31. FOLLAR

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Reaccione, de ninguna manera hiba a perder está oportunidad. Me acerque a ella y sin que se lo esperara la besé. No fue un beso delicado, fue uno lleno de lujuria y pasión.

Tome sus muslos e hice que se sentará encima de la isla de la cocina. Recorrí el beso hasta su cuello, mientras intentaba desabrochar su sostén. Ella me aparto, impidiéndomelo, yo solo alce una ceja en confusión.

—Aquí no.

La mire a los ojos por unos segundos, luego supe lo que trataba de decir, pero aún así me prendía la idea de poder follarla aquí.

Por fin pude conseguir desabrochar el sostén, y entonces me apodere de sus senos. Lamí y mordí.

—Maldición. Sí, así christopher.

Volví a besarla y al mismo tiempo tratando de quitarme la camisa que en estos momentos me estorbaba.

Lo siguiente que hice fue quitarle las bragas, eso la sorprendió un poco. Estaba húmeda, y mi erección crecía aún más.

Ella con desesperación trató de buscar el botón de mi pantalón, pero no sé lo permití. No quería que terminemos haciendo un caos en la cocina.

La tomé de los muslos y ella enseguida enrolló las piernas en mi cadera.

—¿Qué sucede? —cuestiono ella.

—La cocina no es el mejor lugar para tener sexo.

La cargue y empecé a subir las escaleras hasta llegar a mi habitación. Entre junto a ella y la dejé en la cama. Me aleje de ella para quitarme los zapatos, mientras ella me observaba desde la cama.

Ella solo veía como me quitaba los pantalones junto al boxer. Me acerque a ella hasta estar encima de ella.

—Esta noche te follare como nunca lo había hecho con nadie —susurro.

Ella me toma del cuello y acerca más mi rostro. Enrolla sus piernas y nuestras intimidades se rozan.

—Quiero ver qué lo intentes.

¿SOLO POR OBLIGACIÓN? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora