Aceptar el pasado

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Para cualquier persona que al menos hubiese pasado unas horas con Yoo Jeongyeon, el cambio no pasaba desapercibido. Obviamente, para sus compañeros de trabajo, el cambio era evidente.

Por más que la rubia intentó disimular, aquel lunes siguiente a la romántica petición de su ahora novia, no podía dejaba de hablar sobre ella. Era como si el título le hubiese dado la libertad y confianza que necesitaba para hablar de la morena.

Solar no paraba de sonreír cada vez que la escuchaba relatar lo grandiosa que era su novia. Lo hermosas que eran sus fotografías, lo fantástica madre que era. Su amiga nunca había visto a su amiga así de emocionada o viva. Era como si aquella morena le hubiese brindado la energía que Jeongyeon siempre había estado buscando sin saberlo. O quizás siempre lo supo, al fin y al cabo, todos los que conocían a Jeongyeon sabían de la existencia de Nabongs. Aquello era más bien una demostración de la importancia de Nayeon en la vida de Jeongyeon, aunque la rubia lo hubiese ignorado por años.

El resto de sus compañeros de trabajo seguía sin entender nada. Parecía como si Jeongyeon estuviese recién empezando una relación con su novia. La rubia pasó de no hablar nada sobre la morena que habían conocido hace un tiempo, a relatarles toda su vida. No es que les molestara, Jeongyeon desprendía esa aura infantil que no dejaba a nadie indiferente y generaba un instinto de protección. Incluso ahora, hablando de su novia, parecía una adolescente que por primera vez está enamorada.

Jackson, sonidista y encargado de ordenar la iluminación era el único que no se veía conforme con la situación. Sí, él sabía que Jeongyeon tenía novia y conocía aquella mujer, pero salvo la visita ocurrida un tiempo atrás, mucho más no se sabía de ella. La falta de comentarios sobre su relación, el secretismo e inclusive la falta de evidencia en las redes sociales, lo habían motivado a seguir intentado sutilmente acercarse a la rubia. Ahora, Jeongyeon irradiaba felicidad y no paraba de relatar mil historias sobre Nayeon, su novia. No sabía qué había cambiado, pero evidentemente había sido algo importante.

–Eso es todo por hoy –gritó el director y algunos exclamaron feJeongs. Jeongyeon aún tenía energías para continuar. Quería que todo saliera perfecto.

–Tu novia vino a buscarte, Jeong –dijo Solar añadiendo algo de picardía a la mención de la palabra novia.

–¡Nay! –exclamó la rubia, antes de correr hacia los brazos de la fotógrafa y besarla con pasión –. Viniste...

–Sí –respondió Nayeon aun recuperándose de la bienvenida –. Pensé que quizás podíamos aprovechar de ir a comer por ahí o hacer algo juntas. Entre nuestros trabajos y las niñas tenemos pocos momentos a solas.

–Me encanta la idea –aseguró Jeongyeon –. Quédate aquí mientras recojo mis cosas, así podemos irnos.

La rubia intentó apresurarse lo máximo posible para que Nayeon no tuviese que esperar demasiado. Justo cuando estaba de regreso, vio como Solar se despedía de su novia con comodidad. Le alegraba ver que a sus amigos parecía agradarles la morena, hacía todo más sencillo.

–Espero no haberme tardado demasiado –indicó Jeongyeon al llegar hasta Nayeon.

–Para nada. Solar me contó que estuviste revelando cosas de nuestro pasado –bromeó la ex porrista, pero Jeongyeon no fue capaz de percibir el tono jocoso.

–Sí, lo siento. No quiero que te molestes por haberlo hecho, es que quería que entendieran lo importante...

–¡Hey! –interrumpió Nayeon tomando el rostro de la rubia –. No me molesta, me gusta que quieras compartir cosas con ellos, que te sientas en confianza. Eso es bueno... aunque por las miradas que me ha lanzado tu compañero, él quizás no está muy contento.

El extraño caso de Yoo JeongyeonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora