Me haces sentir cosas extrañas

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Mire a Dani quien con los ojos irritados y de manera fulminante amenazando a Calum. Este se puso de pie y caminó hacia mí.

-Nos vemos luego ___ - susurro Calum a mi oído y se marchó entre los oscuros árboles.

Me sentía tan bien entre los brazos de Daniel, me sentía tan confundida. Él era un bipolar. Y luego recordé lo que me dijo en el prado, me zafe de sus perfectos y tranquilizantes brazos y le plante cara.

-____- susurró preocupado tomando mis manos. Aunque yo no quisiera que me tocara aún asi lo hacía. No le hable y bajé mi mirada cuando sus ojos atraparon los míos -Lo siento- dijo en un tono muy bajo de voz.

Subí mi mirada lentamente y me encontré con la de él suplicante, me dio pena sentirlo de esa forma. Se acercó a mí y me abrazó de una manera única, no dude en responder aquella caricia y escondí mi rostro en su cuello.

-Dani- susurre, sintiendo como mi aliento chocaba contra su piel.

-Nunca vuelvas a irte de esa forma- murmuró- nunca jamás lo vuelvas hacer.

Acarició mi cabello de forma delicada y yo me sentí desvanecer en aquel momento. Otra vez mis piernas volvieron a temblar sin piedad. En silencio trate de incorporarme pero Dani ya lo estaba haciendo, poso su mano sobre mi mentón y lo subió lentamente hasta quedar solo milímetros de su exquisita boca. Sonreí y él hizo lo mismo.

Sus labios capturaron los míos sin piedad, como si el mundo se acabara en aquel momento. Mis labios pedían a gritos sentirlo dentro, su lengua acarició la mía y el tiempo se detuvo por arte de magia. Aquel sentimiento comenzó a crecer en ta solo un beso, y me di cuenta de que Dani no me agradaba... él me gustaba.

Enrede mis manos alrededor de su cuello y mis dedos arrancaron entretenidos hacia su pelo, el cual lo recibieron con alegría. Sus manos juguetonas bajaron hasta posarse en mi cadera y comenzar a masajearla al ritmo del lento beso del cual éramos partícipes. Ese cosquilleo comenzó a bajar nuevamente por mis piernas hasta hacerlas templar y Dani afirmó mi cuerpo con el suyo y me apego al árbol más cercano en solo un segundo.

Aquella angustia por aire volvió, mis pulmones gritaban por oxígeno... pero mis labios no iban a ceder.

Dani se separó de mis labios de golpe y susurró riendo:

-respira-

Le hize caso a sus palabras e inhale un buen bocado de aire. Dani me miró divertido mientras hacía que mi cuerpo trabajara rítmicamente por poder llenarse de aire y volver a sus atractivos y deseables labios.

Pero el me detuvo posando su dedo índice sobre los míos, y beso mi nariz tiernamente.

-Vamos que ya es tarde- susurró mientras subía su vista al cielo.

Le mire divertida y le abracé, él correspondió el abrazo y luego beso mi mejilla tiernamente. Caminamos unos cuantos metros hasta que sentí mi cuerpo no cooperar, estaba cansada de tanto correr.

-¿Puedes ver mi aura?- consulté intrigada.

-No- susurró- pero ya no me interesa.

Me dedico una torpe pero hermosa sonrisa, y se detuvo. Hizo un gesto para que cerrara los ojos y sentí como él me cargaba, me tomaba entre sus brazos y comenzaba a correr. Nuevamente el aire me chocaba contra mi rostro. Pero ya no me hacía sentir tan mal como la primera vez.

Sentí cuando se detuvo ya que el viento dejo de azotarme de la manera en que lo hacía... abrí mis ojos lentamente y mire en su dirección. Yo ya me encontraba de pie fuera de mi casa y él estaba apoyado en el árbol junto a la vereda. Le sonreí y el me hizo un gesto con la mano para que entrara a mi casa, asentí lentamente y comencé a entrar.

Mamá se encontraba viendo una película y mi padre hablaba por teléfono junto a su jefe creo. Subí las escaleras corriendo y me recosté en mi cama mientras trataba de no pensar en él pero se me hacía imposible, sentí un fuerte estruendo proveniente de mi ventana y voltee asustada a ver de quien provenía, pero el miedo se fue cuando lo vi de pie junto a esta con una leve sonrisa dibujada en su rostro, me senté sobre la cama y Dani se acercó lentamente, tomo asiento a mi lado y beso lentamente mi mejilla mientras acariciaba mi pierna.

-¿No duermes con pijama?- consultó sonriendo.

Sentí como de a poco me ruborizaba, había olvidado por completo colocar mi pijama para dormir. Le dedique una corta sonrisa y me puse de pie, pero al hacerlo casi tropiezo cayendo sobre las piernas de mi ángel. Este comenzó a reír y acarició mi espalda suavemente.

-No quiero dormir con pijama- susurre mientras mi incorporaba.

-Vamos, anda no seas floja- murmuró.

Ante eso me puse de pie y lo mire de reojo. Camine cabeza bajo y sin ganas hasta mi baño en donde se encontraba mi hermoso e infantil pijama, voltee antes de entrar al baño y vi a Dani ya instalado sobre mi cama, al parecer mi ángel dormiría junto a mí. No pasaron más de cinco minutos y yo me encontraba arreglando mi cara frente al espejo, debía estar linda y limpia para él.

Salí del baño y corrí hacia él, me tiré sobre Dani y este solo me atajo riendo,  me recostó a su lado y cubrió mi cuerpo con las sabanas delicadamente.

Sentí como él se restaba a mi lado pero sobre las sabanas. Me acomode cerca de él para sentir el calor que su cuerpo irradia, y paso uno de sus brazos sobre mi cintura dándome en el gusto.

Acomode mi cabeza en su cuello y él beso cortamente mis labios antes de hacerlo.

-Me haces sentir cosas extrañas- susurró -últimamente solo quiero qme beses sin piedad y en silencio, como las dos últimas veces.

Mi ángel guardián♥{Daniel Oviedo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora