39. Nueva vida

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Dalila

Al salir de la oficina de Chris, nos fuimos directamente al centro comercial más grande la ciudad, uno que está a unos 45 minutos de la casa de Christopher, es un lugar fino, con solo tiendas de grandes marcas, de diseñador

—hace tiempo que no voy de shopping— comenta Renata— y mucho menos acompañada por alguien tan experta en moda
—¿por qué  dices que yo soy experta en moda?— cuestiono intrigada
—pues porque eres modelo— responde— ¿crees que no lo sabía?
—no imaginaba que tuvieras conocimiento de eso
—desde que te vi, te me hiciste conocida de algún lado, así que me puse a buscar en internet y te encontré, en algún momento ya le había dado like a tus publicaciones, incluso te seguía desde antes
—¡wow! Eso si que es sorprendente no tenía ni idea

Caminamos hacia el interior del mall y a nuestro al rededor miles de tiendas con productos tan increíblemente hermosos, que diría que me es imposible no enamorarse de la ropa

El guardaespaldas se mantenía detrás de nosotras caminando como si no estuviera con nosotras, pero siempre mantenía su mirada en nosotras, no lo veía pero lo sentía

—olvide decir que Chris me dijo hace rato, que mañana tenemos que acompañarlo a una cena de beneficencia, así que podemos buscar algo lindo para usar— dije deteniéndome frente a una tienda de vestidos de gala
—no soy fanática de esas fiestas, pero iré solo por que él me lo pide— responde rendida

Nos probamos cientos de vestidos, y todos nos encantaban, pero me encantaron particularmente tres, uno azul rey  de top ajustado y falda suelta, tenia transparencia en la cintura y escote en la espalda, el el cuello tenía una especie de collar de piedras integrado en el vestido, y simplemente me encantó.
Uno verde con el mismo corte, pero la falda era lisa, mientras que el top del vestido era totalmente brilloso, fascinante
El último era un rojo, el que más le gustó a Renata, dijo que se me veía increíble y realmente me pareció fascinante, rojo con brillo en el top y en un costado, el escote era cuadrado, pero permitía ver un poco, no demasiado, pero lo más bello era la abertura que tenía a un costado, permitiendo ver la pierna

—sin duda el rojo es el mejor para ti— comenta Reni— se te ve increíble
—bueno yo llevo el rojo, y tú llevas el negro te te probaste

El mejor vestido para ella era un negro, con un escote en V nada vulgar, el top de encaje, mangas de encaje pero también tenía una abertura en la pierna lo que lo hacía ver increíble

—entonces serán estos dos— le dije a la muchacha de la tienda
—señorita— interrumpe el guardaespaldas— las señoras van a llevar todos los vestidos que se probaron— Renata y yo nos quedamos con la boca abierta— el señor me acaba de ordenar que les compre a ambas todo lo que vean

Ninguna supo cómo reaccionar solo nos observamos una a otra, mientras la empleada de la tienda se llevaba como doce vestidos que yo me probé y ocho que se probó Renata, no reaccioné hasta que la empleada dijo que era hora de pagar, me traen la terminal para ingresar la tarjeta y saco de mi bolso la black card

Ver la reacción de la empleada no se que me dio en el interior, se asombró al ver la clase de tarjeta que traía en mi bolso, ya que las "Centurión Card" mas conocidas como "black card" de American Express no se las dan a cualquiera, ya qué hay que pagar una cuota de $2500 euros al año y tener un gasto mi mínimo de un cuarto de millón de euros (al año)

¿Cómo sé tanto sobre eso? Pues estudie economía a escondidas de mi padre ya que es lo que realmente siempre quise ser, aunque mi sueño frustrado siempre será ser médico. Durante la carrera aprendí algunas cosas importantes

Seguimos paseando y comparando cientos de cosas, Renata no quería tantas cosas como yo, al principio me controlaba y quería compraba pocas cosas pero el guardaespaldas me hacía comprar más, así que simplemente me dejé llevar y comprar todas esas cosas que no había tenido oportunidad de comprarme, quizás para algunas con mi sueldo alcanzaba perfectamente y para otras tendría que ahorrar por muchísimo tiempo pero, después de una larga espera quizás hubiera podido comprarlas, desafortunadamente como mi padre se quedaba con mi sueldo, no podía comprar nada sin pedirle permiso, aunque la que trabajaba era yo

Realmente después de un rato estaba disfrutando de eso de ser la "esposa" de un hombre rico que solo se dedica a comprar y pasear con las amigas, verdaderamente me encantaba, y sin embargo solo me ilusionaba, sabiendo perfectamente que estaba a todo menos cerca de ser la "esposa" de Christopher, no niego que quiero serlo pero pongo mis pies sobre la tierra y pienso en que esto en cualquier momento se podía terminar

—mira un salón de belleza— Reni interrumpe mi trance
—¿quieres ir?¿te gustaría un cambio de look?- pregunto
—no lo sé, creo que estoy aburrida de ser castaño oscuro— responde observando el lugar como deseando entrar
— tienes razón, creo que es hora de dejar la monotonía, yo también me eh cansado de ser rubia, vamos a ponernos más bellas de lo que ya somos— la tome del brazo y entramos juntas al salón
—¿estás segura de querer pintarte el cabello? Tu cabello es hermoso— dice al entrar
—creo que sin duda necesito un cambio, nueva vida, nueva apariencia— le sonreí

Adjunto los vestidos que compraron:

Los de Dalila

Los de Dalila

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Los de Renata

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Los de Renata

Los de Renata

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