No te iras, ¿verdad?

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-No lo haré- susurró.

Subí mi vista con un dejo de desconfianza ante aquellas palabras y le miré pidiendo que no detuviera su hablar, pero él desvío su vista a la puerta por la cual aparecieron mis padres. Sonrieron al verme pero luego aquellas sonrisas se desasieron cuando vieron mi triste estado de ánimo.

-¿Cómo te sientes?- consultó mi madre tomando asiento a mi lado.  Asenti como si aquello le dejara claro que bien.

-¿Hija que ocurre?- preguntó mi padre mientras fulminaba a Dani con la mirada.

-Nada- dije en un hilo de voz.

No quería seguir hablando, un nudo en mi garganta me quemaba por dentro. No podía hacer sufrir a mis padres con mis problemas, no podía mentirle a mi familia.

-Dani, ¿podrías dejarnos solos por un momento?- consultó mi madre con un buen tono de voz.  El chico asintió, estaba destrozado.

-_____ con lo ocurrido el otro día, espero que seas más precavida- decía mi padre mientras acariciaba mi frente -la madre de Calum te manda saludos y nosotros ya dimos nuestro pésame como familia.

¿Pésame? ¿para qué?  Les miré extrañada, y entonces mi padre frunció su entrecejo.

-¿Dani no te explico aquello?- preguntó mi madre angustiada.

Negué mientras trataba de calmar mi situación. Mi padre bufo al tiempo que le mandaba extrañas miradas a mi madre. Y por último mi madre habló.

-Calum murió cariño- dijo cariñosa.

-El auto lo lanzó muy fuerte, su débil cuerpo no pudo resistir- me explico papá.

Los mire a ambos y asentí mientras hablaban. Murió, Calum murió. La forma en que adivinaba lo que quería decir también, algo en él no encajaba pero lo hacía lucir casi perfecto para la mirada de las demás chicas. Y entonces recordé lo que pensé cuando lo conocí. Calum, ese raro chico rubio se comportaba igual que Dani a mi lado.

La puerta se abrió de golpe y el doctor apareció con un anotador en sus manos.

-Muy bien señorita ____(TA), veo mejoras en sus exámenes. Por lo tanto en dos días más estará de regreso en su casa- exclamó el doctor sonriente.

-Quiero estar sola- susurre.  Mi madre me miró dudosa y el doctor de la misma manera. 

-Hija- susurró tratando de comprender mis palabras.

-Ma, quiero estar sola- volví a susurrar.

Y entonces se marcharon. Nuevamente el llanto se hizo presente y la soledad que tanto anhelaba me duro solo segundos, luego la puerta se abrió y por ella apareció él.

-No llores- dijo con un rostro demacrado.

-¿Cómo quieres que no lo haga si te iras?- murmre.

Se acercó a mí y se sentó a mi lado en la camilla, me miro el rostro, los labios y luego se recostó sobre mis piernas. Con sus brazos envolvió mi cuerpo y luego comencé a sentir sus sollozos. No pude evitar romperme en pedazos al sentir aquello. ¿Por qué, si todo estaba tan lindo?

Con mi mano acaricie su pelo, su respiración estaba tan agitada.

- Dani- solloce.

Pero no respondió y entonces abrace su cuerpo acomodando mi cabeza sobre la suya y aquel dolor tan agudo que sentía en mi pecho en un principio, desapareció como por arte de magia. De apoco su respiración se fue calmando y la mía también, sentí como acariciaba mi cintura y luego con un movimiento lento hizo que me sentara como corresponde, él me miró a los ojos ya sentado de la misma forma y nuevamente sentí como mi corazón se quebrabaen miles de pedazos. Sus ojos estaban tan cristalizados.

-Te amo- dije torpemente, pero sin arrepentirme de hacerlo.  Llevó una de sus manos a mi cabello y lo acarició hacia atrás.

-Yo también te amo, más de lo que pensé lograr sentir- dijo y beso mis labios con aquella lentitud y pasión que lo caracteriza.

-No te iras, ¿verdad?- pregunté ilusionada.

-No, no me iré- dijo y volvió a besar mis labios.

Aquella tan torpe electricidad que me hace temblar me recorrió por completo, haciéndome delirar nuevamente.

-Tú me haces sentir extraño, me haces sentir como si..- vaciló por un segundo y miró mis labios ya en ese momento, creo yo, rojos -me haces sentir vivo.

....

Habían pasado los dos días en el hospital,  nada extraordinario ni grave había ocurrido con mi cuerpo. Siempre creo que Dani hace esas cosas, me cura a escondidas. Días geniales junto a él, creo que la tal Helen no mandará más torpes mensajitos desubicados de su parte. Dani está cada vez más cercano a mí, y cada minuto que pasa pienso que no se alejará nunca.

-¿Nada nuevo en el instituto?- consulté mientras mi ángel tomaba asiento a mi lado y me entregaba la materia pasada.

-Nada- dijo y me dedicó una sonrisa -solo que te extrañe.

Hace ya una semana que no voy al instituto, el doctor me lo prohibió, debía reposar... aunque no sintiera dolor alguno en mi cuero.

-Yo también te extrañe- murmure y comencé a copiar la materia que me faltaba.

-!_____¡- gritó mi madre - TE BUSCA UN CHICO.  Miré a Dani y este se encogió de hombros.

-¿Tienes alguna idea?- le consulte.

Negó con la cabeza. Me puse de pie y baje las escaleras con cuidado, llegue a la plataforma y mire a mi madre quien me miraba inquieta.

-¿Quién es?- consulté en un susurro solo para que ella pudiera oírlo. Nuevamente recibí como respuesta una encogida de hombros. Miré hacia la entrada en donde había un muchacho, su anatomía se me hacia tan familiar.

Mi ángel guardián♥{Daniel Oviedo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora