La antigua Jeongyeon

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¿Quién se creía que era?

Aquella pregunta se repetía en la mente de Nayeon, mientras observaba como el famoso Jackson coqueteaba sin pudor alguno con Jeongyeon.

Nayeon tenía claro quién era Jackson. No sólo Jeongyeon le había comentado sobre él, sino que se había dedicado a investigar el Facebook del sonidista e iluminador junto a Tzuyu. Por lo mismo, sabía la cantidad de comentarios que le había dejado a Jeongyeon y que le daba "me gusta" prácticamente a todo lo que hacía su novia en aquella red social.

El sujeto sabía que Jeongyeon era su novia y aun así osaba continuar con sus ataques.

Está bien, Nayeon lo reconocía: Jeongyeon era su novia falsa. Sin embargo, tanto Jeongyeon como Jackson ignoraban ese detalle. Oficialmente eran novias, y cada día Nayeon sentía que olvidaba más y más la mentira involucrada en todo aquello.

Especialmente cuando Jeongyeon la miraba de la forma en que lo hacía en ese momento, al notar su presencia en el teatro.

–¡Nay! –exclamó la rubia, corriendo hacia Nayeon para lanzarse a sus brazos –. ¿Qué haces aquí?

–¿No puedo visitar a mi novia? –contra preguntó la morena con una sonrisa.

–Claro que sí. Me encanta que lo hagas –aseguró Jeongyeon regalándole a su novia una sonrisa que sólo reservaba para ella –. Ven conmigo, así te presento a los chicos.

La presentación no duró mucho, pues no todos los integrantes de aquella producción estaban presentes. Nayeon conocía por fotos a muchos, ya que había ayudado a Jeongyeon a practicar y fomentar su memoria. La última persona a la que saludó fue al famoso Jackson.

–Es un placer –dijo el hombre tras el saludo de Nayeon –. Tienes una novia hermosa –agregó guiñándole un ojo a Jeongyeon.

La rubia le sonrió. Evidentemente la inexperiencia de Jeongyeon le hacía imposible entender la coquetería detrás de cada gesto o palabra. Para ella, eran signos de amabilidad. Nayeon entendía aquello, por eso no se molestaba con su falsa novia. En cambio, no le sucedía lo mismo con aquel tipo.

–Lo sé, la veo todos los días. Pero definitivamente, es más hermosa al despiertar –aseguró con una sonrisa que no podía ser más falsa, para luego centrarse en Jeongyeon y dejar un beso en su mejilla –. Soy realmente afortunada de tenerla a mi lado... de que sea mi novia –añadió enfatizando el pronombre posesivo.

Nayeon quería que Jackson entendiera que Jeongyeon era suya, de nadie más. Ella tenía claro que las personas no era propiedad de nadie, pues no eran objetos... ¡pero Jeongyeon era su novia y ese tipejo debía comprenderlo!

–No, yo soy la afortunada –contradijo Jeongyeon –. Mi Nay... Nayeon–se corrigió –. Es la mejor persona de la vida. La mejor amiga que alguien puede tener y la más espectacular novia de todas. Ella hace que todo sea más fácil.

Y de pronto, para Nayeon ya no había más Jackson, ni mentiras, ni personas en aquel teatro. Sólo ellas y sus miradas. Sólo ellas y los ecos de sus palabras.

El beso y la pasión que contenía, fueron inevitables. O al menos así lo sintió Nayeon. Apenas sus labios hicieron contacto, los sentimientos que la invadieron fueron abrumadores. Cada caricia que se regalaban era como la primera, o mejor, y cada beso demostraba que aquella frase que señala que "la práctica hace al maestro" no podía ser más cierta en el caso de Jeongyeon.

Si no fuese, porque alguien -presumiblemente Marcus- tosió, el beso se hubiese extendido por más tiempo.

–Disculpa, a veces nos resulta complicado controlarnos –dijo Nayeon sin ninguna pizca de arrepentimiento en ella.

El extraño caso de Yoo JeongyeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora