El mundo celestial era más que perfecto, rebosante de luz y fructífero, un reino entre las nubes dónde no existía maldad alguna; o al menos eso se creía, porque de ser así Dios no se vería en la necesidad de expulsar a sus ángeles corrompidos por el pecado.
- ¿Por qué más de mis hijos siguen pecando?- El altísimo no entendía el comportamiento repentino, inicialmente en ángeles custodios.
- Quizás sea culpa de Lucifer, Padre- Una delicada voz sonó en la estancia.
- Él no tiene influencia aquí hijo mío- pero ya que lo mencionaba- Hace tiempo que no sabemos nada de él- específicamente desde que llamó para reclamarle por un niño en sus tierras, ¿Qué habría pasado?- Hijo, llama a Azrael, seguro querrá darle una visita a su viejo amigo.
Una peliroja a medio vestir estaba sentada en sus piernas, los grandes pechos le rozaban el rostro pero el no podía estar más desinteresado.
El contacto se sentía incorrecto, más si recordaba la extraña charla que había tenido con Nam en la mañana.
"Para ser el diablo eres un idiota, JiMin está enamorado de ti y es obvio que tú lo estás de él.
- Claro que no Nam, yo lo considero...
- ¿Qué? ¿Un hermano, un hijo? Eso ni tu te lo crees, consientes al mocoso en todo lo que pide, nadie puede tocarlo si no desea perder la mano, se sienta en tus piernas y toca a su antojo, duermes con el todas las noches y hace más de tres años que no te coges a nadie."
Quizás fue eso lo que le llevó a buscar a esa humana y terminar en esa situación para nada placentera, no podía compararse a tener a JiMin ahí, o apreciar su enorme trasero al salir de su oficina.
- Largo.
- Pero amo ¿Hice algo mal?- la molesta mujer hacia pucheros intentando ser adorable "no es como Minie"
- Vístete y vete, es una orden- bajó a la mujer de su regazo y se acomodó la corbata, observó como la pelirroja indignada colocaba su ropa y abría la puerta para salir, quedándose más tiempo del debido en la entrada.
A punto de gritarle, el cuerpo se desplomó contra el piso revelando la imagen de un muy enojado JiMin que sujetaba el corazón de la mujer en su mano derecha.
- ¿Pero qué demonios?- el peliazul apretó el órgano en sus manos hasta hacerlo reventar.
- Veo que estás muy ocupado YoonGi- la elegancia mortal que desbordaba tenía cautivado a Lucifer, el pequeño monstruo le había arrancado el corazón a una mujer por celos, que lo perdonará Dios, la pedofilia era el menor de sus pecados.
- No puedes ir arrancarando corazones a voluntad- reprendió sin molestia- Ese es mi trabajo.
- Y tú no puedes ir por ahí revolcándote con cualquier puta- a la mierda la timidez, JiMin estaba harto de las escorias tratando de arrebatarle a su amo.
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PRINCE OF HELL
Fanfiction¿Qué hace un niño en el infierno? Eso, ni el diablo lo sabe. =>ADVERTENCIAS -Contenido homosexual -Lenguaje explícito -Violencia -YoonMin -TaeKook -NamJin -Ángeles -Demonios ∆Esta historia es mera ficción sin el fin de ofender a nadie, solo entrete...