Fingimos querernos con ansias,
Prometiéndonos "te amo" deshonestos,
Pero no mentimos al admitir que codiciamos el cariño,
Y no el nuestro,
Sino el de aquellos cuyos nombres se arraigaron a nuestras memorias y echaron raíces en nuestros corazones,
El de esos que nos hicieron caer a plomo en el abismo del infierno en el que yacemos atrapados,
Del que hemos procurado escapar a base de engaños,
Porque para volver al edén precisamos el amor de alguien,
Y aún sabiendo que no es el nuestro el que deseamos,
Pretendemos estar haciendo lo correcto,
Pues nos consta que ellos no volverán a guiarnos de regreso,
A su lado, al paraíso del que nos echaron,
Hemos comprendido que la agonía es menos amarga en compañía que en soledad,
Entonces formamos alianzas y compartimos los vacíos en común,
Con el único objetivo de escapar del sufrimiento que nos acecha,
Y buscando dejar de quererlos nos vemos forzados a tratar de querernos,
Manteniendo la esperanza de así huir de los tormentos,
Y repararnos el corazón reuniendo nuestros fragmentos.
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Los versos de un corazón cautivado
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