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/Narrador omnisciente/

Dabi entra en la habitación del pequeño, sus ojos lo ubican rápidamente, está arrinconado en la cama, escondiendo su cabeza entre sus piernas mientras se balancea lentamente.

Las lágrimas ya no podían salir de los ojos del pequeño, los tenía completamente secos pero ya había llegado mucho más allá. Después de gritar y llorar por un tiempo, su garganta terminó adolorida, se negó a dejar de llamarla pero ahora ni siquiera podía hacer un sonido.

¿Por qué me dejó?

Se preguntaba una y otra vez, incluso si su mente le decía que ella no importaba más. Su corazón seguía preguntando por ella, seguía llamándola sin parar.

La comida que le han traído está intacta igual que el agua, no tenía hambre, sólo quería irse de ese lugar.

Dabi suspira y se sienta en el suelo a un lado de la cama.

*Toma-dice serio pero el mocoso no se mueve-tienes que comer-el chico se mantiene en silencio, Dabi toma un pedazo de pan de los antiguos y comienza a comer-a ella no le gustaría que terminaras así-dice y sonríe internamente al ver al mocoso salir de su escondite.

Kazki sólo había mantenido una conversación con Twice mientras estaba aquí, fue al principio. La primera vez que Liz se fue con ese chico de cabello celeste, Twice se quedó con él y aunque él estaba asustado y se sentía inseguro, le pareció algo gracioso que una persona tuviera una conversación tan larga consigo mismo.

La segunda vez que lo cuidó, Kazki no pudo resistirlo y le preguntó si estaba bien y porqué hacía eso, que parecía como dos personas hablando. Apenas si pudo entender la respuesta pero se sentía mucho mejor con la idea de alguien como él cuidándolo en vez del chico de cabello celeste, o la chica rubia que lo miraba muy raro o el hombre que no tenía rostro.

Aunque se había acostumbrado a escuchar a Twice hablar, si estuviera aquí tampoco hablaría con él, porque en el fondo y sin ser consciente de ello, Kazki sólo lo logró porque Liz seguía ahí. Sabía que volvería y que, aunque fuera una villana, no dejaría que alguien lo lastimara.

*Seguramente le daría mucha tristeza verte así-dice el pelinegro-se notaba que le importabas.

El corazón de Kazki se estruja y aunque no ha logrado llorar puede sentir como la nariz le pica como cada vez que quiere hacerlo.

*No es cierto-susurra apenas, la garganta le duele pero no quiere beber-ella no me quería, mató a mis papás.

*¿No te adoptó?-pregunta Dabi confundido.

-Quiero adoptarte, Kazki.

Su voz, su cara, sus ojos y su sonrisa vuelve a su cabeza y sus ojos por fin se llenan de lágrimas nuevamente.

El pequeño no logra definir sus sentimientos por ella, es la asesina de sus padres, jugó y le mintió todo este tiempo, nada de lo que dijo era verdad, su cabeza siempre le repite eso pero su corazón le recuerda todo lo contrario.

*Era una villana-susurra y lo sorprende escuchar la risa del chico a su lado.

*No era una villana-dice riendo-Tomura y tú tienen eso en común-suelta-ella te ayudó en el accidente, ¿cierto?

*Ella los mató-susurra.

*¿Ella los mató?-pregunta-¿No fue un accidente?-el pequeño aprieta los labios-además, ¿Qué importa?-pregunta restándole importancia porque sinceramente para él no la tiene-no te asesinó a ti-el pequeño fija sus ojos en el pelinegro y se limpia la cara molesto.

Almas (Shota Aizawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora