[p2]Capítulo 9

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A la mañana siguiente, sin embargo, la nevada que había empezado a caer por la noche se había transformado en una tormenta de nieve tan recia que se suspendió la última clase de Herbología del trimestre, los chicos aprovecharon en ir a jugar en la nieve para distraerse un rato.

—Vamos — Susurró Draco a Michelle en el oido mientras le tomó su mano y la llevó con el y Pansy afuera. Al estar afuera empezaron a hacer bolas de nieve y comenzaron a reirse tn fuerte que sus barrigas no soportaban el dolor. Draco se sienta sobre la nieve y mira de una manera extraña a Michelle, ella y Pansy notaron la distracción de Draco. 

— ¿Y tu qué tanto miras? —Dijo Pansy con una risa nerviosa—Parece que te quedaste hipnotizado— Rie mientras se sienta cerca de el 

—¿Yo?— Draco dió una risa y Michelle le sonrió satisfecha asintiendo antes de hacer una mueca de sarcasmo, era muy imposible el hecho de hablarle bonito o cordial a alguien que siempre pasaba molestándola.—Solo miraba al vacío, me suele pasar eso siempre. O mejor dicho desde que Astoria me dio ese chocolate la vez en la que me pidió ayuda en la biblioteca

—¿En serio? De seguro te dió una poción de amor!!!— Draco entornó los ojos con fastidio pero antes de que pudiera protestar esta habló de nuevo.—Mejor mantente alerta, no vaya a ser que mientras lloras por ella, vayas a rogarle—

—Y a ti que tanto te interesan mis cosas—Respondió Draco jocosamente siguiéndole el juego a Michelle.

La diversión había terminado horas después, debido a que por la tarde había clase de Historia de la Magia, esta era la asignatura más aburrida de todas. El profesor Binns, que la impartía, era el único profesor fantasma que tenían, y lo más emocionante que sucedía en sus clases era su entrada en el aula, a través de la pizarra. Viejo y consumido, mucha gente decía de él que no se había dado cuenta de que se había muerto. Simplemente, un día se había levantado para ir a dar clase, y se había dejado el cuerpo en una butaca, delante de la chimenea de la sala de profesores. Desde entonces, había seguido la misma rutina sin la más leve variación. El profesor Binns abrió sus apuntes y los leyó con un sonsonete monótono, con o el de una aspiradora vieja, hasta que casi toda la clase hubo entrado en un sopor profundo, sólo alterado de vez en cuando el tiempo suficiente para tomar nota de un nombre o de una fecha, y volver a adormecerse. Llevaba una media hora hablando cuando ocurrió algo insólito. Hermione alzó la mano e hizo que toda la clase despertara del aburrimiento . El profesor Binns, levantando la vista a mitad de una lección horrorosamente aburrida sobre la Convención Internacional de Brujos de 1289, pareció sorprendido.

—¿Señorita...?
—Granger, profesor. Pensaba que quizá usted pudiera hablarnos sobre la Cámara de los Secretos —dijo Hermione con voz clara; Robín se había permanecido boquiabierto, mirando por la ventana.

—Que de la que cosa?— susurró Robín a Michelle, esta levantó la vista y dejó de hacer garabatos en las paginas. El profesor Binns quedó boquiabierto y parpadeó dos veces seguidas para responderle.

—Mi disciplina es la Historia de la Magia —dijo con su voz seca, jadeante—. Me ocupo de los hechos, señorita Granger, no de los mitos ni de las leyendas. —Se aclaró la garganta con un pequeño ruido que fue como un  chirrido de tiza, y prosiguió—: En septiembre de aquel año, un subcomité de hechiceros sardos... Balbució y se detuvo. De nuevo, en el aire, se agitaba la mano de Hermione, el silencio de nuevo reinó.

—¿Señorita Grant?

— ¿Diga?— Respondió Robín en un disparo .
—No , usted no, chico. La señorita —

—Soy Granger, señor,¡Granger! . Y disculpe, señor, ¿no tienen siempre las leyendas una base real?—El profesor Binns la miraba con tal estupor, que Harry adivinó que ningún estudiante lo había interrumpido nunca, ni estando vivo ni estando muerto.

—Veamos —dijo lentamente el profesor Binns—, sí, creo que eso se
podría discutir. —Miró a Hermione como si nunca hubiera visto bien a un
estudiante—. Sin embargo, la leyenda por la que usted me pregunta es una
patraña hasta tal punto exagerada, yo diría incluso absurda...— Cuando el Profesor empezó a explicar, ya todo tenia interés en las palabras del profesor Binns; éste miró a sus alumnos y vio que todas las caras estaban vueltas hacia él. Michelle se sintió cada vez más desconcertada al notar lo hirritante que Hermione se convertía al seguirle preguntando.

—Muy bien —dijo despacio—. Veamos... la Cámara de los Secretos...
Todos ustedes saben, naturalmente, que Hogwarts fue fundado hace unos mil
años (no sabemos con certeza la fecha exacta) por los cuatro brujos más
importantes de la época. Las cuatro casas del colegio reciben su nombre de
ellos: Godric Gryffindor, Helga Hufflepuff, Rowena Ravenclaw y Salazar
Slytherin. Los cuatro juntos construyeron este castillo, lejos de las miradas
indiscretas de los muggles, dado que aquélla era una época en que la gente
tenía miedo a la magia, y los magos y las brujas sufrían persecución.
Se detuvo, miró a la clase con los ojos empañados y continuó:
—Durante algunos años, los fundadores trabajaron conjuntamente en
armonía, buscando jóvenes que dieran muestras de aptitud para la magia y
trayéndolos al castillo para educarlos. Pero luego surgieron desacuerdos entre
ellos y se produjo una ruptura entre Slytherin y los demás. Slytherin deseaba
ser más selectivo con los estudiantes que se admitían en Hogwarts. Pensaba
que la enseñanza de la magia debería reservarse para las familias de magos.
Lo desagradaba tener alumnos de familia muggle, porque no los creía dignos
de confianza. Un día se produjo una seria disputa al respecto entre Slytherin y
Gryffindor, y Slytherin abandonó el colegio.— El profesor Binns se detuvo de nuevo y frunció la boca, como una tortuga vieja llena de arrugas. —Esto es lo que nos dicen las fuentes históricas fidedignas —dijo—, pero estos simples hechos quedaron ocultos tras la leyenda fantástica de la Cámara de los Secretos. La leyenda nos dice que Slytherin había construido en el castillo una cámara oculta, de la que no sabían nada los otros fundadores. »Slytherin, según la leyenda, selló la Cámara de los Secretos para que nadie la pudiera abrir hasta que llegara al colegio su auténtico heredero. Sólo el heredero podría abrir la Cámara de los Secretos, desencadenar el horror que contiene y usarlo para librar al colegio de todos los que no tienen derecho a aprender magia. Cuando terminó de contar la historia, se hizo el silencio, pero no era elsilencio habitual, soporífero, de las clases del profesor Binns. Flotaba en el aire un desasosiego, y todo el mundo le seguía mirando, esperando que continuara. El profesor Binns parecía levemente molesto. —Por supuesto, esta historia es un completo disparate —añadió—.Naturalmente, el colegio entero ha sido registrado varias veces en busca de la cámara, por los magos mejor preparados. No existe. Es un cuento inventado para asustar a los crédulos. Hermione volvió a levantar la mano, ahora el profesor se sintió más incomodo.

—Profesor..., ¿a qué se refiere usted exactamente al decir «el horror que
contiene» la cámara?—

—Se cree que es algún tipo de monstruo, al que sólo podrá dominar el
heredero de Slytherin —explicó el profesor Binns con su voz seca y aflautada.
La clase intercambió miradas nerviosas. —Pero ya les digo que no existe —añadió el profesor Binns, revolviendo en sus apuntes—. No hay tal cámara ni tal monstruo.

—Pero, profesor —comentó Michelle— ,si sólo el auténtico heredero de Slytherin puede abrir la cámara, ¿no?

—Tonterías—repuso el profesor Binns en tono algo airado—si una larga sucesión de directores de Hogwarts no la han encontrado...

—Pero, profesor —intervino Robín—, probablemente haya que
emplear magia  para abrirla...

—El hecho de que un mago no utilice la magia negra no quiere decir que
no pueda emplearla, señor Grant —le interrumpió el profesor Binns — Pero igual, Insisto, si los predecesores de Dumbledore...

—Pero tal vez sea preciso estar relacionado con Slytherin, y por eso
Dumbledore no podría... —apuntó Hermione , pero el profesor Binns ya
estaba harto.

—¡Ya basta! —dijo bruscamente—. ¡Es un mito! ¡No existe! ¡No hay el
menor indicio de que Slytherin construyera semejante cuarto trastero! Me
arrepiento de haberles relatado una leyenda tan absurda. Ahora guarden todo porfavor, pasamos casi toda la hora en esto, gracias a la señorita Grant. 

—Granger, Profesor—
.

Hemisferios:Michelle y el inicio de una historia Mágica[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora