No me dejaras, ¿verdad?

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Eran simples los ejercicios y mientras yo procesaba la información en mi mente, Dani se dedicaba a resolver la hoja que el profesor Korn nos pasó. ¿Qué mierda quería preguntarme?
Esa fue una de las tantas preguntas que pasaron por mi mente en solo escasos segundos. El chico no hablaba, no lo habitual y eso me ponía aún más nerviosa.

-Dani- le llamé.
-¿Qué ocurre?- preguntó sin desviar su vista del pizarrón.
-Nada- susurré por último.

Se notaba que no quería hablar. Voltee mi cuerpo hacia la ventana en donde vi una extraña silueta correr por el patio del instituto. Un escalofrío me recorrió el cuerpo y Dani, al parecer, percibió aquello y rápidamente consultó:

-¿Qué sucede?

Negué con la cabeza al tiempo que lo observaba entonces se dio cuenta de lo que me tenía perturbada, y se puso de pie de manera rápido. El profesor le llamó la atención pero Dani no hizo caso y corrió hacia la entrada. Me puse de pie tras él y corrí aunque el profesor me llamara la atención como loco.

-¡Dani!- le llamé.

Pero este no volteó y siguió corriendo. No tenía otra opción que correr tras él en silencio. Salió del recinto y me di cuenta que afuera estaba lloviendo, ¿Cómo es qué no me di cuenta de eso cuando miré por la ventana?

-¡Dani!- volví a gritar, pero nuevamente no hubo respuesta.

Refunfuñe enfadada y voltee para ingresar al instituto, pero al hacerlo un cuerpo chocó contra el mio.
Caí al suelo y me empape con las posas de agua que se habían formado en segundos sobre el pasto. Limpié mis manos en mi ropa y me puse de pie.

-¿Estás bien?- preguntó Dani, no podía desconocer su voz.
-Estoy empapada, ¿Qué no vez?- pregunté enfadada.

Mire a la persona con la que choque y esta era menuda, era una chica. Su piel pálida, una sonrisa torcida que la hacia semi perfecta.
Completamente neutra y no dejaba de sonreír.

-¿Qué haces aquí?- preguntó Dani sin mirarla, ya que me ayudaba a ponerme de pie.
-Vine hablar algunas cosas con tu chica- anunció al mismo tiempo que se paraba frente a mí.
-Helen, ¡LARGO!- gritó Dani y se aferraba a mi cuerpo.
-Oh! Vamos no temas Dani, no le haré nada lo juro- dijo riendo.
-Yo iba a hablar de ella sobre eso, no necesito de tú ayuda- murmuró mi chico mientras suspiraba.
-Si, si la necesitas o sino no me hubieran enviado- apuntó Helen.

Su nombre se me hacia tan familiar, y entonces recordé la carta que leí el día en que caí al hospital.

~~~~~~~
De:  Helen Hattaway     
Para:  ______(TN) ______(TA)
Primero, si eres Dani el que está leyendo lo siento, pero debía explicarle a la chica el porque de todo, se que tú ruliento no lo aras...

[Reí al leer aquello]
____ te preguntarás quien es Helen, bueno... yo soy una compañera de Dani (si Dani, tu torpe ángel). Querrás saber el por qué de todo esto y él porque es simple: Dani se enamoró de ti, ¿tienes idea de lo terrible que es esto en nuestro mundo, nuestro reino?
Demasiado, cuando uno se convierte en ángel y en un ángel guardián lo primero que dicen es=> Jamas, jamás deben enamorarse de su misión.
Dani lo ha hecho, y él está en problemas. Amiga, solo te pediré una cosa (aparte de que te recuperes) necesito que te alejes de él. Deja de meterte en problemas, deja de llamarlo con la mente cuando no lo necesitas. Es por tú bien y por la estancia de mi amigo en el cielo.
~~~~~~~~

Sabia que eso estaba mal, no hubiera bajado ella si lo que me tenía que decir Dani no fuera tan desagradable o difícil de decir.

-No necesito tu ayuda Helen- explotó Daniel y la amenazó con una mirada furiosa.
-Aún así lo diré- dijo la chica -escúchame muy bien ______, Dani es tú ángel, y no es para siempre. Vete haciendo la idea de que los problemas para ti acabaron, ya no hay peligros a tu alrededor, ya nadie te volverá a herir, así que amiga, comienza a contar los minutos que te quedan junto a él.
-¡CIERRA EL PICO HELEN!- gritó Dani al tiempo que llevaba sus manos a mis oídos.
-Daniel- sollocé.

Si lo que la chica era verdad, entonces, ¿Lo qué soñé pasaría? 
Quité las manos que Dani había puesto sobre mis oídos, y mire a Helen.

-No me dejaras, ¿verdad?- le pregunté al ruliento que me tenía al borde de la muerte o quizás lo más cercano en ese momento al llanto.

-Princesa yo....- vaciló por unos minutos que parecían eternos y por último la chica habló por él.
-No creo que lo ames tanto- La fulminé con la mirada. ¿Cómo un ángel podía ser tan idiota?
-¿¡TÚ QUÉ SABES DE AMOR SI NO LO ALCANZASTE A SENTIR!?- grité y Dani me abrazó por la cintura, luego apoyo su cabeza sobre mi hombro.
-Tranquila, sabes que yo jamás te dejaré.
Suspiré y cerré mis ojos, luego voltee mi rostro y bese su frente.
-Ya estamos bien- susurró él.

Abrí mis ojos y miré hacia delante, para encontrarme con el cielo calmado, sin lluvia y a Helen quien ya no estaba allí.
.......
Llegué a mi casa, Dani dijo que debía hacer cosas de 'angeles' y no pasaría la noche conmigo otra vez. Yo no podía dejar de pensar en el loco día que me toco vivir.
Odiaba a Helen. No iba a dejar que Dani desapareciera de mi lado, no iba a dejar que se fuera para siempre, no iba a acostumbrarme jamás a una vida sin sus besos. Yo respiraba por que él lo hacía.
Entré en la cocina, en donde me encontré con mi madre hablando por teléfono, y a mi padre lavando la losa. Los salude y les avisé que saldría, tomé mi chaleco y corrí hasta el coche de mi mamá, comencé a conducir por el centro de Madrid. Hasta que una idea llegó a mi mente, y no dude en no dejarla pasar, bajé del auto y entre al recinto de manualidades. Si ya no existían peligros a mi alrededor, ¿Podía yo ser mi peligro?¿Podía yo volverme masoquista por amor?

-¿Tienen navajas, quiero decir estiletes o corta cartón?- le consulté torpemente al chico que atendía.
-De todas las clases- respondió riendo.
-Ok, quiero uno.

Salí de la tienda con mi navaja en mano y subí al auto, manejé hasta llegar a la entrada del mismo prado en donde por primera vez besé a Dani. Bajé del coche y corrí hasta llegar cerca del lago, en donde tome asiento y saqué de mi bolsillo la navaja que acababa de comprar, mi cómplice, el objeto que mantendría a Dani a mi lado. Subí un poco la manga de mi chaleco hasta la altura de mi codo, deslice un poco el nivelador de tamaño de mi corta cartón y lo apunte sobre mi muñeca. Me estaba volviendo loca.

.....

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Mi ángel guardián♥{Daniel Oviedo}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora