En donde Yoongi era el lindo y pequeño asistente de Dios.
En donde el demonio necesita urgentemente ayuda y le toca conformarse con aquel chiquillo de ojos grises.
-¡Por todos los cielos!
-Estas en el infierno... ¡yoongi!
¿Qué podría salir mal?
Min_...
La mañana era helada, estaba fría y no había pajaritos esqueléticos cantando.
Ciertamente en el cielo las alabanzas empezaban desde muy temprano, ya tipo seis de la mañana escuchabas las trompetas gloriosas en conjunto de las campanadas triunfantes.
Yoongi aún no se acostumbraba a su nuevo horario, por tanto para el despertar a las cinco de la madrugada como antes le era mucho tiempo hasta las diez, que era lo hora en donde el edificio gris abría sus puertas.
Entonces por recomendación de Taehyung, salía a correr...
Suspirando nuevamente recordando que su amigo desde ayer que habían llegado al departamento ni siquiera "miau" le había dicho, ignorándolo de sobremanera, con su casco salió.
Si corría pero hacía mucho frío y yoongi no tenía ganas.
En el cielo la cosa era aún más extraña, los pajarillos siempre vestían de diferentes plumas para cada día, minhyuk solía decir que los pájaros ganaban más que un empleado normal, causando más sonrisas en yoongi.
El arbusto y el camino estaba tan perfectamente arreglado que le era difícil conducir, yoongi salía con Taehyung desde niños siempre a las afueras celestiales, en donde el bosque denso siempre era una nueva aventura para ellos.
El horario señalaba una hora de entrada, por lo tanto había mucha gente saliendo de sus casas en dirección a sus trabajos, yoongi en su bicicleta, era observado extrañamente.
Min Yoongi no se cansa de dar problemas.
Un conejito se cruzó por su camino hábilmente, yoongi frenó en seco, aquella pelusita de color blanco tenía los ojos violeta, mientras que sus dientes masticaban una zanahoria robada... yoongi recordó a hobi, quien siempre agarraba los dulces de Nayeon y los compartía con yoongi.
Nayeon era un tema distinto, aún le causaba un mal sabor el hecho de saber que su jefe partió con ella, pero adoraba por otra parte darle él buenos días. Ella era genial, se disculparía después por la rabieta ocasionada.
Tomando un café amargo, en una de las cafeterías más buenas del cielo, yoongi frunció tiernamente sus cejas... era horrible estaba insípido y desabrido, pidiendo azúcar se acordó de Jungkook.
Sonriendo y dándose cuenta de la hora, yoongi salió para su trabajo.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Ok no debe ser muy difícil, volver a verlo a los ojos y...— la mano de jungkook nuevamente temblaba, el café estaba horrendo—
Un momento, a él ¡ni siquiera le gustaba el café!
Dejando la taza allí en medio mesón, busco ir hacia su gran armario, pues estaba llegando tarde al trabajo y todo por sus estúpidos nervios, ¡Lunas! Él era el rey de las penumbras, había peleado con todo tipo de monstruos para llegar a donde estaba, su poder era debido a eso.
Y ahora, se encontraba como gelatina fresca por un ángel.
—Malévolo compañero ¿Que nos vamos a poner hoy?— el gran armario obscuro habló—
—El traje número cuarenta y siete, por favor— jungkook sin darse cuenta lo pidió amablemente, bueno el ropero era su más fiel compañero, siempre lo vestía a su manera ideal—
Aunque tuviera seiscientos sesenta y seis trajes iguales.
—¿Algún evento importante señor?— nuevamente el armario con una voz profunda le preguntó, normalmente jungkook le hubiera respondido con un "llevas años aquí y aún no sabes que ponerme" brusco y grosero pero ahora... wow—
—El día está frío— sonriendo, ya vestido, nuevamente habló— ¿me veo bien? No te voy a sacar alguna puerta si eres sincero—
El armario esbozó una sonrisa grande —Se le ve hermoso—
Jungkook palideció creándose un silencio grande pero al instante lo rompió —¿Q-que me recomiendas?—
Al armario se le iba a detener el corazón, años había soñado con vestir a un Dios, crear un nuevo diseño exclusivamente para el... jungkook se había negado siempre.
Haría magia.
Después de unos minutos, jungkook se volvió a ver en el espejo— ¿porque no te deje hacer esto antes? ¡Es horrible!— felizmente jungkook salía ya para su trabajo, hoy sería un buen día—
Pero bueno, él es el y las costumbres no se pierden.
—y oye... es imposible que con tanto tiempo que llevas aquí aún no te sepas el orden de mi vestuario— soltando una risa gentil, salió del departamento—
—¿Y a este, que bicho le pico?— el armario pregunto alegre y confundido por la actitud de su amo, para después guardarse en silencio—
Bueno... yoongi tenía alas, tal vez cuente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ame escribir a Kook así, en esa faceta... Ayuda, ya faltan pocos capítulos para decir adiós :((
Los amo hasta el infinito y más allá. Min_aguacatito.