eleven

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BeomGyu se sentía nervioso, inquieto. Estaba desconfiando de tantos, todo por culpa de SooBin. Miraba a gente que simplemente se acercaba a saludarlo con horror y se escabullía con rapidez cuanto antes. Se sentía vigilado, aunque ningún ojo estaba sobre él; se sentía desconfiado y solo, cuando estaba rodeado de muchos que lo amaban; quería decirle a su madre lo mal que estaba con SooBin, pero simplemente las palabras no salían.

JeongIn y HyunJin sabían que SooBin era el culpable de la paranoia del menor, sentían que él era el único culpable, y no los exámenes como siempre se excusaba BeomGyu. Y aunque HyunJin trató de hablar con el rizado, todo lo que obtuvo fue un fuerte empujón contra las taquillas y SooBin agarrándolo por el cuello de la camisa.

Todos sabían que SooBin tenía la fuerza de un león, que era tan territorial como uno, y que no le gustaba compartir nada.

Y BeomGyu parecía un maldito juguete para él.

BeomGyu estaba mal, BeomGyu se sentía mal desde hace dos semanas, desde que habló con SooBin. Usa la excusa de que necesita estudiar para no salir de casa, y así que SooBin no lo esté vigilando. Porque sabe, siente y huele que SooBin envía a sus amigos a saludarlos. porque HeeSeung nunca lo saluda todas las mañanas, porque SeongHwa no es tan despistado como para acercarse a él y pedirle siempre los apuntes de física, porque MinGi nunca rondaba tan cerca de él.

Estaba mal, y él lo sabía, pero la paranoia lo comía todas las noches. SooBin lo estaba vigilando, jamás se desprendería del rizado por completo, SooBin lo estaba acechando.

JiHyo se había preocupado un poco, sintiendo a BeomGyu decaído y ya ni siquiera tenía el ánimo de molestar a Rosé, aunque la pequeña presionaba y presionaba para irritar a su hermano. O cuando Daniel decía de ver esa vieja serie que tanto adoraba BeomGyu, pero el ojiazul se excusaba diciendo que no tenía tiempo y que otro día sería.

Pero ese día nunca llegó, ni esa irritación en la cara de BeomGyu. Nada llegó, en esas dos semanas.

Excepto hoy, que BeomGyu mostró una emoción por primera vez en dos largas semanas: horror y sorpresa. Era jueves, lo cual era un alivio porque solo faltaría un día para estar relajado el fin de semana. Lo que no esperaba en absoluto, es que YeonJun fuera a su casa.

"YeonJun, por favor, te lo pido" suplicó BeomGyu paciente, algo desesperado "Vuelve a tu casa, yo estoy bien"

"No, no lo estás. Por eso estoy aquí" señaló el alto moreno, que llevaba ese día un pañuelo rojo en la frente "¿A qué le temes, BeomGyu?"

"No le temo a nada, deja el tema de una vez..."

"Me estás mintiendo" decretó YeonJun, y no alzó la voz en ningún momento a pesar de que su paciencia se agotaba después de haber estado durante veinte minutos discutiendo con BeomGyu "BeomGyu, por favor, sólo quiero que estés bien"

"No necesito ayuda ni nada, estoy perfectamente" el ojiazul desvió su mirada, porque sentía que la oscura mirada del mayor le calaba los huesos y veía más allá de su alma. Se estremeció, porque sabía que YeonJun podía leerlo.

El moreno lo miró comprensivo, suspirando y respirando hondo. BeomGyu mordió su labio inferior, porque se sentía como una mierda. Llevaba así dos malditas semanas, sintiéndose fatal sin razón aparente.

"Gyu..."

"Por favor, nos estoy haciendo un favor a los dos." BeomGyu se atragantó con sus palabras de tan rápido que lo soltó. Seguía en su puerta, abrazándose a si mismo por el viento que corría por Seúl.

Pero YeonJun no se inmutó, ni siquiera tiritó. Parecía que el estado de BeomGyu le era más importante.

"¿A qué te refieres con eso?" inquirió BeomGyu, tan suave y liso como siempre "BeomGyu, no estás haciendo un favor a nadie. Te vas a matar a ti mismo si sigues con esto, te estás aislando"

"Sólo quiero que me dejes en paz, es todo" gruñó el ojiazul, y estaba siendo grosero y brusco. Pero necesitaba que YeonJun saliera de ahí lo antes posible, o SooBin iría a por él. O iría a por ambos.

"Genial, vengo a tu casa un día que el viento está como la mierda, falto a mi trabajo en el bar para ir a tu casa, me he vestido lo mejor que tengo para que tu padre no me mire mal, ¿y aun así me gruñes y me dices que me vaya?" YeonJun encarnó una ceja, y vio los ojos de BeomGyu pasar de defensivos a arrepentidos .

"Yo..." titubeó BeomGyu, pareciendo tener ganas de llorar y romperse ahí mismo "Lo siento mucho, YeonJun. Tu e-eres demasiado bueno conmigo y no puedo dejar que él te haga daño, por favor..."

BeomGyu quería gritar auxilio, quería gritar que estaba asustado y aterrado, que todo aquello le estaba jodiendo la cabeza tanto que no podía más. Quería llorar y tirar fuertemente de sus cabellos y sollozar hasta que perdiese la voz, hasta sacar todo lo que estaba formándose en su pecho; todo ese dolor y soledad, esa paranoia que lo comía por las noches.

BeomGyu quería pedir a gritos ayuda, pero si lo hacía le iría a peor. Todo iría a peor: la vigilancia, la manipulación, la mirada de SooBin sobre él sería más y más intensa...

Todo era una pesadilla, BeomGyu ni siquiera estaba seguro de que SooBin lo vigilase, pero la inquietud y la inseguridad le hacían un mal efecto.

Entre los brazos de SooBin se sintió siempre seguro y protegido; bajo sus brazos, su mirada, sus caricias y sus besos. Pero ahora lo único que sentía era pavor y miedo, como un ternero indefenso; él era la presa, y SooBin era el cazador.

SooBin lo acechaba y lo seguía, era como un cazador rastreando al conejillo que cazaría. SooBin lo estaba volviendo loco, y ese no era el SooBin que conocía y del que se enamoró perdidamente.

Las lágrimas que corrían por su rostro helaban sus mejillas por el camino aguado de ellas en su piel, combinadas con el frío y fuerte viento. Ni siquiera sabía que estaba llorando y temblando frente a YeonJun.

Ni siquiera se había percatado de que HyunJin lo estaba abrazando contra su pecho; con una mano frotando su espalda de arriba a abajo y con su brazo tatuado cerniéndose a su cintura para sostenerlo.

"Vas a estar bien" susurró YeonJun, y BeomGyu por primera vez lo creyó. Besó su frente y su cabeza un par de veces, volviendo a posar su barbilla sobre la cabeza de BeomGyu "Voy a protegerte, vamos a estar bien"

BeomGyu se aferró fuerte, porque él quería que las cosas fueran así.

Y a YeonJun no le importó abrazar a BeomGyu todo el tiempo, aun con el violento viento que chocaba contra su espalda y le calaba los huesos. Le daría calor a BeomGyu, se aseguró él, ya que SooBin no lo haría, él será quien lo hará.

"Vamos a estar bien..." repitió BeomGyu en un susurro, su mirada asustada y aguada perdida en algún lugar del suelo de madera del porche de su casa.

agresivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora