XXIV

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-V-vale- con mi mano temblorosa me acerco y ella al notar mi nerviosismo toma mi mano con cuidado y la dirige hacia la zona, yo con cuidado paso la yema de mis dedos sobre ese relieve que tanto han recorrido a lo largo de mi vida, yo instintivamente me voy acercando hasta que me doy cuenta que mi rostro queda a poca distancia de sus pechos, pero veo que ella no le toma importancia, yo con un poco de temor comienzo a acariciar ligeramente la zona rugosa y noto como su respiración se va acelerando un poco, veo que cierra los ojos, sigo acariciando la zona atenta a sus reacciones, su respiración se va entrecortando- ¿qué es lo que sientes?- pronuncio en apenas un susurro

-Creo que va a ser mejor que lo experimentes tú misma, ni yo misma logro expresar lo que siento- de un movimiento rápido yo quedo sentada en su regazo y nuestros cuerpos cerca el uno del otro, ella posa sus manos en mis hombros y mira primero mis ojos y después la camisa-¿puedo?- refiriéndose a los botones, yo asiento con la cabeza y ella comienza a desabotonar la camisa de mi pijama ya que antes me cambié de ropa, va soltando poco a poco, uno a uno cada botón hasta que queda al descubierto mi sostén nada más, después de pasar su mirada por todo mi pecho con cuidado pasa su mano por la misma zona y se detiene en la marca, mi respiración empieza a acelerarse y luego a entrecortarse- ¿qué es lo que sientes Layra?-
-S-siento c-calor y u-un cosquilleo- mi voz sale entrecortada ya que siento como pasa una de sus uñas lentamente sobre la superficie rugosa que sobresale de mi pecho derecho

-¿Y qué sientes cuando hago esto?- se acerca a mí ya que estoy a horcadas sobre ella y me sorprendo al notar sus labios suaves sobre mi lunar y sin querer se me escapa un ligero gemido y yo trato de callarlo con mi mano muerta de vergüenza, noto mi rostro enrojecido hasta las orejas, ella sigue repartiendo besos en la zona y yo trato de ahogar con mi mano mis pequeños gemidos a medida que el calor de mi bajo vientre va intensificando y sin querer voy moviendo mis caderas, se separa ligeramente de mí y me mira a los ojos- dime qué sientes Layra- su voz se escucha un poco ronca

-N-no lo s-sé, es muy e-extraño y confuso- trato que mi respiración se normalice un poco, ella se va alejando de mí- ¿por qué….- me interrumpe

-¿Por qué pasa esto cuando toco la marca?- sonríe ligeramente y yo asiento con la cabeza a la vez que me siento a su lado- verás, al ser el punto que nos conecta a las tres, si una de nosotras lo toca o hace algo en la marca, la otra siente una cierta excitación, pero si otra persona que no seamos nosotras lo toca o hace algo, no sientes absolutamente nada, es posible que, como por ejemplo, yo te acabo de besar la marca, pues cabe la posibilidad de que Angi haya sentido algo, pero no con tanta intensidad como tú lo acabas de sentir, tal vez sólo un poco pero no estamos muy seguras de eso- se encoge de hombros y me acaricia el brazo- ¿estás bien?-

-Si, me encuentro bien y gracias por haberme dejado curiosear- me sonrojo levemente

-No hay que darlas, y ahora sí que hay que dormir pequeñaja- vuelve a acostarse y apaga la luz, yo vuelvo a donde estaba antes, es decir, sobre su pecho- buenas noches Layra-

-Buenas noches-

Al poco tiempo me entrego al sueño y viajo al reino utópico en el que tengo vivencias que tal vez no llegue a recordar al día siguiente.

Por la mañana despierto al sentir los rayos de la luz del sol que atraviesan el cristal de la ventana y choca justamente en mis ojos de forma molestosa. Abro los ojos poco a poco y siento un peso en mi cintura, miro y resulta que es el brazo de la mujer de cabellos similares al fuego intenso que está sobre mi cintura, miro su rostro y veo que me está sonriendo.

