Homenum Revelio [Wizarding World Headcannons]

Peace, Love and Joy

🌲🌷   Drabble escrito para la dinámica navideña de 2021 de 

-Generación: Era Merodeadores

-Prompt: #06 "Explosión navideña, y no metafóricamente" 

-Palabras: 755

"A veces, las memorias son la peor parte de la tortura"

- Después de tres canciones de cuna, al fin Neville se durmió, - Dijo Alice, mientras soltaba una risa y tomaba asiento junto a su esposo en el sofá.

La familia Longbottom vivía en una pequeña casa de campo, alejados del bullicio y escándalo, perfecta para las varias plantas de Alice, los entrenamientos de auror de Frank, y sobre todo perfecta para ver crecer a Neville.

Junto a Frank, Alice observaba el fuego de la chimenea, en un total y tranquilo silencio.

Se suponía que la época navideña debe ser felicidad, música y amor, pero se vuelve imposible cuando el diario El Profeta y la radio están repletos de noticias acerca de muertes y torturas, muchas de esas víctimas eran amigos y compañeros de sus años en Hogwarts.

Por inercia y solo por un momento Alice bajó la mirada al anillo en su mano, notó también la quemadura causada por un descontrol mágico de su hijo Neville.

Cualquiera que conociera su situación diría que tomaron decisiones pensando; es ahora o nunca. Y talvez es cierto, pero estaba dispuesta a decir que no se arrepentía de nada.

-Estaremos bien Alice, mientras estemos los tres juntos no nos sucederá nada, -comentó Frank.

-Sí, yo lo sé.

-Ten la certeza de que si será. Como padre estoy ansioso por ver el momento cuando Neville comience a experimentar con mandrágoras, estoy seguro de que heredó tu don para la herbología. -Frank estiró el brazo hasta la mesita de café, y le ofreció un caramelo de miel, acompañado de una sonrisa - Ten, come uno de estos, te vas a sentir mejor, eso seguro, ¿Sabes quién me dijo una vez, eso?,- Alice negó con la cabeza mientras desenvolvía el dulce, - El profesor Dumbledore, siempre tiene uno de estos a mano, además de los de limón.

-Siempre he amado estos dulces. –Acoto mientras realizaba dobleces con el envoltorio. -Recuerdo que una vez trate de hacer una manualidad muggle con ellos. -Agregó con nostalgia Alice, observando lo que tenía en las manos – Salió horrible, pero fue una buena anécdota.

Frank se levantó de un salto, con un movimiento de varita encendió la radio, The Beatles tocaban una de sus canciones más aclamadas, y enseguida le ofreció la mano, y con una voz fingida y ostentosa dijo; - Baile conmigo señorita Alice, y recordemos aquella noche del Yule Ball en Hogwarts

Ahí estaban bailando al compás de la música, brindándose cálidas sonrisas de aquellas que te calan en o más profundo. Y que importaba si la danza de sus cuerpos no acompasaba, la de sus almas lograba elevarse al infinito.

Tres golpes en la puerta lograron regresarlos a la realidad...

- Cariño, ¿Quién crees que sea a estas horas de la noche?,- preguntó temerosa Alice

-No tengo idea, ¿vamos juntos a ver?, -ofreció Frank con una sonrisa culpable.

Con cautela el joven matrimonio se acercó hacia la salita que daba a la puerta.

Una explosión hizo que la puerta saliera volando, en gran parte hecha añicos, el polvo inundó el espacio. Alice y Frank se encontraban estupefactos con rastros de polvo en la cara, cuando de repente escucharon una voz que conocían muy bien:

- ¡Familia Longbottooooooooom! ¿Cómo están hoy, en esta noche de perfecta navidad?, -Sirius Black apareció con una pose triunfal en la entrada, riéndose a carcajadas, tras él venían Remus, Lily, y James cargando a Harry.

-Lo siento Ali, por derribar la puerta, pero Sirius comió más de la dosis de dulces, no pude detenerlo, te ofrezco sinceras disculpas por la puerta y el escándalo, pero trajimos tarta de melaza en recompensa, - Decía la pelirroja Lily Potter abrazando a su amiga, a la vez se disculpaba por el hombre, lanzándole una mirada reprobatoria, para luego encaminarse a la cocina para ayudar a preparar la mesa y servir los alimentos que llevaron consigo.

El llanto desconsolado de Neville interrumpió el lugar; Alice suspiraba con cansancio, rogando al cielo paciencia, buscando las palabras adecuadas para no sonar grosera, pero lo único que consiguió fue:

-Chicos saben que los quiero, pero un día de estos ¡Juro que los mataré!

Para sorpresa de Alice, todos sus amigos presentes en la sala estallaron en carcajadas.

Era un verdadero privilegio poder estar ahí reunidos, sanos, juntos y completos.

Aunque sin saberlo y por caprichos de la vida o de personas que creen que pueden disponer a su antojo de ella; también sería la última.

Cuerdos, vivos y felices.

...