¿¿Por qué lo hiciste Daniel??

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-Eh, eh, mmm- comencé a vacilar mientras apretaba del brazo a Dani tratando de no caer al piso colapsada. Sabía, sabía que iba a ocurrir algo como eso -Dani decía que, que, que, que él.

-Conocí a tu hermano- me interrumpió el ruliento y me guiño un ojo.

Volví a respirar, el aire entro por mis pulmones y salió por mis fosas nasales de manera lenta y tranquila. El chico se defendía, era habiloso.

-¿Enserio?- consultó Jesús sonriendo.

-Claro, éramos muy buenos amigos- respondió Dani y enrollo mi cintura con su brazo. Jesús miro la escena y sonrió.

-¿Son novios?- consultó ante la extraña e iesperada caricia de Dani.

-Si.

-No- dije, él jamás me ha pedido que sea su novia.  Jesús comenzó a reír y yo me sonroje.

-En realidad en eso estamos- dijo Dani entre dientes. Sonaba enojado pero aún así no quitó su mano de mi cintura.

-Oh- dijo Jesús casi ahogado en risa -ya veo.

-¿Entonces?- consulte -¿Cuándo quieres que vayamos a tu casa?

-Podria ser mañana- sugirió -claro, si no tienen problemas.

-Ninguno- dijo Dani y estrecho la mano de Jesús.

Jesús salió de la casa y nos hizo prometer que estaríamos allá mañana. Luego de ver como Dani sonreía lo mire y le codee el pecho.

-¿Desde cuándo que somos novios?- consulte tratando de sonar ofendida y subiendo las escaleras sin voltear y observar su rostro para desvanecerme en risas. Ese chico logra tantos cambios en mí.

-¿Te molesto?- escuche que preguntó, pero no me detuve para responderle y entre a mi cuarto.

-Si, no, digamos que no- susurre y me recosté en la cama.

-Oh vamos- murmuró y se recostó a mi lado, paso una de sus pálidas manos sobre mi cintura y me apego a su anatomía.

Me acurruque a su pecho y bese su cuello para luego envolverlo con mis brazos y sentir el frágil latido de su corazón.
¿Cómo es que aún late algo allí dentro?¿Cómo es que puedo tocarlo?¿Cómo es que aún puedo sentirlo aún cuando no está?¿Cómo lo hace para respirar?¿Por qué amo algo que no existiría por siempre?

-Dani- llame su atención he hice que sus ojos me miraran.

-Dime- dijo y besó cortamente mis labios.

-Necesito saber algo que me desconcierta- dije seriamente.

-¿Qué cosa? Sabes que siempre te diré la verdad- susurró y volvió a besar mis labios con aquella dulzura.

-¿Cómo murió Calum?- pregunté angustiada.

-______- murmuró tratando de evitar el tema.

-¡Dani!- exclame -se supone que debes hacerme feliz, que debes evitar que yo sienta sentimientos tormentosos.

-Si, pero..

-PERO, ¿QUÉ?- grité poniéndome de pie.

Rodeo sus ojos y se puso de pie, se acercó a mí con aquella lentitud y beso mi frente mientras que con sus brazos acariciaba mis hombros.

-Pero nada- dijo y me sonrió de costado.

-Dani- susurre mientras pasaba mi mano por su pecho -quiero la verdad.

-La tendrás, pero solo espera un poco hasta que las cosas se tranquilicen- susurró y besó mi frente nuevamente.

-¿Cuánto falta para eso?- pregunté.  Dani rio y luego me miro a los ojos.

-Poco.

-Otra cosa- dije y sonreí -¿Por qué le dijiste a Jesús que le contariamos lo que ocurrió ese día?

Me miro y se puso serio.

-Me da vergüenza decirlo- susurró, y se sentó sobre la cama.

-Vamos, dilo- le alenté y tome asiento a su lado.  Me miró nuevamente y besó mis labios.

-Te quiero, por eso lo diré.

-Yo te quiero más Dani, por eso quiero saber- dijo y acaricie su pelo q tanto me encanta.

-Extraño a mi familia- dijo y sentí como se creaba un nudo en su garganta.

Yo era capaz de soportarlo todo, un coma de dos semanas, un choque de automóvil, ser tragada por la tierra, ser golpeada por un demonio, soportaría un disparo en mi corazón, pero jamás podría soportar verlo llorar otra vez, no otra vez.

-Dani- susurre.

-Extrañaba ver a mi hermano, ¿sabias que siempre peleábamos por las chicas?- dijo y sonrió amargamente -quiero ver a mi madre, extraño sus retos, sus frases orgullosas de mí. Extraño a mi padre y su torpe manera de cuidarme. Extraño a Juan Carlitos con sus consejos de amor y jugar video juegos con él y Jesús.

-Dani- volví a susurrar pero él solo me sonrió.

-Extraño vivir.

Y ahi mi corazón se quebró, en miles, mile de pedacitos. Fue tan doloroso que tuve que llevar una de mis manos al pecho para verificar si seguía allí algo que latiera. Me lance a sus brazos y comencé a llorar como niña pequeña.

-¿Por qué lo hiciste Daniel?- reclame con el corazón en mis mangas hecho pedazos.

-¡NO SABÍA LO QUE HACÍA!- gritó ahogado en lágrimas. Y entonces se comenzaron a romper más cosas dentro de mí.

-Dani- solloce.

-Era un estupido, ¡creí ilusamente que era la mejor opción! Caí en un error gigante y ahora solo quiero despertar en mi casa, en mi cama, con mi familia... quiero conocerte como se debe, ¡quiero tener una vida!

Sus palabras eran como miles puñaladas en lo poco y nada que quedaba de mi corazón.

-Debe haber una solución- propuse mirando sus destrozados ojos.

-No la hay, esta es mi condena- murmuró y secó sus lágrimas con brusquedad.


Mi ángel guardián♥{Daniel Oviedo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora