36. Black card

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Salí de la habitación de Renata, directamente hacia mi habitación para darme un baño y estar lista para salir con ella, notaba que realmente necesitaba distraerse y olvidarse de todo y todos los que le hicieron daño

Después de unas dos horas, ambas estuvimos listas, yo vestía unos jeans azul marino, súper ajustados, un crop top tipo camisa, que dejaba perfectamente descubierto mi abdomen, color blanco y unas plataformas estilo peep toe, blancas también.

Nos subimos a uno de los autos de Christopher, le pedí al chofer que nos llevara a la empresa, antes necesitaba hablar con él un poco, decirle que su hermana está bien, y hacer una petición que para mi propia persona era un poco humillante, pero no tenía otra opción

Al llegar al enorme edificio, Renata decidió esperarme en el coche mientras yo entraba, afortunadamente traía conmigo el gafete que meses atrás Chris me dió, gracias a eso me permití entrar sin ningún problema o protocolo. Y para mi buena suerte, aún recordaba el piso y el camino para llegar hasta su oficina

Al llegar me recibió su secretaria con un animo no tan agradable

—buenos días-dije— necesito ver a Christopher, ¿está en su oficina?
—si está, pero está ocupado, no puede entrar— responde de mala gana
—¿ocupado? ¿Está con alguien?— pregunto intrigada
—así es, esta con el señor Colón
—¿enserio? Tengo muchas ganas de verle, con permiso

En los minutos que llevaba ahí la secretaria ni siquiera se dignó en mirarme, pero cuando me aparté para entrar en la oficina, bien que fue capaz de verme

—señorita, no puede...— interrumpí su frase al tocar la puerta
—adelante— escuche esa voz perfectamente masculina, desde el interior

La mujer está, de la que no recuerdo su nombre, porque realmente me es insignificante,  maldecía o balbuceaba en silencio mientras entraba a la oficina

—hola— dije al entrar— espero no interrumpir nada importante

Sentí la mirada de Christopher recorriendo todo mi cuerpo, de pies a cabeza, y posarse en el escote del top, que dejaba ver abiertamente gran parte de mis pechos, sin ser vulgar, su mirada se quedó ahí, y en mi interior no sabía si era algo que me causaba seguridad o inseguridad

—para nada— responde Erick— es un placer verte después de tanto tiempo

Colon se levanta de el sillón y se dirige hasta mi para darme un abrazo, como saludo, aunque esa mirada penetrante, aunque no la veía podía sentirla.

Se apartó de mi, y al instante sentí como otros brazos recubrían mi cuerpo, y el olor inconfundible de esa loción deleitó a mis fosas nasales, mi instinto correspondió al abrazo sin más

—pocas horas y ya extrañaba tu cuerpo— susurró en mi odio mientras posaba sus manos en mi cintura
—lamento venir sin avisar— dije mientras me separaba lentamente de él— pero Renata y yo hemos decido salir de shopping, en un día de chicas— después de eso comencé a susurrar para que solo él y yo pudiéramos escuchar pero aunque no es mi estilo hacer esto— necesito un poco de dinero, para ella, para poder comprarle algo, no vayas a creer que me estoy aprovechando de la ocasión para comprar cosas para mi...— su dedo índice en mi labio impido que continuara hablando
—tengo esto para ti— se aparta y se dirige a su escritorio, toma un sobre blanco y me lo entrega— úsalo para lo que quieras, para lo que sea— se acerca hasta mi oído y dice— y si me haces el favor compra cosas para ti también, lo que sea, pero asegúrate que sea algo como esto— toca el top— porque si no fuera porque no estamos solos, créeme que ya te lo hubiera quitado— disimuladamente mete su mano dentro de la tela para apretar mi seno

Mi cuerpo se estremeció y la piel se me enchino ante su contacto, la única reacción que tuve fue ver si Erick estaba observando aquella escena, y para mi fortuna estaba de espaldas, súper adentrado en su móvil, que no prestada atención a la casi escena porno que sucedía ahí mismo

—será mejor que me valla, Reni, me espera allá abajo,— me aparte de él— fue un gusto verte de nuevo Erick— me dirijo hasta el pomo de la puerta cuando esa voz me detiene
—había olvidado mencionar, que mañana en la noche, hay una cena de beneficencia, a la que debo acudir, y tu estás invitada también, Renata también lo está, y es importante que ambas asistan, por favor avísale
—por supuesto, yo le digo— sonreí
— es una cena de gala, a las 8:00 pm, seguramente ambas estarán más hermosas de lo que ya están para mañana— giña un ojo y me apresure para salir de ahí, antes que mis hormonas me traicionen y vuelva a hacer cosas pecaminosas ahí dentro

Salí apresuradamente del edifico y me subí al auto rápidamente, abro el sobre que dio Chris, esperando encontrar dinero, pero no fue así, había una nota, que decía "señorita Dalila, le damos la bienvenida a nuestra compañía, disfrute su centurion card"

Estaba que no entendía que era aquello, hasta que saqué otro sobre pequeño y al abrirlo me encontré con una black card de American Express, con mi nombre grabado en la parte inferior izquierda, no sabía cómo reaccionar a aquello

Para sacarme de mi trance recibo un mensaje de Christopher
"Disfrútala pandita, y no olvides que no tiene límite, si no compras todo lo que quieras, me voy a enojar"

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