34

916 96 75
                                        

/Tomura/

Los pasillos están oscuros y por ellos viaja un silencio único. Todos están en su lugar, si están dormidos o no, no es de mi interés ni mi problema. El susurro que llega es bajo, muuy bajo, apenas si se entienden algunas palabras.

Me acerco a la puerta y me siento apoyando la espalda sobre ella para dejar que el cuerpo resbale hasta terminar sentado en el suelo.

*¿Te duele mucho?-escucho preguntar al mocoso.

*No, tranquilo-responde ella usando ese tono nuevamente.

Ese tono era la único que me quedaba, ella no me abrazaba, no mostraba cariño en su mirada, no tenia un gesto lindo, ya ni siquiera intentaba entenderme y el tono que alguna vez fue algo más dulce ahora ya no existe.

Sentía que lo había perdido todo, estaba solo, mi maestro ya no estaba para guiarme y Liz no quería estar conmigo, ni siquiera como amiga.

*Kazki-susurra Liz-no tienes que perdonarme, ¿lo sabes?-no hay respuesta-yo te quité la oportunidad de tener padres, ese accidente fue mi culpa y tienes todo el derecho de estar enojado conmigo-otra vez hay un silencio-no tienes que obligarte a nada.

*Lo sé-susurra el mocoso-no sé si voy a quererte de la misma forma pero...no quiero que me dejes.

*No lo haré-dice ella rápido-jamás lo hare-aprieto los puños molesto.

¿Por qué no podía hacer lo mismo conmigo?

¿Por qué me tiene tanto asco ahora?

Ella se fue, me dejó sin explicaciones, se escondió de mi como si yo fuera a matarla. Todo lo que vivió conmigo no le sirvió de nada, no valió un poco para ella.

-Por favor, ven conmigo.

El recuerdo me provoca un dolor de cabeza, ella me ofreció quedarse conmigo cuando perdí a mi maestro, ella incluso tomo mi cara y no me miro con asco. Ella ni siquiera hizo una mueca o algo parecido cuando la besé pero de todas formas no vino conmigo.

-Puedo ayudarte ahora.

Consideré seguirla, realmente dudé pero no fue porque ella pudiera ayudarme con mi poder o por la promesa de que los héroes entendería, algo que creía poco posible. Dudé porque sus ojos me miraron con un leve indicio de cariño, casi podía sentir esa llama en mi pecho.

Esa llama que aparecía cada vez que jugábamos cartas o que la veía dormir, apareció cuando ella no dijo que mi rostro era feo o cuando me calmaba porque estaba muy nervioso.

Así que dudé, por primera vez pensé que yo podría dejar este lado de la historia, creí que podría dejar de ser un villano para vivir una vida aunque sea aburrida pero nos volvimos a separar y pude volver a mi centro.

¿Cómo pude considerarlo?

Los héroes no iban a entenderlo, son héroes, con mentes rígidas, no les importa el pasado, las circunstancias y no justifican una sola acción negativa. Los héroes iban a encerrarlos y dejar que se pudriera en una celda, su maestro siempre se lo había dejado claro.

*Quizás pueda quererte como antes un día-dice él-quizás Zawa nos ayude.

*Quizás-dice ella bajo-aunque seguramente necesitamos ayuda profesional-hay un silencio-quizás un psicólogo.

*¿Qué es eso?-pregunta él.

*Son como...los doctores de la mente o el corazón-dice ella con simpleza pero insegura-te ayudan a sanar heridas emocionales o a lidear con situaciones muy malas.

Almas (Shota Aizawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora