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Las nubes del cielo se volvieron grises, desde su posición el cuerpo de YoonGi comenzó a temblar y sufrir una completa metamorfosis.

Su cuerpo creció alcanzado los tres metros de altura, de su cabeza salían enormes cuernos, los tres ojos que poseía eran de color negro, la piel se le pintó escarlata y de la rodilla hacia abajo sus pies se volvieron como los de una cabra.

La verdadera forma de Satanás fue liberada, uno a uno en sus músculos se fueron pintando con runas extrañas y se levantó dando un enorme rugido animal que dejó a todos paralizados del miedo.

YoonGi creo al rededor de JiMin una cápsula de fuego que detuvo su caída libre y lo dejó suspendió en el aire.

NamJoon y JungKook también habían cambiado, su altura y masa corporal aumento el doble, y su piel fue invadida por un extraño color negro, deformando ciertas partes de su cuerpo, no había algo como bondad en lo que eran ahora, así que uno a uno comenzaron a devorar ángeles, partiendolos por la mitad, desmembrandolos con los dientes.

Dios pudo intervenir, pero era inútil, no podría detenerlos a los tres, esos demonios no peleaban por motivos egoístas, peleaban por uno de los sentimientos más puros y bellos: amor, eran las ganas de proteger y salvar lo que les había llevado hasta ese punto, lo mejor era no hacer nada y dejarlos marchar.

Tal como predijo, los demonios se retiraron, no sin que antes YoonGi prendiera fuego al cielo, pero lo hicieron, dejando escombros a su alrededor y era solo su culpa, todo por el miedo de que un nuevo Lucifer naciera.

Tal como predijo, los demonios se retiraron, no sin que antes YoonGi prendiera fuego al cielo, pero lo hicieron, dejando escombros a su alrededor y era solo su culpa, todo por el miedo de que un nuevo Lucifer naciera

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Aterrizaron en el infierno aún siendo completamente demonios, Satanás llevaba en el centro de su enorme puño el cuerpo inerte de su amado.

Los primeros en regresar a su estado neutral fueron Kook y Nam, mientras que YoonGi no pudo cambiar hasta que JiMin fue capaz de abrir los ojos, solo entonces se redujo a su altura normal sin perder los cuernos o desvanecer el tercer ojo, llevó al peliazul hasta su habitación y lo arropó.

Con sus poderes eliminó la fiebre que provocaba espasmos en el cuerpo de su niño y logró absorber todo el dolor que tenía físicamente, una verdadera pena que no pudiese hacer lo mismo con el dolor emocional.

- Señor YoonGi- habló muy bajo entre el llanto.

- Dime mi precioso angelito- se sentó junto a su cuerpo en la cama, evitando rozar los pedazos de alas que seguían en JiMin.

- Me duele aquí- llevó la mano de YoonGi hasta su pecho, justo donde latía su corazón.

- Oh~Perdóname mi pequeño- la voz de Lucifer se quebró- Perdóname por no poder protegerte mi amor- esa habitación fue testigo de como el Diablo lloró por JiMin.

Queriendo tranquilizar al menor se inclinó para darle un abrazo cuidando no aplastarlo de más.

- Mi pequeño, no había tenido tiempo de decirte esto, hace mucho descubrí que bloquearon muchos de tus recuerdos antes de llegar aquí- besó la barbilla del peliazul- ¿Te gustaría conocer tu pasado?- JiMin se sentía débil y precisamente por eso sería más fácil derribar por completo la barrera mental, lentamente el peliazul asintió porque muy en el fondo quería conocer a la mujer de dulce voz que el llamaba madre.

PRINCE OF HELLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora