Los versos de un corazón cautivado

Cartas de amor

Cartas de amor ya no he escrito,
Carente de motivos y nula de suspiros,
Aclimatada a la calidez que te caracteriza, inmune a la incandescencia,
Contigo los mimos siempre rebasaban las rimas,
Dejé de escribir; poetisa en pausa, no artista frustrada,
Que he notado que a tu lado la poesía no se escribe, se vive,
Lo sé certera querido, hoy muerta de frío, sin ti, calorcito,
Ahora contigo en mi pecho y conmigo lejos del tuyo,
Te escribo cartas amor, rebosante del mismo,
Y ciertamente sobrada de impaciencia por volver a palpar el tuyo,
Inquieta es la espera si eres tú, amor, al que el tiempo reserva,

Te escribo constante para en cada texto revivir tu imagen,
Efusiva amante de ti que busca ser amante tuya en más que recuerdos,
Queriendo que sobren estos mientras se hacen nuevos,
Que ironía vida mía, que ahora estemos lejos a causa de ellos,
Corazón valiente resguardaste los tuyos sin aferrarte a estos,
Y yo enloquecía agonizante en la remembranza de lo que una vez me mató de alegría,
Nos quebramos, y ahora estamos en eso de recuperarnos,
Tú a ti y yo a mí, lo lograremos, ¿pero a nosotros? ¿nos salvaremos?
Dime cielo, dile al cielo, que sí, que sí y sí,

Fuiste un anhelo hecho meta,
Luego, más que una ilusión; una promesa,
Hagamos de ella un juramento sagrado, eterno,
Te soy lealmente infinita, aunque las tormentas distorsionen la vista,
Mira bien Rodrigo, mi amor va más allá de esas densas nubes grises,
Me haces bien, eres puro, puro amor,
Y te haré bien mi sol, siendo cálida cómo tú,
Se paciente, estoy dejando el congelador,
Espera como yo te espero y seremos cartas de amor al amor en sí.