Nino Nakano presente en el universo de classroom of the elite.
El shippeo del fanfic no lo tengo claro(Tal vez un poco).
Ninguna imagen o personajes me pertenecen. Solo edito la historia a mi gusto. :V
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—¡Espera!
—¿Hay algo con lo que te pueda ayudar?
Una chica de cabello azul se me acerco, ella miro en su entorno haciendo una pausa antes de responder.
Ella era Ibuki Mio, una espía durante la prueba de la isla deshabitada, alumna de la clase de Ryuen.
—Solo vengo a ofrecer una... disculpa.
—¿Una disculpa? ¿Por qué?
—Por lo de la isla.
—No creo que sea necesario, estabas cumpliendo con tu clase. Siento antinatural tú disculpa. ¿Acaso, te estas disculpando con todos los alumnos?
—Solo sentí que te lo debia... por lo que hiciste por mi en la isla.
—Solo fuimos un par de solitarios.
—Te lo debo, es lo que siento.
—Como quieras, acepto tus disculpas.
—Bueno eso era todo.
Ibuki giro tímidamente, su personalidad era opuesta a su habitualidad. ¿Se están rebelando las kunderes?
—Normalmente, la adivinación de la fortuna se hace individualmente, ¿no? No esperaba esto en absoluto, ¿no estás de acuerdo?
—Supongo, es una decepción.
—Pense que estarías acompañado con Horikita.
—No es el caso, tampoco estoy completamente interesado en la adivinación como para pedirle ayuda.
—Me gustaría decir lo mismo...
—¿Pediras ayuda a Horikita?
—No, hablo de la la adivinación, de la fortuna, estaría mintiendo si tampoco quisiera intentarlo.
Viéndola por un momento.
Tiene un sentido de la moda bastante bueno y definitivamente deja una buena impresión. Claro que no sé mucho del tema.
—¿Quieres ser mi novia?
—Me voy.
—¿Quieres saber tu fortuna, verdad? Somos dos solitarios que sufren las injusticias de las acarameladas parejas, es una buena oportunidad para romper el sistema.
Solo maquillo la situación, también siento una gran curiosidad por la adivinación de la fortuna.
—Solo estoy interesada en Tenchuusatsu.
—¿Tenchuusatsu? ¿Qué es eso?
—¿Viniste sin saber qué es eso? "
—Eso parece.
—Entiendo, acepto fingir contigo, eso...
—Bueno incorporémonos a la fila.
Un silencio incomodo nos azoto, ninguno se atrevía a soltar la primera palabra, la fila cual vista no podía ver su totalidad era otra situación.
