¡Dulce asistencia! -Kookgi-

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—Hasta parecen celos, yoon— Taehyung quien iba manejando hacia el departamento, fue directo pues todas las quejas sobre el porqué dejó que su jefe se fuera con otro, ya lo atosigaban—

—Cállate— suspirando cerró la boca, enserio yoongi estaba muy alterado, solo quería dormir y dormir para olvidar todo lo que estaba pasando— Tae, tenemos que hablar—

Un fuerte y claro "dime" se escuchó, yoongi continuó.

—Y-yo... conseguí un departamento más cerca del trabajo, es pequeño pero accesible— su nerviosismo se notaba a kilómetros, yoongi tenía miedo de la reacción de su amigo—es lindo...

—¿Un departamento?— el ángel conductor aún no entendía— no entiendo, precioso—

—Mis rodillas están pidiendo clemencia, tata— acercándose a su amigo suspirando su aroma aguantando la tristeza y nostalgia que en su pecho se extendía, continuó — es hora de tomar mi trabajo enserio—

Y como al ser fan de las frenadas a secas, Taehyung paró el auto de golpe.

—¿¡Te vas a mudar¡?

Esto sería difícil, pero yoonie es un ángel valiente. Claro que si.

—Taehyung, eres un idiota— Los suspiros de Jimin se hacían visibles cada vez hasta el punto de llegar a ser sollozos— un maldito idiota que me tiene a sus pies—

Namjoon iba caminando rápidamente a la oficina, necesitaba recoger el número de lilith, ya sabía donde estaba su pequeño ángel por lo tanto el iba a regresar y todo iba a ser como antes.

—¡Algo tiene que existir para hundirlo! Él no puede tener un final feliz... no no no— Jimin desesperadamente agarraba un montón de papeles mientras buscaba ese "algo"—

Namjoon se dió cuenta de que no estaba solo, había sangre en el piso, desesperado llegó sigilosamente a su oficina y por un espacio muy pequeño alcanzó a descifrar a su asistente.

Sus manos abrieron la puerta, el ángel que temblaba erráticamente alcanzó una tarjeta desde lo alto de los anaqueles.

"Jeon Min Sunmi Lilith."

Se leía claro y preciso en aquel pedazo de papel.

La sonrisa desfigurada de Jimin relució frente a los ojos horrorizados de Namjoon.

Después de que Nayeon se haya ido, jungkook reposaba ya más cuerdo en su gran cama, la obscuridad reposaba en todo el lugar. De repente el corazón de jungkook dió un vuelco.

Acordarse de los labios de su asistente no era sano, demonios.

Su alma se había sentido tan miserable cuando yoongi había salido corriendo atrás de namjoon, sus latidos iban en desesperación pero cuando su mente fue más libre, sus agallas fueron demasiadas.

Terminando en donde terminó.

Con su cabello mojado y tan solo una bata cubriendo su piel bronceada, jungkook sonreía bobamente frente a la luna, quien en el silencio de la soledad le susurró discretamente.

"Él es el correcto"

Sus ojos grises y mejillas regordetas eran la perdición de jungkook, ¿porque sus labios? Aquellos color salmón eran su nueva adicción, su hermosa figura era locura del diablo y desde ahora para siempre en la eternidad.

Jungkook se encargaría de enterrarlo en las llamas del infierno, llevarlo con él causaba un cosquilleo en su estómago... porque desde hoy, yoongi era suyo.

Sus ojos rubí en aquella obscuridad se prendieron, sus deseos siendo fuertes.

Era suyo.

2/2

¡Moonie te explica! Lilith... diosa del pecado y la lujuria, el vició y los desastres, aquella diabólica femenina es la primera mujer en la creación, ella no solo es un ángel obscuro sino que también es la progenitora de Samael.

Y Samael como saben... es nuestro querido jungkook.

Los amito, besos en la cola.

Min_aguacatito.