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/Liz/

*No puedo creer que vamos a hacer esto-dice divertido, hago una mueca.

*En mi defensa estaba algo ebria cuando el chico se acercó y me habló de esto-reconozco avergonzada.

*Bueno era nuestra última noche, ambos nos pasamos algo con el alcohol-dice sonriendo mientras mira el folleto sobre la clase de sanación y purificación para parejas-¿recuerdas que te dijo?

*No estoy del todo segura-aviso-pero entendí lo de venir con ropa cómoda, que era para las parejas que se iban y que darían regalos-digo terminando de subir las escaleras y viendo la puerta de madera frente a nosotros.

*Creo que sólo aceptaste por los regalos-dice suspirando, tiro de la manga de mi ropa, el viento es helado y aquí arriba corre de forma más violenta-la verdad no soy muy creyente de estas cosas-dice dándole una rápida leída al cartel en la puerta.

*Yo tampoco-concuerdo-pero ya subimos las escaleras-suelta una risa-si quieres volvemos, la verdad no me muero de curiosidad por esto-vuelve a suspirar.

*No perdemos nada con entrar-toma mi mano y entramos.

La casa es enorme y de madera, esta sobre un árbol grande y grueso, escondiéndose entre las hojas de los árboles más pequeños. Al entrar vemos que el lugar es amplio, no tiene murallas ni muebles, tiene varios cojines tirados por el suelo sobre mantas gruesas. En una esquina, tras una cortina oscura pero traslucida hay un anciano con ojos cerrados, unas velas derretidas casi por completo lo rodean. La iluminación de la casa es leve y como el día es gris, tampoco entra mucha luz de fuera.

*Bienvenidos-dice una mujer con una voz muy suave-quítense los zapatos-pide de forma amable y nosotros dejamos los zapatos a un lado de la entrada-aun falta una pareja, pasen-miro a Aizawa y él vuelve a tomar mi mano.

La mujer nos hace una seña para que nos ubiquemos en una de las mantas. Hay otras dos parejas sentadas lejos y nos miran con curiosidad. Otra pareja entra al lugar y la mujer los recibe de la misma forma, vuelvo a mirar el lugar intentando buscar de donde viene el sonido de la música suave.

*Les agradezco a todos haber aceptado esta invitación-dice la mujer parándose al centro de la habitación y mirándonos a todos con una sonrisa-si están aquí es porque quieren salir de aquí renovados, con nuevas fuerzas y sanos-con Aizawa nos miramos y sonreímos levemente.

No, fue porque estaba algo ebria.

*Espero que puedan sentirse cómodos y quisiera pedirles que realicen los ejercicios de forma sincera-su voz es muy suave que hasta me da algo de sueño.

Eso y que apenas he dormido estos días.

*Por favor pónganse frente a frente-con Aizawa nos ponemos de frente y no puedo evitar sentir un leve cosquilleo cuando me mira-quiero que comencemos con algo simple, quiero que se sientan el uno al otro sin tocarse ni hablar-Aizawa sonríe de lado y yo niego despacio divertida-quiero que sientan el olor del otro, el calor que emite su cuerpo, la sensación que reciben-doy un paso hacia a él y lo huelo, él suelta una risa baja.

Su cabeza se acerca a mi y puedo sentir su respiración en mi cabeza, lo miro y él sonríe, me acerco a su cuello y huelo, levanto mi mano como si fuera a tocarlo y la dejo suspendida sobre su pecho.

Su cara se acerca a mi cuello y su respiración me cosquillea haciéndome soltar una risa pequeña.

*Esto nos sirve para poder conectarnos-dice la mujer-una conexión más intima y más allá de lo físico, de lo que puedo tocar y el tacto que puedo recibir de mi pareja-siento las manos de Aizawa muy cerca en mi espalda, casi podría abrazarme y me desespera que no lo haga-¿qué percibo de mi pareja?

Almas (Shota Aizawa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora