²𝑅𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎

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Tras varias horas de reflexión, además de pensamientos confusos, el joven redactó una carta de apenas media hoja.

—¿Por qué diablos me están siguiendo?—Dijo con irritación mientras volteaba a ver a el cuarteto detrás de el.
—Estuviste todo el día en las nubes, ¿Vas a ver a tu novia?—Se burló un peli-negro de ojos afilados.
—¿No es este el camino para el   correo?—pregunto un chico, calvo.
—¿Tienes novia en el             extranjero?—Pregunto, ahora un chico de larga cabellera.

El joven solo los ignoro y estos platicaron entre si, los trámites fueron cortos y en menos de una hora se encontraban comiendo en un puesto de tteokobokki.

—¿En dónde queda México?—un chico de trenzas preguntó, con una pronunciación parecía al inglés Mexico. [멕시코|Megsiko]
—¿No está arriba de Estados      Unidos?—pregunto el de tenis rojos.
—Esta abajo de Estados Unidos—dijo el más alto de los presentes, quien trataba de no recargar su peso por completo en el pequeño banquito.

La charla se hizo amena, con ciertas maldiciones de parte del Seo, varias bromas de parte del hijo del gánster y algunas enseñanzas de geografía del hipopótamo de Gangseo.

















Cinco días, en esos cinco días, la casa Cedeño central era un caos.

—¿Cómo quemas un cereal?—La joven castaña de ojos miel miraba al techo con una mirada vacía.
—¡¿Quién diablos le pone gasolina al cereal?!—dijo un joven de cabello negro y ojos oscuros.

Una niña de cabello rubio, casi blanco, levantó el dedo para señalar a un chico más grande.

—¿Por qué mierda quieres quemar la cocina?—Replicó con molestia el mismo joven mientras señalaba una parte cercana donde se veía la pared pintada de negro, o más bien quemada.
—¡No se lo puse al cereal!—los cinco presentes lo miraron con clara incredulidad—¡El bote! Alguien lo tomo y se lo hecho al cereal!—Se excuso.

Si, los seis mayores de los primos, técnicamente los adolescentes de la familia, tenían dos horas para recuperar la gasolina perdida, esconder el olor, deshacerse de la pared quemada y crear una excusa creíble ante la extraña situación de las puntas negras de la rubia. Puntas quemadas por el fuego accidental.









—¿Ellos también vendrán?—Pregunto con clara molestia la ojiverde.
—Jazmín, son nuestros primos, mamá invito a sus hermanos y con eso de que Samuel tuvo un hijo...—Dijo con obviedad la mujer que mayor, solo por tres años, aunque por dentro también se encontraba molesta.
—¡Jazmín, Alfonsina!—Llamo a lo lejos Alessandra.

Las tres mujeres menores se encontraban reunidas como favor de la mayor, Alejandra, quien les pidió comprar algunas cosas para la próxima reunión familiar, a solo cuatro días de Halloween y cinco de día de muertos.

—¿Vamos?













Los días pasaron con rapidez.
A lo largo de esos días, fueron llegando el hermano de la abuela , dueña de aquella gran hacienda, también fueron reunidos los hijos de este, así como los hijos de estos.

Cuatro generaciones reunidas en una gran casa, desde los bisabuelos hasta los bisnietos.
La mayoría de la “nueva generación” y “generación media” estaban confundidos pues los viajes y vuelos se adelantaron más de lo esperado.

—Pensé que no los vería hasta Navidad.—dijo una joven de morena con ojos miel.
—Lo mismo digo—Le respondió con ironía Keyla, prima segunda de la joven morena.

Una gran parte del terreno se llenó de autos, la mayoría modelos nuevos, otra zona contaba con todo un parque de diversiones para los menores de 10 quienes estaban ajenos a las tensiones dentro de la casa.

—¡Imperdonable! ¡¿Cómo no va poder enviarnos ni una mendiga carta en 20 años?!—Se quejo un hombre con un acento en particular, del norte.
—Por primera vez concuerdo con   este—opinó otro hombre con un atuendo más formal, para luego tomar de un vaso de whisky, servido por la mujer que se encontraba a su lado.
—Es 50/50, ¿Qué le habrá pasado para que no nos haya avisado de           nada?—Dijo, más para si misma, una mujer de ropajes onerosos.
—Ay como se quejan, ¡Luciana tiene razón! No sabemos que pudo haber pasado por esos lados—otro hombre hablo, está vez, lo más destacable era su apariencia que resaltaba demasiado. Era un albino.
—Estoy de lado de Panchito, ¿Han visto las noticias de ese país?—Una mujer preocupada, que lucía como la mayor de aquellos cinco hermanos.

—¡Silencio!—Aclamo un hombre de gran edad, de quizás unos 60 años.
—Padre, lo que Samuel hizo no tiene nombre!—Se quejo el de sombrero “ranchero” mientras el hombre de traje asentía.
—Además, un socio de allá de Corea me dijo que el chico nunca conoció a su padre ¡Ni siquiera le pusieron nuestro apellido!—Expusó con furia el hombre de traje, todos quedaron sorprendidos .

—¡¿Qué?!
—Por dios...
—¡Maldito desgraciado!
—Cuando lo vea voy a partirle la madre!

Fueron varias las maldiciones y quejas ante la prolongada ausencia de uno de los más queridos de la familia, en su momento.
















—¿No es raro?—Pregunto la rubia mientras el sonido del saco siendo golpeado se detenía.
—¿Qué?—la morena se acercó para tomar un poco de agua.
—Se supone que todavía falta bastante para la reunión pero el abuelo Max ya está aquí, además de que los bisabuelos van a llegar hoy, ¿No es muy apresurado? Incluso pospusieron el cumpleaños de la tía Francisca para adelantar el vuelo.—explicó mientras miraba a sus demás primos platicar o entrenar.
—Bueno...¿Y si tiene que ver con el tío Samuel?—Se acercó con cautela a su prima para susurrarle—Lucia dijo que escucho algo de la conversación que tuvieron en el almuerzo de hace tres días—La expresión de la rubia cambio de desinterés a sorpresa—Dijeron que un tal primo de ellos contacto al tío Alfonso...Y que ese primo tuvo un hijo en el extranjero—Se alejo para notar la mirada de sospecha de la rubia
—¿Y si se trata de el tercer hijo de el abuelo David? Que en paz         descanse—movió su brazo para percinarse.

Ambas jóvenes empezaron a platicar y formar varias teorías de la extraña situación, había años en los que incluso llegaban hasta en la misma Noche Buena ¿Por qué sería diferente aquel año?














Una mujer de cabello negro y ojos rasgados entro a la habitación donde se llevaba a cabo la cena.
Siendo recibida por miradas de desaprobación de algunos pocos, confusión de la mayoría y una mirada en especial que observo con sorpresa el sobre que está tenía en mano.

—¡La respuesta!—Gritó con tanta emoción que todos los menores estaban confundidos y los adultos ya tenían una idea.

La cena fue muy corta para los menores que fueron corridos del comedor, y muy larga para los adultos que analizaron [con ayuda de la coreana de la familia] hasta las comas que estaban escritas.

¿𝚓𝚒 𝚘 𝚡𝚒? ✈︎ʟᴏᴏᴋɪsᴍDonde viven las historias. Descúbrelo ahora