiado

-Necesitaba salir- respondo mientras guardo la ropa en su respectivo sitio sin siquiera detenerme a mirarle

-¿De noche?- ahora quien pregunta es Delia

-Me gusta la oscuridad y tranquilidad de la noche, ¿qué hacen en mi cuarto?- ahora sí me giro para encararles con seriedad y ellas están igual que yo

-No has salido de tu cuarto, tu suerte es que esta semana no hay clases porque tenemos unas pequeña vacaciones hasta la semana que viene, no has comido por varios días y te has negado a hablar con nosotras, esta era nuestra oportunidad de verte y hablar- la pelirroja trata de acercarse a mí, pero yo me alejo- y esta vez no vas a poder escapar de nosotras ni tampoco podrás hacerte daño de ninguna manera- veo que ambas tienen las dos únicas llaves de mi cuarto y yo las miro incrédula

-¿Saben que puedo se las puedo quitar cuando quiera?- alzo una ceja con una sonrisa burlona

-¿Vas a cogerlas de aquí?- ambas sonríen con superioridad y veo que ambas meten las llaves en sus escotes

-Mierda- digo por lo bajo

-Ese vocabulario jovencita- me reprende Cordelia- y para asegurarnos que comes bien hemos hablado con Lily para que nos traigan la comida y te hemos traído comida para ahora- se acercan a la mesa- y no nos iremos de aquí hasta que logremos nuestro objetivo-

-Jajaja-me sale mi temida risa malvada que ha asustado a muchos que la han oído- ya pueden esperar sentadas las dos, soy como mi madre, igual de cabezota y orgullosa- me sigo riendo mientras me siento en mi cama

-Ya lo sabemos y por eso mismo nos hemos traído ropa para varios días y cosas esenciales para una larga temporada, así que si te parece bien, nos vamos a acomodar aquí- me miran decididas

Rojo como la sangre, negro como la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora