【『Koi No Yokan』es un término japonés que se traduce como "la seguridad inevitable de que te vas a enamorar de alguien nada más verlo por primera
vez "】
≪ 𝕰𝖑𝖑𝖆 𝖊𝖘 𝖒𝖎 𝖍𝖔𝖌𝖆𝖗, 𝖓𝖔 𝖎𝖒𝖕𝖔𝖗𝖙𝖆 𝖖𝖚𝖊 𝖔𝖈𝖚𝖗𝖗𝖆 𝖒𝖎 𝖈𝖔𝖗𝖆𝖟𝖔̀𝖓 �...
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Narrador Omnisciente
Los periodistas siguieron discutiendo pero esta vez, en un tono aceptable y sin segundas intenciones más allá de informar. Aizawa no volvió a abrir la boca en toda la conferencia y tampoco hizo falta, con sus palabras había calmado la opinión de muchos, por lo menos temporalmente.
No se quedaron más tiempo escuchando la entrevista, aunque esta ya casi había finalizado. Se les hacía tarde así que usando el rastreador hecho por Yaomomo, los estudiantes comenzaron a seguir la pista por las sinuosas calles de Kamino.
Ya había anochecido cuando alcanzaron su destino. Se detuvieron finalmente.
— Ahí es donde apunta el receptor. — afirmó la más alta mientras ellos se quedaban en la calle de enfrente, manteniendo una muy prudencial distancia con el lugar que esta señalaba.
Era un edificio de aspecto tétrico. Prácticamente nadie circulaba por la calle en cuestión ni por ninguna cercana y eso sumado a la escasez de luz debido a la hora hacía que todos sintiesen que se hallaban en un pueblo fantasma.
— Este es su escondite... — expresó Kirishima, un leve temblor propio de los nervios en su pierna. — Lo parece, desde luego.
— No estoy segura de que sea su escondite. — contradijo Minami. Algo le decía que dentro de aquel lugar no encontrarían a Bakugo, pero valía la pena comprobarlo.
— Estoy de acuerdo con Minami-chan. — afirmó la otra joven del grupo. — Pero según este localizador el villano no ha salido desde ayer.
El peliverde comenzó a murmurar mientras discurría como comprobar si su amigo estaba dentro del complejo sin usar sus Dones. Al final, decidieron situarse al lado de una máquina expendedora justo en frente del edificio para ver si ocurría algo. Algún mínimo indicio de que alguien no quisiese que se acercasen más. No lo hubo. Y solo consiguieron que unos adultos borrachos se acercasen con la intención de que Yaomomo y ella los acompañasen a beber.
Si fuese por Todoroki los habría congelado allí mismo, pero debían ser discretos así que de mala gana, solo se alejaron. El bicolor manteniendo su brazo cerca de la de cabellos lilas por si se les ocurría aquellos tipos tan desagradables tocarle un solo pelo de su cabeza.
No se atrevieron, la mirada del chico los había helado en su sitio.
No tuvieron mayor opción. Se escabulleron por detrás del edificio, pasando entre las paredes de este y del de al lado, las cuáles eran muy estrechas impidiendo casi el paso. De hecho debían caminar de lado para no quedar atascados. Así hasta que visualizaron una rendija en lo alto.
— ¿Veremos algo con esta oscuridad? — preguntó el medio albino del grupo. — Lo dudo.