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Llevaba días sin comer ni beber ¿Cuánto tiempo había pasado desde que su mamá se fue? El suficiente para que la comida y agua se acabara.

Su casa no tenía ningún servicio básico y con los inicios de invierno el frío era mortal, la temperatura de su cuerpo descendía a niveles preocupantes y el sueño le estaba ganando.

Su mamá solía irse por bastante tiempo sin embargo regresaba y lo llenaba de mimos, él procuraba ser un niño bueno y obedecer las órdenes que le dejaba, de esa manera ella volvería más rápido y nunca lo abandonaría.

Pero él había sido un niño malo, días atrás rompió la primera regla:

•No salir.

Su estómago suplicaba comida así que salió de casa sin permiso y tomó comida sin permiso, era malo, por eso su mami ya no regresó a su lado.

Al borde de un colapso una dulce señora entró a la pocilga que él consideraba hogar, y lo llevó al hospital, los del hospital lo llevaron a un orfanato donde pasó cuatro años de su vida.

Fue ahí donde conoció a HoSoek: un niño mayor que el por dos años, se hicieron amigos de inmediato, ambos siendo una chispa del sol, tan animados e inocentes.

Todo marchaba relativamente bien, niños nuevos llegaban otros se iban, unos días había mucha comida y otros apenas un poco de arroz, de vez en cuando él y HoSoek tenían tanta suerte que los dejaban jugar en la bañera con el agua muy tibia dónde creaban aventura fascinantes y mundos perfectos, no era mucho pero bastaba.

Hasta que llegó él, un nuevo profesor en el orfanato, se rumoreaba que cada noche le daba clases especiales de magia a un niño y JiMin no pudo estar más emocionado ante esa noticia, cada noche esperaba que lo eligiera a él.

Y el día que finalmente lo eligieron, Hobi se robó su oportunidad, sabía que lo quería cuidar pero, a sus recién cumplidos, ocho años ya era un niño grande.

Claro que HoSoek no pudo tomar su lugar siempre, y cuando GeumYa cerró la habitación se arrepintió de no hacerle caso y alejarse de él.

Su cuerpo estaba siendo acariciado y no le gustaba, se sentía incómodo además ¿Por qué tenía que quitarse la ropa para aprender magia?

-Luego de esto serás un verdadero mago niño- oh sí, el asqueroso hombre lo aprisionó de espaldas contra la cama, a esas alturas él lloraba mucho escuchando de fondo como un cierre se abría.

Algo pasó, estaba tan asustado que el fuego se comenzó a extender por la habitación, distrayendo a GeumYa quien lo dejó abandonado entre las llamas que ahora se extendían por todo el orfanato.

El lloraba en silencio, arrinconado, sintiendo las llamas acariciar su rostro pero no quemandolo: protegiéndolo.

Ese día su mami volvió, entre el fuego se lo llevó sin la oportunidad de despedirse de su amigo, sus ojos brillaban de escarlata y dorado cuando la veía, estaba molesto, claro que su encuentro no duró mucho, lo dejó en un extraño camino, sin recuerdos, sin ella, sin nada...

- ¿Jin no me quiere?- preguntó JiMin a nadie en particular, solo era él sumergido en la tina del baño.

El peliazul quería mucho a su progenitor, los escasos recuerdos de Jin cantandole, apapachándolo o jugando con él, lo hacían sentir cálido y deseado, por otra parte, ahora era consiente y conocedor de muchas cosas que le indicaban que en realidad Jin no sentía amor hacia él.

- Solo dale tiempo- la voz de NamJoon lo hizo levantar la mirada, desde la entrada del baño el Nefilim sonreía a su hijo- Jin siempre ha sido así, le cuesta demostrar cariño y vive con el miedo de que todo es incorrecto- Nam no tenía ni puta idea de cómo iniciar esa charla- Sonará idiota, pero yo soy tu otro padre- ¡Grandioso! Eso sonaba mejor en su cabeza- Es extraño, te he visto crecer y ser un jodido dolor en el culo, te traté como a un amigo más y ahora que resultaste ser mi hijo...

PRINCE OF HELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora