sixteen

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SooBin mantenía sus manos en sus bolsillos, tratando de ignorar la insaciable necesidad de fumar ahora mismo, en aquel instante. Quería gruñir frustrado, quería correr, ir en busca de BeomGyu y abrazarlo.

Solo abrazarlo, tan solo tenerlo cerca y abrazarlo contra su pecho. Rogar y suplicarle perdón, explicarle la situación tan difícil por la cual estaba pasando.

Pero no podía, al menos no aún.

Alejamos a las personas que amamos para protegerlas muchas veces; ya sea protegerlas de otros, o de nosotros mismo. Nos conformamos con verlas felices y a salvo a la distancia, aunque nosotros no seamos los causantes de su felicidad.

SooBin quería golpear la dura pared de hormigón hasta que sus nudillos sangraran, quería gritar frustrado hasta que su voz se desgarrara y quería llorar hasta que simplemente no le quedaran lágrimas.

SooBin se limitó a relamer sus labios ansioso.

El teléfono volvió a sonar.

El rizado cerró sus ojos, sentado en el borde de su cama y con sus codos apoyados en sus rodillas. Mantenía sus ojos cerrados, y tan solo quería ignorar el insoportable y quejumbroso sonido chirriante de la llamada.

Te está llamando, él te está llamando. Se la va a llevar, y no vas a poder hacer nada.

SooBin agarró su teléfono, sin siquiera mirar quien es.

"¿Diga?"

"Creí que hablamos que siempre me contestarías los mensajes, SooBin" la voz grave y lenta habló, su mano apretó el teléfono y sus nudillos se pusieron blancos.

🥀

"Y, hablo en serio, ¿por qué todas las tiendas me tratan como una mierda?" habló HyunJin, que seguía hablando de su anécdota de ayer en una zapatería. BeomGyu y HyunJin fueron porque Louis quería mirar alguna zapatilla nueva, y les atendió una jodida mujer chillona y entrometida.

"¿Tan horrible fue?" JeongIn mascaba un sándwich de mortadela, HyunJin hizo una mueca de asco.

"Lo primero, come con la boca cerrada, es asqueroso ver lo que comes." HyunJin pidió. JeongIn sacó su lengua, enseñando toda su comida y masticando exageradamente ruidoso, HyunJin gruñó irritado y le tiró una servilleta hecha una bola de papel. "¡Jodido guarro, come bien!"

"¡A BeomGyu no le molesta!" tarareó triunfante JeongIn, "¿Verdad, Gyu?"

"¿Gyu?" HyunJin lo llamó también.

Ambos siguieron la concentrada mirada del pequeño ojiazul, encontrándose con SooBin a la distancia apoyado en su coche mientras fumaba. Mantenía su ceño fruncido y trataba de tener éxito alguno prendiendo el maldito cigarrillo entre sus labios.

Se veía bien con esa gorra suya hacia atrás, con sus salvajes y rebeldes rizos bajo ella. Llevaba la chaqueta roja de la Universidad y sus jeans negros rasgados, con las Converse atadas de manera desordenada alrededor de sus tobillos en vez de un lazo.

A su lado, los del equipo de futbol americano saludaban con mucho entusiasmo y afecto a su capitán. BeomGyu sabía que ellos admiraban a SooBin y estaban dispuestos a hacer lo que sea por él, siendo tal el extremo que uno de ellos se ofreció a llevar a BeomGyu a su casa un día que SooBin debía ir a hablar con el entrenador. Eran sacos de esteroides amorosos, después de todo.

Lo que BeomGyu no entendía, era por qué había un chico coqueteando con SooBin. O eso parecía intentar al menos.

"Parece que SooBin ha venido finalmente" JuYeon comentó, asustando a HyunJin por su sigilo y repentina aparición. El chico amante del rap volvía de matemáticas, después de una agotadora clase.

agresivo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora