¿Y si mi ángel, ya no es mi ángel?

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Abrí mis ojos asustada, me sentía rara, mire a mi alrededor y él no estaba conmigo. Me puse de pie pero ni siquiera revise la habitación con la mirada, baje las escaleras corriendo hasta la cocina y allí me introduje.

Mi madre tomaba té con una mujer desconocida para mí y mi padre de pie junto al lavaplatos haciendo quien sabe qué cosa.

-Buenos días- susurró mi madre.

-Llegaré tarde al instituto- exclamé nerviosa.

-Hija- llamo mi madre -te presento a la señora Grace.  Voltee y le dedique una mirada a la mujer pálida - Disculpe su conducta y su apariencia- susurró mi madre.  Voltee y la fulmine con la mirada.

-Papá, ¿has visto mi mermelada?- consulté al tiempo que colocaba taza y platillo sobre la mesa.

-Hija- volvió a llamar mi madre.

-Mamá llegaré tarde al instituto, ¿qué quieres?- dije irritada. Hoy no era mi día.

-Hoy es sábado-

Aquella frase se introdujo lentamente en mis oídos hasta llegar a mi cerebro y suspire. Guardé la taza, platillo, pan... todo lo que saque y lo guardé en su lugar. Salí de la cocina y subí las escaleras, ordené mi habitación, la tenía hecha un completo desastre. Ropa por acá, ropa por allá. Y un olor espantoso.

Luego de cómo unas dos horas ordenando decidí ir a bañarme, espere que el agua tomara una temperatura agradable e ingresé. La lluvia artificial comenzó a caer sobre mi rostro para comenzar a bajar a los dedos de mis pies. Fueron cuarenta y cinco minutos bajo el agua... tratando de que aquello me purificara.

Baje las escaleras corriendo después de bañarme ante los constantes llamados de mi madre. La busque con la mirada en el primer piso pero no la hallaba.

-Por aquí- me llamo desde atrás de su auto aparcado en la entrada.  Caminé hacia allá confundida y le miré.

-¿Qué ocurre?- consulte.

Mire a su derecha y sentada en una silla se encontraba Grace, su nueva amiga creo.

-Ya conoces a Grace, ¿verdad?- preguntó.  Asentí tapando el sol que llegaba a mi rostro con mi mano.

-Es nueva en la ciudad junto a su familia- susurro mi madre.

-Creo que mi hijo comparte algunas clases contigo- murmuró la mujer.

Desvíe mi mirada hacia ella y trate de saber quién podría ser su hijo .

-Su nombre es Calum- me hizo saber al ver mi confusión.

-Oh! Claro, Calum- exclamé y sonreí.

-Muy bien, como veo que conoces a su hijo te iba a pedir que nos acompañes a la casa de Grace, nos ha invitado. Ella me dijo que no sería bueno que te dejara sola en casa- dijo sonriente mi madre.

Fruncí el ceño ante aquello, ¿desde cuándo mi madre se preocupaba de mi seguridad?

-Ok- susurre y me marche a mi habitación.

Por lo menos estaría con Calum quien me caía bastante bien. Ingresé a mi habitación y tomé asiento en la cama. Ha sido un día bastante raro sin Dani. Ya le extrañaba y eso que estuve pensando en él todo el día, pero no aparece. A veces pienso que no quiere oírme... de seguro y se aburre conmigo.

Una leve brisa movió mi cabello y me puse de pie asustada, mire a mi alrededor pero Dani no estaba. Siempre que el venia ocurría lo mismo, venía una brisa y luego de eso él estaba de pie junto a la ventana. Pero no, la ventana estaba cerrada y él no estaba de pie junto a ella.

Bufé enfadada y comencé a pensar en él a gritos.

-Dani, Dani, Dani, Dani... ven Dani, ven te necesito me siento mal... mi madre me quiere llevar donde Calum- comencé a pensar a gritos dentro de mí.

Si no aparecía siquiera con pensar en el nombre de Calum era porque algo malo estaba ocurriendo. Esperé unos minutos antes de volver a pensar en lo mismo, pero él no aparecía.

-____- gritó mi madre impaciente desde abajo.

Me puse de pie y mire a mi alrededor pero Dani no estaba. ¿Qué mierda ocurría? Pensé al tiempo que abría la puerta de mi habitación y bajaba para ir a casa de Calum.

Fue un viaje tormentoso de cuatro largas calles. Mi madre le contaba mis aventuras de pequeña a la señora Grace y ella le contaba la de sus hijos, nada emocionante. Yo aún seguía preocupada por Dani, el auto se detuvo frente a una hermosa y colorida casa. Mire alrededor y era la más llamativa del lugar. Suspire y bajé siguiendo a las señoras. La puerta se abrió y un hombre alto y serio saludo a su mujer, luego a mi madre y por último a mí. Entramos a la casa y allí se encontraba sentado Calum junto a una chica de mi misma edad creo.

Voltearon ambos al sentir los pasos y Calum me miró asombrado, se puso de pie rápidamente y corrió a mi encuentro.

-¡Que sorpresa más maravillosa!- exclamó sonriendo.  Reí y asentí.

-Tu madre nos ha invitado- susurre.

-¿Tú eres ____?- consulto la chica que se encontraba con Calum sobre el sofá.

-Así es- murmure.

-No sabes cómo mi hermano me habla de ti... todo el día anda diciendo..-

La chica no alcanzó a terminar cuando Calum le pego un codazo. La pálida se quejó y rugió contra él, yo comencé a reír. Típica escena de hermanos.

-No le hagas caso está loca- dijo Calum sonriendo.  Yo solo asentí divertida.

-Oh! Por cierto- dijo la chica -mi nombre es Marilyn-

-Bonito nombre Marilyn- susurre.

Calum se acercó a mí y tomo de mi brazo, me encaminó hasta los pies de una hermosa y ancha escalera, me miro casi preocupado.

-Ayer el ruliento se comportó como un tarado- susurró.

El fuego ardió en mis venas de rabia al oír aquello, Daniel no era ningún tarado es más, es el chico más inteligente y perfecto que conozco.

-No- murmure seca.

-¿Cómo que no? ___ te trato horrible- exclamó.

-Y ¿tú como sabes eso?- consulte.

No recuerdo haberle contado que Dani me había tratado mal, que Dani me había besado, no recuerdo haberle dicho mucho.

-Bueno, yo... yo... estaba allí y..- se comenzó a enredar, comenzó a balbucear cosas sin sentido.

-¡Di la verdad Calum!- dije enfadada.

¡YO TE ESPIABA!- gritó haciendo que todos los presentes nos mirasen, no tome atención a las personas y volví mi mirada a Calum, ¿espiaba?.

-¿Qué?- pregunté alarmada.

-Si, te estaba espiando- admitió.

-¡Calum!- exclamé confusa mientras llevaba una de mis manos a la frente y me peinaba hacia atrás.

Y ¿si él escucho algo? Y ¿si él escuchó la conversación con Dani?¿Qué sucedería si Calum se entera de que Dani era un ángel?

-¿Qué oíste?- consulte alarma.

-Nada- mintió, lo percibí en sus ojos, él me estaba mintiendo.

-Mierda Calum- rugí -no mientas.

-No escuché nada- volvió a decir.

Le fulmine con la mirada y él me devolvió otra. Pensé en Dani ¿y si Dani fue descubierto?¿Qué  ocurriría, lo echarían, dejaría de ser mi ángel?  Necesitaba a Dani cuanto antes, di media vuelta y grité algo que ni siquiera procese por mi mente, pero de seguro fue una grosería. Mi madre me llamó la atención y se puso de pie tras de mi pero comencé a correr por las calles para dejarla atrás. Corrí y corrí mientras llamaba a Dani con desesperación, ¿qué ocurría si mi ángel ya no era mi ángel?

Mi ángel guardián♥{Daniel Oviedo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora