11. Dos pensamientos

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Él se fue, yo me quede en su oficina, no creerán que me aburrí, al contrario, pude hacer algo que desde hace mucho tiempo no hacía y me relajó muchísimo, saqué mi iPad y me perdí en las horas

Se me fueron tan rápido las horas que no se si el tiempo se perdió en mí o yo me perdí en el tiempo, tanto que por un momento me quedé dormida

Desperté por el ruido de la puerta al abrirse e intenté fingir que estaba despierta aunque realmente no era así

-pequeña junta ¿Eh?- dije
-se alargó más de lo previsto, ¿Ya comiste algo?
-no, me distraje tanto que olvide que debía comer
-te parece si ¿Vamos por algo juntos?
-claro, me parece buena idea
-solo esperemos a que sea la hora

Con su actitud de cansado llegó hasta la silla de su escritorio, se sentó y yo comenzé a mirar al vacío, por la enorme ventana de su oficina, y todo esto simplemente para evadir su mirada

-quitate los zapatos- dice levantándose de la silla giratoria
-¿Perdón?- respondí impactada
-solo hazlo

Simplemente me agaché un poco, y bezabroche la correa de mis zapatillas y camine un paso fuera de ellas

-cierra los ojos

Nuevamente obedecí a su orden, escuché como arrastró algo y después sentí como mis pies dejaban el suelo y como alguien ponía sus brazos y manos sobre mis piernas levantándome y llevándome

-¿Que haces? -dijé aún sin abrir los ojos
-solo confía

Me sentó sobre la silla, tomo mis piernas y las abrió, mi corazón latía sin control y mi mente divagaba en dos pensamientos, el primero nervios de no saber lo que hará conmigo y en segundo ganas de que no solo haga eso, que haga más, es lo que deseo

Supo  una de mi piernas a un  lado y la otra al otro, yo aún tenía los ojos cerrados, puso su mano sobre mi pierna justo como lo hizo anoche

-abre los ojos

Con temor decido otra vez obedecer a esa voz tan impotente y cautivadora que él tiene, vuelve loca a cualquiera

Lo que vi, fue más allá, el agachado a un lado de mi, sobre mi pierna su mano y lo que veían mis ojos era realmente bello, había visto muchos pero este era diferente, el simple hecho de que sea con él lo hizo especial

Pero más allá de eso, ante mis ojos, un juego de colores irrealmente real

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