-Buenos días peque-

-Igualmente- ella me deja levantarme y me quedo sentada en el borde de la cama

-Buenos días Layra- Allan se posa en mi hombro con voz animada

-Lo mismo digo Allan- le acaricio la cabeza, me levanto y me estiro un poco

-¿Qué piensas hacer hoy?-

-Tenía pensado hablar con Angi para ver si me puede enseñar a usar la magia un poco o tal vez recorrer los alrededores para así familiarizarme con la escuela- me dirijo a la puerta- voy a mi cuarto a cambiarme de ropa y después de desayunar creo que voy a hablar con Lily para ver si me da permiso de tener a Allan en clases sin que moleste a los demás- abro la puerta

-Me parece buen plan, sabes que cualquier cosa no dudes en decirme-

-Tranquila-

Yo salgo junto con mi guardián y entramos a mi cuarto, me cambio de ropa y los dos bajamos al comedor, allí les presento a los tres hermanos a mi nuevo amigo y tras averiguar que los tres son licántropos y yo de hacerles preguntas sobre sus cualidades místicas, ya que siempre me han fascinado este tipo de mitos, después Allan y yo vamos al despacho de Lily que justamente la encuentro entrando en el cuarto.

-Hola Layra, me alegro de ver que estás bien, de no ser por Allan no te habríamos encontrado- me sonríe mientras abre la puerta- ¿querías algo?-

-La verdad es que sí, era para ver si podría darme permiso de tener a Allan en clases, prometo que no va a molestar en absoluto a nadie, no quiero que esté lejos de mí- le explico resumidamente

-No hay problema en que te acompañe en clases, aquí hay brujas que han tenido conexión con sus guardianes, como yo- su sonrisa se amplía y yo la miro curiosa, busco a su animal pero no lo encuentro- no lo ves porque es pequeño- me vengo a dar cuenta que su camisa tiene un bolsillo no muy pequeño del que asoma la cabeza de un ratoncito blanco y de orejas grandes

-Qué monada- me acerco para verlo bien, ella lo coge y lo deja sobre la mesa, es súper peludito- casi parece un peluche, ¿cómo se llama?-

-Despereaux-

-¿Cómo el de la película?- pregunto sorprendida y ella asiente 

-Un día estaba haciendo algunos hechizos con animales y sin querer lo herí y al curarlo me pasó lo mismo que a Allan y a ti y hay pocas brujas que les ha pasado pero aquí está permitido que nos acompañen- le acaricia la cabeza- Despereaux, ella es la famosa Layra, y él es Allan, tranquilo él no te hará nada- el pequeño animal asiente y se acerca a mí, yo le acaricio la cabecita

-Parece un peluche, es súper mono y súper suave-

-Oye, que estoy aquí- se queja Allan celoso

-Ya lo sé Allan, no te pongas celoso- le acaricio la cabeza y Lily se ríe- voy a tener que revisarte y quitarte toda la suciedad, vale que seas mi guardián, pero quiero que estés limpio-

-Estaa bien- justo alguien llama a la puerta y la abre, dejando ver detrás a Angi

-Que bueno que las encuentro a ambas juntas- nos sonríe ampliamente

-¿Ya vamos a hacer lo que comentaste ayer?-

-Si, Layra ven con nosotras- Lily tras volver a poner a su ratón en el bolsillo y se levanta, yo me levanto con mi cuervo al hombro, salimos y vamos a lo que parece ser el gimnasio

-¿Por qué vamos al gimnasio?-

-Ayer te comenté que si te comportabas te enseñaría a hacer un par de hechizos básicos- ante esto mis ojos crecen de emoción y doy saltos de alegría haciendo que ambas mujeres se rían

-Me gusta verla así de emocionada- comenta Lily mientras entramos

-¿Qué voy a aprender primero?- me paro frente a ellas sin dejar de moverme

Rojo como la sangre, negro como la oscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora