Propio de los felinos, pero esta vez es el Alfa quien ronronea a su pareja.
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Heinrich Zemo era un Alfa dominante que quería lo mejor para su manada, su hija Hilda tuvo que escaparse de casa para poder casarse con su destinada que a ojos de su padre no era digno de ella. Así que cuando su hijo menor llevo a un Alfa a cenar sus instintos le gritaron que ahuyentara a aquel indigno de su bebé.
Bucky no era el tipo de Alfa seguro de si mismo, por esa razón los comentarios referentes a su aspecto, estado socioeconómico, su familia y no ser digno de un omega como Helmut por parte del señor Zemo lo afectaron demasiado pero nunca se lo expreso a su pareja.
Lloro toda la noche en brazos de su madre Winnifred, por no ser digno de su destinado, el fin de semana ignoro las llamadas y mensajes de su pareja, el lunes fue a clases porque no podía mirar a su omega y decirle que ya no podían seguir juntos.
-Steve, ¿Dónde esta, James?- pregunto con evidente preocupación-¿Porque no vino a clases?
-El...¿enfermo?- dijo poco convencido provocando una cara de incredulidad en Helmut- El ti-tiene una enfermedad...¿Enfermadora?
- ¿En serio, Steve?- dijo Sharon divertida- Ya dinos que ocurre con el flacucho.
-Solo quiero saber si esta bien- dijo Helmut con tristeza- y disculparme con el por la cena del Viernes. Steve suspiro y miro la cara de cachorro triste del omega dándose por vencido.
- James esta en su cama desde el sábado- Zemo sintió un nudo en su estomago- Creo que quiere romper su vinculo.
James miraba Betty la fea en la sala de su casa mientras comía helado de vinilla y lo cubría una manta de gatitos que su hermana Becca le regalo en su cumpleaños.
- Armando no te merece Betty- susurro al borde del llanto mientras veía la escena de Betty leyendo la carta de Mario Calderón. Unos toques en la puerta arruinaron su momento, el pensaba ignorarlos hasta que escucho la voz de su Omega.
-¡Ábreme, desgraciado!- dijo desesperado, corrido de la escuela al departamento de James después de escuchar que su alfa quería dejarlo- ¡James, por favor!- suplico mientras contenía con sus ganas de llorar- James- suplico.
- ¡Vete Zemo!- grito desde la sala, el aroma a caramelo llego a u nariz causando un nudo en su estomago- ¡quiero estar solo!
- ¿De ver-verdad?- cuestiono el omega con tristeza mientras sus feromonas bajaban de intensidad y un nudo se formaba en su garganta- Era verdad lo que dijo Steve...tu..tu vas a dejarm...- no pudo terminar porque su voz se quebró dando lugar al llanto.
James no pudo ignorar eso, tiro la manta a un lado junto con el helado para correr a abrir la puerta encontrándose con el omega abrazándose a si mismo mientras lloraba. Ambos se miraron a los ojos y el abrazo a su omega torpemente mientras soltaba feromonas para calmarlo.
- Perdón, cariño- susurro apenas audible para el omega- pero tu padre tiene razón mereces a alguien mejor- el omega solo pudo abrazarlo mas fuerte y aspirar las feromonas del alfa.
-No hay nadie mejor que tu... eres mi Alfa, mi destinado- dijo el omega convencido de sus palabras- James- se separo del abrazo para ver sus hermosos ojos azules- Te amo.
Después de un beso en el pasillo, de que la vecina del departamento 511 se enterara del chisme, entraron al departamento a hablar de lo ocurrido, James hablo sobre sus inseguridades y los comentarios del señor Zemo que termino llorando. Helmut estaba sentado en el sillón y James acostado con la cabeza en las piernas del omega recibiendo caricias en el cabello.
-Te amo, amo acariciar tu cabello, tu sonrisa, tus ojos, tu aroma y todo de ti- dijo el omega con una sonrisa mientras soltaba feromonas buscando consolar al Alfa- no importa lo que mi padre diga, conque tu me ames es suficiente.
- Te amo Helmut- susurro James mientras inhalaba el aroma de Zemo, sintiéndose cálido, feliz y amado como nunca en su vida.
Helmut sonrió por las palabras sin dejar de acariciar el cabello de James y fue cuando lo escucho claramente el ronroneo de su Alfa.
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