Dilo

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-Mis padres no me reconocieron- dijo entre lágrimas.
-Es mejor así Dani- pronuncié preocupada -¿Qué hubiera ocurrido si se enteran?
-Tienes razón- susurró y secó sus lágrimas -gracias.

Se acercó a mis labios lentamente y los capturó con aquella lentitud tan perfecta y única de él. Llevé mis manos a sus hombros y acaricie parte de ellos, mientras rezaba para que aquel momento tan amargo y dañino fuese nuevamente uno romántico.
.....
Iba corriendo por la calle, gruesas gotas de agua caían por mi rostro y una torpe sensación de miedo corría por mis venas. Sabia que estaba durmiendo, si no lo hubiese estado Dani ya me hubiera ayudado a sentirme bien o ya hubiera aparecido brindándome aquella paz tan hermosa que él me brinda.
Doble en la esquina de la calle, y todo me parecía tan familiar, pero a la vez desconocido. Las calles estaban oscuras y la lluvia no cesaba, y en la oscuridad unos ojos titilantes me observaron. Sentí los latidos de mi corazón como si fuesen los últimos. Los ojos no dejaban de verme con aquella sensación de nerviosismo y no se porqué razón me desplome sobre el piso. Sentí golpes sobre mí, como aquella vez, como la vez en que Calum quiso matarme. Comencé a gritar tratando de despertar pero nada. Luego me calme, como por arte de magia deje de sentir los golpes, deje de sentir el miedo, deje de sentirlo todo. Me puse de pie aún con los ojos cerrados y una mano, una mano de temperatura perfecta me acarició. Luego unos labios se posaron sobre mi mejilla y mis ojos se abrieron para ver su rostro.

-Jamás, nunca te ocurrirá algo mientras yo este contigo- dijo y beso mis labios.
-Estoy durmiendo, ¿verdad?- le pregunté a aquel chico tan perfecto que osa siempre ser parte de mis sueños.
-Así es- susurró. Estar abrazada a él era tan real como cuando estoy despierta.
-_____- me llamó.
-¿Qué ocurre Dani?- dije sonriendo.
-No todo lo bueno es para siempre- murmuró.

Le miré sin saber a que se refería y fruncí mi entrecejo para luego observar aquellos tan pequeños y perfectos ojos.

-Quiero decir que... ¿recuerdas que yo era un enviado?- consultó, asentí y sonreí -bueno, tenia una misión, está ya fue cumplida.

Fue como una golpe en el centro de mi estómago.

-Pero tú no te vas a ir, ¿verdad?- cuestioné alarmada.
-Lo siento- susurró y beso mi frente.
-¡Dani!- le llamé pero él ya no se encontraba en mi.

Caí al suelo de manera dramática y comencé a llorar sin detenerme, mi corazón había muerto o quizás él se lo había llevado. Me ahogaba en el llanto pensando y odiandome a mi misma, ¿Cómo iba hacer ahora para vivir?
Di un salto al sentir los gritos de mi madre tras de la puerta, sequé las lágrimas que caían por mi rostro debido a la horrible pesadilla que tuve. El dolor en mi pecho ardía con rabia y yo rezaba para que aquello fuese mentira, aunque estaba consciente de que lo era.

-¡Debes ir al instituto así que ponte de pie!- gritó mi madre desde el pasillo.
-Ya estoy de pie- respondí mientras ingresaba a la ducha.
.....
Baje del auto de mi madre he ingrese al instituto, las miradas me seguían los pasos y yo trataba de no pensar en que era el centro de atención por primera vez.
Llegué a la clase de biología y tomé asiento en el último mesón, las chicas hablaban entre susurros y en algunos de ellos podía escuchar el nombre de Calum y de Dani.
Por la puerta ingreso el maestro Korn y tras él Dani. Al verme sonrió y caminó rápido hasta tomar asiento a mi lado, miró y beso mi mejilla mientras yo entrelazada mi mano con la suya para sentirlo cerca, más de lo que ya estábamos.

-Bueno días princesita- susurró por lo bajo mientras el maestro hablaba.
-Buenos días princeso- dije mirándolo a los ojos.
-¿Cómo dormiste?- preguntó.

Preferí no responder y recordar aquella tan horrible pesadilla, entonces el maestro comenzó a dar unas instrucciones de trabajo para la clase. Yo no quería que Dani se fuera de mi lado nunca, y si para eso debía poner en riesgo mi vida constantemente seria capaz de hacerlo, ningún dolor se compraría con el dolor que sentí en el sueño, prefiero volverme masoquista en lugar de verlo partir, y prefería mil veces estar en el hospital conectada a suero en lugar de estar en espera por algún corazón que latiera como el mio late cuando esta junto al de Dani.

-Cariño- me llamó Dani -¿Qué ocurre? -Voltee mi rostro y observe el de él, su perfecto rostro.
-Solo que te extrañaba por la noche- murmuré.
-Hay algo que debo decirte- susurró.
-Dilo- le alenté.
-Pero aquí no- me hizo saber al momento que el profesor se acercaba con la hoja de ejercicios y lo posaba sobre el mesón.

...
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Mi ángel guardián♥{Daniel Oviedo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora