Habían pasado gran parte del día en el hogar junto a Chaeyoung. Todo había vuelto, relativamente, a la normalidad. La despedida fue el momento más duro. La morena más pequeña había rogado y rogado para que no se marcharan y Jeongyeon le prometió y prometió que volverían al día siguiente, que iban a luchar y que las despedidas se iban a acabar pronto.
Una vez ya en casa de las Yoo, informaron a los tres abogados la nueva situación. Jeongyeon intentó verbalizar todo lo que Chaeyoung le había contado y lo que había podido intuir. A la vez, Nayeon relató con detalles la conversación que había oído entre la directora y su secretaria.
Bryan comenzó a redactar inmediatamente un escrito, en el que solicitaba con urgencia una audiencia de rendición de prueba. Momo les advirtió que quizás iba a ser necesario llamar a Chaeyoung a declarar ante el juez, aunque intentarían evitar que ello sucediese. June sugirió que le presentaran como proposición al juez que él entrevistara a Chaeyoung en el hogar, directamente, para que la pequeña no tuviese que pasar por toda la presión que involucraba declarar en un tribunal.
Cuando Bryan y Momo se despidieron para ir a cenar a sus respectivos hogares, las sonrisas que portaban en sus rostros eran indicativas del cambio de panorama a su favor. Aquel simple gesto, tranquilizó de sobre manera tanto a Jeongyeon como a Nayeon.
Hyori, pese a las protestas de la fotógrafa insistió en preparar solo la cena para todos, sólo permitiendo que Tzuyu actuase como su aprendiz.
Una hora más tarde, comieron entre sonrisas y una calma que habían anhelado durante días. Cuando los primeros indicios de cansancio se manifestaron en Tzuyu, las madres de Jeongyeon le pidieron a Nayeon que la dejaran quedarse con ellas. La pequeña morena apoyó la idea de inmediato. Lo que querían era permitirles a ambas mujeres tener un tiempo para ellas en el departamento de Nayeon, sin ninguna otra preocupación de su relación, su amor y su otra mitad.
Aunque Nayeon tenía algunos titubeos respecto a aceptar, porque sentía que de cierta forma era abusar de sus suegras, Jeongyeon no dudó en hacerlo y la sonrisa que le dedicó a su novia, borró toda duda en la mente de la morena.
Luego de despedirse de los Yoo y de Tzuyu, se marcharon en el coche de Nayeon rumbo a su departamento. Ambas sabían que necesitaban aquel momento a solas. Muchas cosas habían ocurrido en un breve lapso de tiempo. Muchas situaciones debían aún ser conversadas y muchas otras debían confesarse.
Nayeon comenzó a sentir como los nervios crecían en su interior a medida que se acercaban a su hogar. ¿Qué esperaba Jeongyeon de aquella noche? ¿Cuáles eran los límites? ¿Su novia se encerraría en sí misma como los días anteriores o compartiría sus temores con Nayeon ?
Muchas preguntas, pero ni una sola respuesta.
La fotógrafa estacionó su coche en el lugar que la administración del edificio le había asignado, tomándose un tiempo antes de descender de él, pues necesitaba serenarse. Jeongyeon la esperó en silencio, pero cuando llegó a su lado, la rubia tomó su mano derecha y la apretó, antes de comenzar a caminar hacia el ascensor.
Nayeon podía sentir cómo la inquietud crecía y crecía en su novia, que no paraba de mirarla. Tan pronto como estuvieron dentro del apartamento, Jeongyeon se paró frente a ella.
–¿Hice algo malo? –preguntó confusa la rubia. Nayeon rápidamente negó –. Entonces, ¿qué pasa? No has dicho nada en todo el camino; además, he sido yo la que ha tenido que tomar tu mano y eso es algo que siempre haces. No entiendo...
Nayeon inhaló hondo, para luego exhalar casi derrotada antes de hablar.
–No sé bien cómo actuar –confesó la morena –. Pensé que todo estaba excelente entre nosotras, que nuestro vínculo no podía ser más fuerte, pero luego pasó lo del hogar y tú me ignoraste, me apartaste de tu lado. Ahora volvemos a estar bien, pero... tengo miedo... No quiero que te alejes, no quiero hacer nada que pueda provocar que me vuelvas a apartar...
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El extraño caso de Yoo Jeongyeon
Fiksi PenggemarIm Nayeon lo había perdido todo gracias a Yoo Jeongyeon. Había tenido que comenzar de nuevo, desde los escombros. Ahora que su vida estaba nuevamente encaminada, nueve años después, aquella castaña hasta donde recordaba, volvía a su vida para cambia...